No cabe duda: los jóvenes son el futuro. Son ellos los que tomarán el relevo de los mayores y los que pondrán fin a los problemas del ahora. Son ellos los que se convertirán en los nuevos líderes y quienes transformarán la sociedad. Los que se enfrentarán a los nuevos desafíos y los encargados de encauzar al mundo a un futuro próspero. En definitiva, son ellos a los que hay que apoyar hoy para conseguir un mañana.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), aprovechando la celebración de la Cumbre sobre la Acción Climática el próximo 23 de septiembre, ha querido mostrar su respaldo a la generación del futuro a través de la organización de la Cumbre de la Juventud sobre el Clima dos días antes.
Este espacio dará voz a 500 jóvenes de todo el mundo para que puedan exponer sus propuestas en materia de lucha contra el cambio climático. Entre ellos está la representante española y activista climática Patricia Ramos, una joven estudiante de medicina que no pudo dejar de lado el gran problema que está viviendo el mundo en la actualidad y que está transformando la Tierra tal y como la conocemos.
“Llevo haciendo acciones contra el cambio climático desde que era pequeña. Reciclaba, ahorraba agua en la medida de lo posible y reutilizaba lo que ya no me servía”, explica Patricia Ramos a El Ágora.


Sin embargo, estas pequeñas acciones no fueron suficientes para transformarla en la activista que es ahora. Hizo falta algo más que encendiese su interruptor, que la impulsase. Ese momento llego, tal y como confiesa, con su viaje a Paraguay.
“En 2017 viajé junto a Plan Internacional, la ONG con la que colaboro, a Paraguay, un país profundamente afectado por los desastres naturales. Allí pude comprobar el poder destructivo de los elementos que están siendo alterados por el cambio climático, como las riadas”.
Durante su estancia en el país sudamericano, Patricia Ramos también observó otro problema. Un problema extrapolable a otros países y que afectaba a las más pequeñas: las niñas. “El cambio climático cambiaba el modo de vida de las personas. Las riadas y las lluvias torrenciales impedían a las familias conseguir bienes básicos, como la comida y el agua. Ante esta situación, las niñas eran las primeras en abandonar la escuela para conseguirlos. Y eso es solo un ejemplo”, destaca la representante.
Tras vivir todas esas experiencias, la joven concluyó que había que hacer algo al respecto. Pero que cambio climático y la lucha de género no podían ir separados: una influía a la otra en ciertos aspectos.
El papel de Patricia Ramos en la Cumbre del Clima
“Que haya sido elegida entre tantos candidatos me supuso una gran alegría, pero una enorme responsabilidad”, comenta la activista. Para ella, esta cumbre implica un paso más y una oportunidad para por fin exponer esas incertidumbres, pero también un foco de posibles críticas: “Al mínimo error que cometa hablando de estos temas sé que recibiré críticas”.
Pero la joven está decidida y animada y tratará de inculcar al resto de participantes su malestar por el cambio climático y la situación de las niñas en los países en desarrollo: “Queremos que se tenga en cuenta el papel de la mujer en la lucha contra el cambio climático y que no se la discrimine en los futuros empleos verdes”.
Además de influir con sus ideas en la cumbre, Patricia Ramos tiene en mente otro gran objetivo: hacer llegar estas sus peticiones al gobierno español.
“Vamos a intentar que Patricia y Pedro Sánchez puedan tener un encuentro para que estas peticiones lleguen a lo más alto. Y si ese encuentro no tiene lugar, se las trasladaremos al Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) para que al menos su gabinete tenga constancia de la reclamación”, informa Plan Internacional a El Ágora.
Aunque el país atraviesa un período político inusual, con nuevas elecciones generales en noviembre, la activista no duda de que sus propuestas puedan llegar a buen puerto. “Se está insistiendo mucho en que se tiene que hacer algo al respecto ante este problema que nos va a afectar a todos, por lo que creo la mayoría de los candidatos actuarán”.
Mitigar el cambio climático es posible
Se habla mucho de que se puede derrotar al cambio climático, pero Patricia Ramos no está de acuerdo: “Su propio nombre lo indica. Es un cambio, y los cambios no se pueden parar”.
Sin embargo, comenta que nuestro futuro no está escrito y que, aunque no se pueda frenar, si se podrá mitigar y ablandecer sus efectos. “El Acuerdo de París es el claro ejemplo de que sí que se puede parar. El tratado pone las pautas para no superar el límite de 2 grados centígrados, incluso un grado, por lo que es totalmente posible”.Ahora bien, Patricia tampoco entiende que se haya comenzado ya a aplicarse: “El mundo necesita investigar más sobre el asunto, pero aun así tenemos la tecnología suficiente como para cumplir con los objetivos marcados para la reducción de emisiones. Tenemos que comenzar hoy mismo a actuar”.
En este sentido, para ella, España puede ser un ejemplo a seguir en la lucha contra el cambio climático ya que el terreno, el clima y la biodiversidad que componen el país es único. “Si conseguimos reducir las emisiones y cuidar el medio ambiente, todo el mundo se fijaría en nosotros. Tenemos las herramientas, solo hace falta que las utilicemos”, afirma.
Un nuevo personaje entra en juego: los jóvenes
Antes de finalizar, la activista no pudo evitar dar su opinión acerca de la importante labor que están ejerciendo los jóvenes ante el problema del cambio climático.
“Los jóvenes somos quienes estamos dando luz a este problema que antes se evitaba”, señala la activista, que cree más que necesario que surjan movimientos como Fridays For Future.
El papel de Greta Thunberg, en este sentido, ha sido decisivo, según Ramos: “No solo se trata de un referente más importante para los jóvenes, sino que además es una mujer. Una mujer joven que ha trasladado todas nuestras demandas a los políticos y quien está visibilizando este problema para que el resto de la sociedad se conciencie”.
Estudiante de medicina, activista por los derechos de las niñas y portavoz de los jóvenes españoles en la Cumbre de la Juventud por el Clima que organiza Naciones Unidas en Nueva York, Patricia Ramos nos cuenta cómo un viaje a Paraguay le cambió los esquemas y nos traslada su optimismo sobre la lucha contra el cambio climático. Cree que España puede convertirse en un referente en este movimiento global y afirma que los jóvenes son la clave para concienciar al resto de la sociedad
Para la estudiante, “es ahí donde está la clave” ya que los políticos, menos concienciados como norma general, son los que tienen el poder de llevar a cabo estos cambios: “Sin ellos, las protestas de los jóvenes no tienen sentido. Nos tienen que escuchar”.
Ahora Patricia, al igual que Greta, tienen la misión de convencerles. La misión de hacerles ver que lo que dicen los jóvenes tiene sentido y que el cambio climático tiene solución. La misión de convertirse en la próxima referente que encabece esta lucha. La misión de hacer ver que los jóvenes son el futuro.
