Con la frase Si te interesa el mundo, te interesa el agua, presentábamos hace justo tres años nuestro proyecto editorial, este Ágora, diario del agua que se ha convertido ya en una realidad que aglutina millones de lectores en España y en el mundo y dinamiza una comunidad en redes sociales de cerca de 200.000 personas que día a día siguen y comparten nuestros contenidos.
Bien podríamos haber añadido entonces que, si te interesa el mundo, te interesa ‘El Ágora’ porque ese era uno de nuestros grandes propósitos: situar el agua en el centro y amplificar su valor en relación con todos los ámbitos de la sostenibilidad; visibilizar el vínculo entre la necesaria gestión eficiente de los recursos hídricos, recogida en el ODS 6 de Naciones Unidas, y el resto de los objetivos de la Agenda 2030. Hacer aflorar el agua como la fuente de nuestro bienestar y prosperidad.
Sin duda, no hay ningún otro objetivo que esté tan imbricado con el resto de ODS como es el del Agua y el Saneamiento. La singularidad de nuestro planeta se debe a la existencia de agua líquida. Somos agua y del agua venimos. Gracias al agua surgió el milagro de la biología en nuestra Tierra y gracias al agua podemos vivir y prosperar. Ahora, antes y en el futuro, como nos explicaba Odile Rodríguez de la Fuente en nuestro evento público de celebración.
“Nos siguen todo tipo de personas concernidas por las preocupaciones y soluciones compartidas que mostramos en nuestras páginas”
Ese papel seminal del agua queríamos transmitirlo desde nuestro nacimiento, y hacerlo por medio de historias vibrantes, propositivas, con rostro y protagonistas: personas, empresas y entes sociales que anticipan un futuro mejor para todos. Para ello, quisimos aplicar un enfoque comunicativo cercano, pero elevado; ajustado a los hechos, los datos y la ciencia, pero entendible por todos; veraz, plural y estimulante; que apelara a la conciencia y al intelecto.
Deseábamos ilustrar la complejidad del siglo XXI que abordamos y las soluciones que ya están en marcha desde el sector del agua para afrontar desafíos como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la puesta en marcha de modelos de economía circular.
La transición es azul
Aspirábamos a visibilizar procesos que se están acelerando ante nuestros ojos: una transición ecológica que no es solo verde, sino también azul, y que incluye las tres grandes dimensiones de la sostenibilidad: social, ambiental y económica, espoleada por el propósito empresarial, la tecnología y la innovación.
Buscábamos historias reales, tangibles. El llamado ahora `periodismo de soluciones`. Queríamos evadirnos de la fatiga y la ansiedad ambiental, rémoras de la comunicación ambiental sobre las que hemos debatido a menudo en nuestro diario, y pasar con ello de la admonición y la soflama a visibilizar una realidad distinta, mutable, líquida, donde los actores principales del cambio no son siempre los que más gritan, sino los que más hacen, esos que cada día trabajan para conseguir un mejor acceso al agua y al saneamiento, y que allá donde se encuentran prestan el servicio con altos niveles de excelencia y sostenibilidad, sin hacer aspavientos.
“Uno de nuestros grandes propósitos es mostrar el valor del agua en relación con todos los ámbitos de la sostenibilidad”
Pasado este tiempo, más de 1.000 días después, más de 8.000 noticias después, 180 entrevistas, 160 tribunas de stakeholders, 130 ediciones especiales de fin de semana, 200 piezas audiovisuales con cientos de miles de seguidores, 100 infografías compartidas, 50 encuestas lanzadas a la audiencia… y con más de 13 millones de visitas acumuladas y 7,8 millones de usuarios, podemos mirar lo que hemos hecho con satisfacción.
No hay nada como el veredicto de la audiencia y como la belleza inapelable del dato. Y los lectores de nuestro medio han dado en este tiempo una valoración extraordinariamente positiva a nuestra labor.
Si a eso le añadimos que nuestras redes sociales cuentan con 180.000 seguidores, que siguen nuestros temas y comparten nuestra conversación, con unas tasas de interacción que superan a cualquier otro medio, podemos concluir que nuestro mensaje está calando. Casi nos atreveríamos a decir que El Agora cala y moja, permea y nutre, como el agua, en tiempos de confusión informativa.
Un diario abierto a todos
El Ágora es medio de referencia para los profesionales del agua, sin duda, pero también para una enorme cantidad de ciudadanos de todo tipo y lugares que, concernidos por las preocupaciones y soluciones compartidas, acuden a nuestras páginas para informarse.
“El Ágora se ha convertido en un referente, con lectores y lectoras fieles que buscan información de calidad, especializada y rigurosa”, afirma María García de la Fuente, presidenta de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental en una tribuna en la que felicita el surgimiento disruptivo de nuestro medio de comunicación.
“El Ágora ha tejido una comunidad en redes sociales de cerca de 200.000 personas que día a día siguen y comparten nuestros contenidos”
Sin duda, las palabras de la portavoz de los comunicadores ambientales ilustran una conexión actual entre nuestro foco y el de nuestra audiencia. El medio ambiente, como asunto público, se ha colocado en los últimos años como tema esencial de la agenda. Y crece por tanto la necesidad social de acceder a fuentes fiables para obtener conocimiento. Nunca ha habido tanta necesidad veraz de información sobre el medio ambiente y nunca ha habido tampoco tanto interés por acceder a un medio que garantice el acceso en calidad y cantidad para a esa demanda.
¿Cómo satisfacer esa necesidad de elegir lo importante entre el ruido, la propaganda o el caos de mensajes? El Ágora ha llegado en fondo, forma y enfoque para satisfacer esa necesidad social.
“Aspiramos a narrar un fenómeno que se está acelerando: una transición ecológica que no es solo verde, sino también azul”
En unos tiempos de multiplicidad de fuentes no verificadas y de fake news, de mensajes interesados y de simplificación de temas complejos, nuestro diario hace un ejercicio diario de separar entre el polvo y la paja, entre el confrontamiento interesado y las soluciones, entre un futuro de alianzas o los choques partidistas. No es fácil y, a menudo, nos equivocaremos. Pero trabajamos con una vocación de veracidad que va en nuestro ADN y un deseo de imparcialidad que mueve nuestro día a día.
Son tres años en los que hemos querido ser claros y transparentes, como el agua; en los que hemos regado de información a la sociedad, y en los que hemos bebido del conocimiento de todos aquellos colaboradores, compañeros y amigos que quisieron compartir con nosotros sus gotas de experiencia.
A todos ellos, y sobre todo, a ti, querido lector, que has hecho posible que El Ágora fluya durante estos tres años, GRACIAS.
