Vladimir Laura: "El verdadero oro de Perú es el agua"

Vladimir Laura: «El verdadero oro de Perú es el agua»

Vladimir Laura: «El verdadero oro de Perú es el agua»

Hablamos con Vladimir Laura, experto en gestión de agua en Perú, que explica los retos del país para cumplir con el ODS 6. Ampliar la red de cobertura de saneamiento en zonas rurales y mejorar la calidad del agua que llega a las viviendas es una de ellas. El otro gran desafío es potenciar las infraestructuras de agua potable y aguas residuales, tarea que necesita grandes inversiones y la necesaria aportación privada


Pedro Cáceres | Director adjunto
Madrid | 31 marzo, 2021


De todos los países de América Latina, Perú es posiblemente el que tiene un reparto del agua más desigual en su territorio debido a su orografía y a su clima. Está definida por tres grandes zonas: la costa de clima seco, la sierra captadora de lluvias y la selva del Amazonas. La nación recibe precipitaciones abundantes, pero desigualmente repartidas. El 97% del caudal vierte hacia la cuenca amazónica. Solo el restante 3% fluye hacia la costa, que es precisamente donde se encuentran los grandes núcleos de población, como la capital, Lima.

Este dato explica por sí solo la necesidad de llevar a cabo una adecuada gestión de los recursos hídricos en el país, pues la disponibilidad del mismo es esencial para el bienestar humano y la capacidad de desarrollo social y económico.

Sobre estas cuestiones hablamos con Vladimir Laura, 46 años, ingeniero Civil por la Universidad Nacional de San Antonio del Cusco (Perú) y que ha dedicado su completa carrera profesional a la gestión del agua en el país andino, trabajando en el pasado para diversas empresas prestadoras de servicios (EPS), así como para el Organismo Técnico de la Administración de los Servicios de Saneamiento (OTASS) y ahora en PROAGUA, programa financiado por la cooperación alemana y la Cooperación Suiza – SECO, que apoya al Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento.

Para Vladimir Laura, el agua es un bien esencial, que en el último año ha ganado en importancia y visibilidad debido a la pandemia de coronavirus: “Acaba de celebrarse el Día Mundial del Agua, con el lema internacional de ‘El valor del agua’, y esto no puede ser más acertado y más en el contexto actual de crisis sanitaria mundial”, afirma el experto.

En opinión de Vladimir Laura, “la pandemia ha vuelto a poner en una escala de valores alta al agua, para que la población entienda de su importancia, porque parte de la solución de la crisis sanitaria es justamente el agua por el uso de la misma para el lavado de manos y disponer de ella en las viviendas es clave”. Por desgracia, no siempre el agua, pese a su importancia, es apreciada como se merece: “Suele ser un tema que se mira por el costado de los ojos. Se puede pensar de forma general en la disponibilidad futura, en el mal uso que se le da y en la necesidad de ahorro,  pero no se valora lo importante que es para la vida este recurso”.

Cobertura y saneamiento en Perú

Entre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030 de la ONU hay uno consagrado específicamente al agua. El ODS 6 defiende la necesidad de tener Agua Limpia y Saneamiento para todos, algo en lo que Perú lleva trabajando tiempo, con avances, pero con retos todavía por superar.

De este modo, explica Vladimir Laura, “en cobertura o abastecimiento de agua se ha avanzado bastante bien y estamos en torno a un 90%-95% de cobertura en las áreas urbanas”. Sin embargo, todavía es necesario mejorar la calidad, puesto que en esas zonas solo el 45% al 50% recibe agua de calidad, es decir correctamente tratada y potable para uso de boca, matiza Laura. “Son valores realmente alarmantes”, señala.

 “La pandemia ha vuelto a poner en una escala de valores alta al agua”, dice Vladimir Laura

La situación en las áreas rurales es peor, pues ahí la cobertura está en torno al 70%-75% y respecto a la calidad, el ratio es bajo y las estadísticas nacionales señalan que solo un 5% recibe agua de calidad en las zonas rurales.

Respecto a la otra parte del ciclo del agua, es decir la recogida y tratamiento de aguas residuales, las cifras tampoco son peores. Según Laura, “en el caso del alcantarillado hay brechas grandes todavía en zonas urbanas y más todavía en las rurales; y los recursos que tenemos disponibles son insuficientes”.

Dunas del desierto de Huacachina en la región de Ica de Perú. | FOTO: Saiko
Dunas del desierto de Huacachina en la región de Ica de Perú. | FOTO: Saiko

Inversión y aportación privada

Queda mucho camino por recorrer y para eso es necesario llevar a cabo un esfuerzo de inversión y construcción de infraestructuras. “Es una brecha enorme que tenemos que cubrir y se necesita bastante inversión para atender esa demanda. Y la cuestión es que actualmente no hay recursos”, afirma Vladimir Laura.

Como dato, el incremento en cobertura de abastecimiento que se ha visto en los últimos cinco años ha sido en torno al 1% anual en el área rural. Un ritmo claramente insuficiente.

Por ello hacen falta inversiones y un esfuerzo conjunto para movilizarlas. Vladimir Laura, precisamente, forma parte ahora de un equipo de trabajo encargado del plan nacional de saneamiento de 2021 a 2025, dedicado a estudiar “las brechas que deben cerrarse y el financiamiento de esos proyectos”. Son cantidades significativas, pues en el periodo 2017-2021 el esfuerzo inversor estaba fijado en 49.000 millones de soles, unos 10.500 millones de euros.

De cara a lo que falta por hacer a partir de ahora, “se están viendo las formas de implicar al sector privado para que pueda atender o financiar proyectos de agua, saneamiento y alcantarillado para cerrar las brechas que tenemos en el Perú”, afirma el experto.

Una geografía compleja

«Nuestra geografía es compleja», afirma Vladimir Laura. Tenemos una sierra que divide al país en dos. De este modo, la zona costera recibe aproximadamente el 3% del agua que fluye por el país y que va hacia el Pacífico; y el 97% restante discurre hacia la vertiente amazónica y el Atlántico. «Y sucede que las zonas más pobladas del país precisamente están en la zona costera que apenas recibe ese 3% del agua dulce que tenemos en el Perú, y ahí tenemos a Lima y también otras grandes ciudades como Piura, Trujillo o Arequipa«, añade el experto
La localidad de Aguas Calientes en la región peruana de Machu Picchu FOTO Alessandro Pinto
La localidad de Aguas Calientes en la región peruana de Machu Picchu FOTO Alessandro Pinto

El agua y los ODS

En opinión de Vladimir Laura la buena gestión del agua exige tocar todos los frentes de la sostenibilidad, entre ellos de forma especial la gobernanza. «Implica tener las políticas bastante claras y conciliadoras y de alcance universal», señala el experto. En ese sentido, recuerda los conflictos sociales que ha habido en su país por disputas regionales sobre el uso de los cauces, o entre los propios sectores productivos como el agrícola y el minero, que se disputan recursos escasos.

También a nivel de Latinoamérica ha habido enfrentamientos entre países por el uso de cuencas compartidas.

«Se están viendo las formas de implicar al sector privado para que pueda atender o financiar proyectos de agua»

En ese sentido, visto lo delicado y valioso que es el recurso hídrico, y ante las incertidumbres que plantea el cambio climático, Vladimir Laura defiende la necesidad de poner en valor el agua. «En un contexto de cambio climático y recursos escasos el agua es vital y es la verdadera riqueza, el verdadero oro del país. Además el agua es un recurso renovable, no se trata de extraerlo, sino de manejarlo bien. Algo similar ocurre con el aire, otro recurso clave que debemos cuidar y no valoramos hasta que se pierde», afirma.

La formación a distancia con España

Aunque Vladimir Laura ha ejercido toda su carrera profesional en Perú, tiene una relación intensa y reciente con España, ya que durante los dos últimos años ha estado cursando el Master de Tecnología y Gestión del Agua que imparte la Escuela del Agua.

Se trata de una formación especializada a la que acceden profesionales españoles y de otros países para renovar conocimientos y ponerse al día en nuevos campos. «Para mí ha sido muy interesante y gratificante. Me ha aportado mucho en el conocimiento y formación y justamente me está ayudando bastante en el proceso de emplear y plasmar lo aprendido en el plan nacional de saneamiento en el que estoy trabajando ahora».

Pese a que pueda pensarse que los másteres son apropiados para recién licenciados o jóvenes profesionales, también le son muy útiles a profesionales consolidados. «Me parece importante tener un cierto recorrido en la profesión para luego hacer un master dirigido hacia aquello que pretendes potenciar», dice Laura, quien añade que él ha cursado el master de la Escuela del Agua después de tener 18 años de experiencia en el sector, y que precisamente entendía que necesitaba seguir formándose y especializándose y «hacer un aporte importante a su carrera».

«Me parece importante tener un cierto recorrido en la profesión para luego hacer un master dirigido hacia aquello que pretendes potenciar», dice Vladimir Laura

En su caso, el master fue compatible con su trabajo desde Perú puesto que se ha tratado de una formación online llevada a cabo desde el año 2018 hasta el año 2020. Respecto al valor del master, este responde a un conjunto de activos, explica. «Es un conglomerado de varias cosas. En principio la relación que tienes con los docentes que te ayudan de forma muy cercana; y luego está en cómo desarrollas el programa a través de los retos que te proponen, que son claros y concretos y te permiten visualizar una realidad que se te puede presentar en cualquier momento: además hay una intercomunicación en la que todos los participantes de los módulos nos permite conocer diversas realidades, en contacto con profesionales de España y otros países, donde vemos cómo ellos enfocan el tema del agua y qué soluciones y enfoques han hecho y esto es algo colaborativo que te permite crecer también», explica Laura.

Alpacas pastando en el altiplano de Perú en la Reserva Nacional de Salinas y Aguada cerca de Arequipa. | FOTO: SL Photography
Alpacas pastando en el altiplano de Perú en la Reserva Nacional de Salinas y Aguada cerca de Arequipa. | FOTO: SL Photography

 

Pérdidas y agua no facturada

Son muchos los retos que tiene Perú todavía para cumplir con el ODS 6 del agua, explica el experto, y los más esenciales son ampliar la cobertura de abastecimiento y mejorar la calidad del agua servida, además de desarrollar una red de saneamiento y depuración.

Pero hay también otros retos, como es el agua no facturada, es decir el agua que se pierde durante el transporte o que no es computada por problemas en la medición de contadores. «En Perú el agua no facturada está en torno a 40%. Es decir, del 100% del agua que se capta el 40% se pierde en alguna parte del camino; principalmente en las redes en las conexiones, sub-registro en los medidores o por temas de fraude», afirma Vladimir Laura. «En las regiones donde se tiene el recurso, este tema de la pérdida de agua toma bastante vigencia y es un tema urgente por atender«, añade.

La sabiduría hidráulica del pasado

Vladimir Laura pone en valor los conocimientos del pasado para aplicarlos al siglo XXI. «En el Perú antiguo las personas que habitaban estos territorios tenían bastante clara la importancia del manejo del agua. Los incas fueron los que coronaron todo ello. Eran grandes ingenieros hidráulicos y afrontaron de manera muy interesante el manejo excelente del agua ajustándose a los diversos escenarios topográficos que tiene el país.


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