¿Es más sostenible un libro o un eBook? - EL ÁGORA DIARIO

¿Es más sostenible un libro o un eBook?

El confinamiento impuesto por el coronavirus ha afectado a todas las maneras de consumir y la lectura no iba a ser una excepción. La subida de ventas tanto de dispositivos como de libros digitales parece que va a suponer un empujón decisivo al sector del eBook. Tanto en papel como en pantalla la lectura es contaminante. ¿Pero cuál es más sostenible? La clave es el número de libros que lees anualmente

María Santos
Madrid | 24 abril, 2020

Tiempo de lectura: 4 min



El 65% de los españoles leemos, pero sólo un 20% de los lectores optan por el libro digital frente a la tradicional lectura en papel. Cuando se lanzaron estos dispositivos de manera masiva, en 2007, muchos vaticinaron que sería el fin de los libros de papel, pero el eBook finalmente no «jubiló» a los volúmenes de toda la vida. Sin embargo su penetración en editoriales y lectores ha ido en aumento, creciendo poco a poco cada año el volumen de ventas.

Pero parece que la situación que estamos viviendo, con una grave crisis sanitaria y un confinamiento que nos afecta a todos, podría ser un revulsivo para el sector de libros digitales. Algunas plataformas, como la red de librerías Libelista, afirman que las ventas tanto de dispositivos como de contenidos se han disparado a raíz de las medidas de seguridad impuestas. Aunque los libros físicos siguen llegando a las casas a través de la venta online, muchos prefieren descargarse el libro digital ya que pueden disponer de él de manera inmediata y segura, sin esperar a que te llegue a casa ni tener interacción con un repartidor.

Y viendo que las medidas de distanciamiento social se van a alargar en el tiempo, aunque se acabe el confinamiento, las editoriales ya están tomando nota de esta tendencia en sus estrategias para remontar la crisis que afectará al sector.

Pero al margen de las empresas, muchos usuarios cuando compran un dispositivo eBook piensan que es un método más sostenible que el tradicional libro de papel. Pero ¿es cierto? Nadie duda de que la lectura es uno de los ejes fundamentales que denotan el progreso no sólo económico, sino también crítico y moral de una sociedad, pero en aras a ese progreso sepamos cuál de los dos sistemas es más sostenible.

A priori y empezando por la conclusión, el eBook sólo es más sostenible que el libro en papel si se utiliza para leer más 40 libros digitalizados de más de 360 páginas o 340 diarios de 40 páginas.

33 obras digitalizadas de unas 360 páginas ya compensarían la fabricación y el uso de un eBook

Desde la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón (ASPAPEL) se apunta que el ciclo del papel es sostenible. De hecho, estaríamos, según la asociación, ante una fuente renovable de materia prima: el bosque. Por un lado, los árboles producen madera, en la que se fija el CO₂ que queda “almacenado” en el papel, contribuyendo a que la atmósfera sea más limpia.

Por otro lado, gracias al reciclaje se prolonga la vida de las fibras de celulosa obtenidas de la madera. De hecho, actualmente se recupera el 69% del papel que se consume.

A esto se añade el descenso de consumo medio de papel per cápita, que ha pasado de los 176 kilos anuales por habitante en los años 90 a los actuales 116 kg anuales por habitante.

Frente al ciclo sostenible y la posibilidad de reciclaje del libro de papel, el electrónico tiene a su favor permitir un doble ahorro energético. Puede almacenar miles de obras en un solo dispositivo, evitando así la tala de árboles y el impacto medioambiental de su fabricación.

Además, la tecnología que emplea el eBook, la llamada tinta electrónica, tiene un consumo de energía muy bajo. Así, según un estudio de la compañía Cleantech Group“The environmental impact of Amazon’s Kindle”, el uso de uno de estos dispositivos ahorraría unos 168 kilos de CO₂ al año. Y si se usara toda la memoria del libro electrónico, el ahorro en emisión de gases de efecto invernadero sería de 11.185 kilos.

Según otro estudio del Royal Institute of Technology de unas 33 obras digitalizadas de unas 360 páginas ya compensarían la fabricación y el uso de un eBook, una cifra que a los aficionados a la lectura no les supondrá ningún problema alcanzar. El estudio también señala que, por cada año que se utilice este dispositivo, se habrá evitado la emisión a la atmósfera de unos 168 kilos de CO₂.

 

Desventaja digital

Pero los eBooks también tienen desventajas. La principal es el consumo energético que implica su uso. Un libro de papel no requiere recargas periódicas, mientras que un libro electrónico está limitado por la duración de su batería. Sin energía, no hay lectura.

Además, su vida es mucho menor. Aún no está claro cuál será la vida útil que podrán alcanzar estos dispositivos, pero parece factible que se queden obsoletos en un plazo inferior a 10 años, algunos unos tres años, un periodo sensiblemente menor que el del libro tradicional que puede durar toda una vida, o incluso más.

Un libro electrónico requiere la extracción de 15 kilos de minerales, incluyendo trazas de metales exóticos como la columbita-tantalita, a menudo extraído en las regiones devastadas por la guerra de África.

Pero es en su mayoría se trata de arena y grava para construir rellenos sanitarios, que poseen todos los residuos de la fabricación de tableros de obleas para los circuitos integrados.

La fabricación de un libro de papel emite 100 veces menos gases de efecto invernadero que la de un eBook

Un libro electrónico también requiere 79 litros de agua para producir sus baterías y diagramas de cableado, y en el refinamiento de metales como el oro utilizado en cantidades de traza en los circuitos. Un libro hecho con papel reciclado consume alrededor de 300 gramos de minerales. Y requiere sólo 2 litros de agua para hacer la suspensión de pasta que luego se presiona y se seca con calor para hacer el papel.

Así que la conclusión es que si eres un lector voraz, la apuesta por estos dispositivos electrónicos puede ser más sostenible a la larga. Y si lees de manera esporádica, es mejor apostar por el libro tradicional. Sin embargo, para muchos lectores empedernidos el libro de papel, su tacto, su olor, el sonido de sus páginas al pasar, el tenerlo en una estantería como objeto presente y querido, forman parte de la magia de la lectura sin la cual la experiencia no es la misma. Pero eso es otra historia.


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