Entre platós y videoconferencias el experto epidemiólogo Juan Jose Badiola ha hecho un hueco para compartir con El Ágora sus reflexiones acerca del nuevo coronavirus COVID-19; una enfermedad que en España supera los 11.000 infectados y se acerca a los 500 fallecidos; cifras que ponen a España como segundo país del mundo donde más crecen los contagios.
A pesar del Estado de Alarma, adoptado el pasado fin de semana para toda España, la situación, a juicio del profesor Badiola “se nos ha ido de las manos; a pesar de la experiencia china o la italiana hace apenas 10 días no pensamos que en España nos viésemos al borde del colapso sanitario” y es que el coronavirus COVID-19 tiene particularidades que lo hacen especialmente peligroso por lo que se ha convertido ya en pandemia global.
Un virus de origen animal
Se trata de un virus nuevo de la familia de los coronavidae de origen animal, relacionado con el murciélago aunque todavía no sabemos cuál ha sido el animal intermedio en el que el virus se ha familiarizado con la especie humana.
Entre sus particularidades, su gran capacidad de contagio y propagación con mas de 120 países afectados en estos momentos y menos letalidad que los que aparecieron anteriormente como el SARS en Corea del Sur o el MERS en Arabia Saudí.
En ambos casos un virus que también dio el salto interespecie a partir de la civeta y el dromedario respectivamente a la especie humana.
En España el crecimiento exponencial de los contagios arroja un incremento promedio diario del 25% en el número de diagnósticos y eso pone en riesgo de colapso el sistema sanitario español “y de cualquier otro lugar del mundo”.
Para el profesor Badiola esta rapidez de expansión hace que el virus ya esté en toda España y que los contagios sean locales y descontrolados, “de ahí que haya sido necesario adoptar medidas drásticas para distribuir en el tiempo los ingresos”.
«Los epidemiólogos pensamos que el 70% de la población acabará pasando el coronavirus, y en el 80% de los casos con síntomas leves similares a una gripe con tos seca y fiebre; pero hay un 20% de los contagiados que requerirán hospitalización y un 5% cuidados intensivos por la virulencia del COVID-19 que en los casos críticos provoca graves neumonías bilaterales, especialmente en pacientes mayores o con patologías asociadas».
España ha apostado por una estrategia sanitaria que diagnostica a partir del cuadro clínico del paciente en lugar de realizar test de detección (PCR) de coronavirus de manera sistemática como han hecho en otros países como Alemania o Corea del Sur, “países que han demostrado buenos resultados epidemiológicos”, afirma Badiola, “aunque aquí hemos tenido que adaptarnos a la situación desbordados”.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud ha urgido a todos los países a hacer pruebas masivas para detectar contagiados y a aislar incluso a los casos leves.
Su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha calificado las medidas tomadas por España como “muy valientes”, pero ha advertido de que no serán suficientes.
Afirmación que comparte el profesor Badiola que, como buen epidemiólogo, considera que es fundamental tener una imagen real de la enfermedad para poder adoptar las mejores medidas en cada momento, con diagnósticos clínicos, insiste, podemos dejar casos camuflados o sobrediagnósticos que no nos ofrecen certezas para estudiar desde la realidad y la certeza el comportamiento del coranavirus y modelizar su evolución.
“Si los españoles somos capaces, como se viene demostrando estos últimos días, de mantenernos confinados en casa y limitar nuestras interacciones sociales y laborales a lo meramente imprescindible es posible que el pico de contagios, y por tanto el control del COVID lo logremos a mediados de abril.
Optimista por naturaleza y con gran fe en el ser humano, el profesor Badiola reitera la necesidad de que todos comprendamos la enorme responsabilidad personal que tenemos para frenar la expansión del virus y no contribuir a colapsar el sistema sanitario, “uno de los mejores, si no el mejor del mundo” que trabaja sin descanso para afrontar la avalancha del coronavirus.
Y en este sentido nos explica que, quedarse en casa y lavarse las manos con agua y jabón son las mejores medicinas preventivas contra el COVID-19.
Confía el profesor en que en breve dispondremos de antivirales para lograr combatir la enfermedad, medicamentos que ya se han testado con otros coronavirus y que tardarán poco en salir al mercado y, quizá algo más la vacuna. Porque aunque el que lo pase contará con anticuerpos para la próxima vez, aún no sabemos si este COVID-19 ha llegado para quedarse ni su capacidad para mutar en diferentes cepas como la gripe.
Eso sí tiene claro que la vacuna la lograrán primero los científicos chinos.