A punto de convertirse en bachiller y a las puertas de las pruebas de acceso a la universidad, Andreu Pujol Baulenas, alumno del colegio Sagrada Familia del barrio barcelonés de Sant Andreu, ha ganado el certamen nacional del premio Stockholm Junior Water Prize (SJWP), el nobel del agua, con su proyecto ‘Diseño y construcción de un sistema de riego alimentado por energía renovable’.
Con vocación de ingeniero, aún no ha decidido si agrónomo o geomático, Pujol tiene clara su intención de aportar a este proyecto común que llamamos sociedad para tratar de revertir el avance del cambio climático y garantizarnos un planeta más sano que permita seguir viviendo a las generaciones futuras.
Un proyecto que se asienta sobre los tres pilares que han de equilibrar el futuro sostenible del planeta: el agua, la energía y la alimentación.
Una muestra de la enorme conciencia ambiental y social con la que Pujol se enfrenta a su futuro profesional.
En una entrevista concedida a El Ágora Adreu Pujol, inmerso ya en la reparación de sus pruebas de la EVAU comparte su visión acerca «del momento crítico en el que se encuentra la humanidad, con fenómenos climatológicos adversos cada vez más frecuentes como el temporal Gloria que arrasó el litoral Mediterráneo a principios de 2020 o Filomena«, que cubrió de nieve y hielo el 75% de la superficie peninsular empezando 2021.
Pujol ve en estas señales una llamada a mejorar nuestros hábitos para revertir, cada uno en la medida de sus posibilidades, los efectos del cambio climático. «Todos tenemos que hacer algo pero necesitamos liderazgo, necesitamos que los dirigentes y líderes políticos, que son los que toman decisiones, asuman su responsabilidad, porque a día de hoy las grandes decisiones no van a favor del planeta».
Andreu considera que la sociedad ha entendido la urgencia de actuar para revertir el calentamiento global y mitigar el impacto del cambio climático pero hay mucho por hacer. «En el mundo quedan muchos países con grandes centrales térmicas y de carbón que emiten grandes cantidades de gases efecto invernadero. Tenemos que ir hacia economías mucho más limpias pero siguen primando los intereses económicos«, señala.
En este sentido, Andreu es consciente de la importancia que tiene la educación ambiental para fomentar esa concienciación en las generaciones más jóvenes, aunque afirma que los millenial y los Z lo tienen claro y como ejemplo señala la «creciente conversación en torno a los asuntos ambientales en las redes sociales y la llamada a la acción climática».
«De ideas simples salen las mejores soluciones»
Este premio, que cada año recibe más de 10.000 proyectos de investigación sobre agua y sostenibilidad procedentes de 35 países, está orientado a mejorar la calidad de vida de las personas mediante una óptima gestión de los recursos hídricos, impulsando la investigación de los jóvenes en este sector.
Tras su evaluación, el Tribunal acordó designar como ganador de la edición 2021 al trabajo de Andreu Pujol por “la profesionalidad mostrada por el alumno en su presentación y por ser capaz de poner en marcha en solitario, con sus aciertos y sus errores, un proyecto cercano al mundo de la ingeniería, con el objetivo de dar solución a un problema local, como es la distribución del agua en un terreno agrícola de una forma más eficiente y menos costosa, tanto en términos económicos como en inversión de esfuerzos, para su propietario”.
El empleo de las tecnologías más verdes y eficientes, la incentivación de la cohesión social en un mundo limitado por una pandemia, y la apuesta por el consumo de proximidad terminaron por decantar al jurado por el proyecto “Diseño y construcción de un sistema de riego alimentado por energías renovables” como el merecedor de ser el representante español en la fase final del Stockholm Junior Water Prize.
«Hay que ir hacia economías más limpias, pero aún priman intereses económicos»
Pujol afirma haber ido tomando conciencia de la trascendencia de su proyecto a partir de las evaluaciones. El «solo buscaba ayudar a su abuelo a gestionar su huerto de manera más cómoda, barata y sostenible», unos valores esenciales que supo ver el jurado y que se traducen al algo tan grande como la cohesión territorial, la proximidad, la alimentación, la energía limpia y el agua, «un recurso vital para todo».
Las actuales circunstancias internacionales, con la existencia de una pandemia a nivel mundial contra la que aún se combate, ha llevado a los organizadores del Stockholm Junior Water Prize a cancelar, por segundo año consecutivo, el tradicional desplazamiento de los ganadores nacionales y sus tutores hasta la capital de Suecia para medirse en la fase final de este Premio internacional.
En su lugar, los organizadores han previsto la celebración de una final en formato online, en la que todos los ganadores nacionales participarán en distintas fases durante los meses de julio y agosto, tras la que se decidirá el proyecto ganador del SJWP 2021.
La edición mundial del Stockholm Junior Water Prize está organizada por el Instituto Internacional del Agua de Estocolmo (SIWI), cuyo objetivo es premiar grandes ideas que ayuden a mejorar la calidad de vida de las personas mediante la mejora de la calidad del agua, la gestión de los recursos hídricos, la protección de este recurso o el tratamiento del agua ya sea potable o residual. En la competición nacional, organizada por Fundación Aquae, pueden participar estudiantes de entre 16 y 21 años que cursen Secundaria, Bachillerato o Formación Profesional en un centro educativo de España.