“Estas cumbres deberían invitar a los campesinos” - EL ÁGORA DIARIO

“Estas cumbres deberían invitar a los campesinos”

Sebastião Salgado

Fotoperiodista

En el marco de la Cumbre del Clima de Madrid, el fotoperiodista brasileño Sebastião Salgado ha viajado hasta la capital para impartir una conferencia sobre la Amazonia brasileña, protagonista de su última obra que llegará a España en 2023. Salgado pide que se invite a los campesinos a estos encuentros internacionales, critica con dureza la gestión medioambiental de Bolsonaro y cuestiona el modelo de consumo actual. “No vamos a sobrevivir como especie”, advierte


Laura Chaparro
Madrid | 4 diciembre, 2019

Tiempo de lectura: 5 min



El joven Sebastião Salgado (Aimorés, Brasil, 1944) lo tenía todo para ser un economista de éxito hasta que la fotografía se cruzó en su camino. Mientras trabajaba en la Organización Internacional del Café viajó a varios países de África y, por encima de sus logros profesionales, lo que realmente le llenaba cuando llegaba a casa era contemplar las fotografías que había hecho. Con una oferta para trabajar en el Banco Mundial y a sus 29 años, decidió dejar la carrera de economista para captar instantes de vidas con su cámara.

Hoy, a sus 75 años es considerado uno de los mejores fotoperiodistas del mundo. Sus inconfundibles instantáneas en blanco y negro convencieron al jurado del Premio Príncipe de Asturias de las Artes para darle el preciado galardón en 1998 por haber sabido retratar la condición humana y poner de manifiesto las desigualdades del mundo actual “con un lenguaje plástico personal, profundo, poético y de alta calidad formal”.

Y este es solo uno de los numerosos premios que ha conseguido en su intensa carrera. Tras pasar por las agencias Sygma, Gamma y Magnum Photos, en 1994 decidió crear, junto a su esposa, Lélia Deluiz Wanick, su propia agencia, Amazonas Images.

Portada de su famosa obra fotográfica Trabajadores (1996), publicada en varios idiomas.

Con motivo de la Cumbre del Clima (COP25) que se está celebrando en Madrid, el fotoperiodista ha impartido este martes la conferencia “La Amazonia brasileña” en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid). Antes de empezar, dedicaba unos minutos a hablar con El Ágora sobre lo que espera de esta convención, frente a la que no es optimista.

“Todas estas cumbres, una detrás de otra, acumulan los problemas y nada ha sido resuelto desde que han empezado: el calentamiento continúa, la emisión de carbono siempre está subiendo mucho más…”, se lamenta.

En su opinión, lo importante no es tanto quién participa sino los grandes ausentes. “Espero que a estas cumbres se empiece a invitar a las personas que deberían ser las primeras en estar y que nunca han venido, como los campesinos, las gentes del campo”, plantea. Según Salgado, estamos ante “una cumbre de urbanos intentando resolver problemas de todo el planeta”, cuando la biodiversidad perdida no está en las capitales. “Hay que cambiar el espíritu de estas cumbres”, recalca.

La Amazonia está en peligro

Respecto a la Amazonia brasileña, la protagonista de la conferencia y el lugar en el que ha pasado los últimos años realizando miles de fotografías de sus árboles, su fauna, sus ríos y sus pueblos, Salgado se muestra especialmente crítico con su situación actual, amenazada por los constantes incendios y talas que van recortando su extensión.

“Es un problema serio. La Amazonia brasileña está en un proceso acelerado de destrucción, con un gobierno que no respeta los bosques, que no respeta los pueblos indígenas”, denuncia a El Ágora. El fotoperiodista reclama una concienciación planetaria de protección de ese espacio porque perderlo “sería complicado para todos”.

Afincado la mayor parte de su vida en Francia, a finales de los 90 creó, junto a su esposa, el Instituto Terra en Brasil, surgido tras la devastación ambiental que rodeaba a un antiguo rancho ganadero de su familia cerca de Aimorés, el lugar donde nació. Con mucho trabajo consiguieron devolver a la propiedad su estado natural de selva subtropical y eso les impulsó a crear el Instituto Terra, con el que ya han plantado millones de árboles nativos en el país.

En este mapa del Monitoring of the Andean Amazon Project se aprecia la superficie amazónica brasileña deforestada en los últimos años. Fuentes: UMD/GLAD, NASA (MODIS), DETER, Hansen/UMD/Google/USGS/NASA.

Durante su conferencia, el fotoperiodista mostró diferentes mapas de la Amazonia en los que se refleja la fragilidad de este pulmón planetario, con una deforestación que afecta a casi el 20% de su extensión. Con un tono enérgico y en un castellano casi perfecto, Salgado denunció que la llegada de Jair Bolsonaro al poder ha dado lugar a un gobierno permisivo que permite a la gente deforestar sin ser penalizada.

“Los árboles tienen una función fabulosa, que es la captura de carbono”, recordó el fotógrafo, para quien el problema ambiental que está viviendo el bosque amazónico es de alcance mundial y, por tanto, debe ser abordado por la comunidad internacional.

Uno más en las tribus indígenas

Con una mirada antropológica, podríamos decir científica hacia lo que capta su objetivo, Salgado ha recorrido un centenar de países fotografiando la realidad, sin artificios. Una de sus obras más conocidas es Trabajadores (1996), una serie de imágenes sobre las durísimas condiciones de trabajo de los campesinos brasileños, los mineros de Indonesia o los bomberos en los pozos petroleros de Kuwait.

Lejos de mantenerse imparcial, el fotógrafo brasileño define su obra como “fotografía militante” y ese espíritu se aprecia también en su último trabajo, Amazonia, que se expondrá en París el 6 de abril de 2021. Unos días después, llegará a São Paolo, a Río de Janeiro y a Roma. Según fuentes de su entorno, está previsto que la exposición se muestre en España en el 2023.

Para este último trabajo, Salgado ha dedicado más de seis años a fotografiar la Amazonia adentrándose en doce comunidades indígenas. Durante la conferencia se proyectaron decenas de estas fotografías que destilan su huella inconfundible. La ausencia de colores aumenta la profundidad de los gestos, de acciones cotidianas como la caza, beber agua en el río o las reuniones tribales. Aunque la mayor fuerza la tienen los retratos, con miradas que remueven algo en el espectador.

Las fotografías aéreas de la selva amazónica las realizó con la ayuda del ejército brasileño, con quien viajó para adentrarse en algunos lugares de muy difícil acceso. Acompañado de un antropólogo y un traductor, Salgado tiene un don para convertirse en uno más de la tribu y conseguir que su cámara se funda con la selva y pase completamente desapercibida.

Cuestiona la sociedad de consumo

“La violencia en algunas de estas tribus es su último punto en la escala de valores”, resalta. El contraste de estas poblaciones con las nuestras es brutal. “Tenemos que poner en cuestión nuestra sociedad de consumo”, sostiene.

Muy crítico con el consumismo aparejado con fechas como el Black Friday, el fotoperiodista califica nuestra sociedad como “ridícula” porque vivimos problemas terribles y no pensamos en la sostenibilidad del futuro. Y advierte: “No vamos a sobrevivir como especie y no estamos preocupados”.

El fotoperiodista estuvo acompañado por la ministra de Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, quien expresó su admiración hacia su trabajo. “Nos sabe tocar las emociones con ese lado humano”, resaltó. A la conferencia también asistió la ministra de Justicia en funciones, Dolores Delgado, quien, en el turno de preguntas reflexionó sobre el ecocidio como fenómeno de destrucción intencionada del medio ambiente.

La ministra recordó que este concepto figuró como un crimen contra los derechos humanos en el borrador del Estatuto de Roma –con el que se creó la Corte Penal Internacional– pero finalmente no se incluyó. “Lo que ocurre en la Amazonia afecta a las tribus y al planeta entero. Es un bien jurídico universal”, subrayó.

En su respuesta, Salgado denunció que lo que está haciendo Bolsonaro en Brasil “es un crimen de genocidio”. “Se están asesinando a indígenas y él es el responsable de estos crímenes”, aseguró y apeló a la justicia para proteger a estas comunidades y al conjunto de la Amazonia. Sus imágenes son testigo del tesoro que está en juego.


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