"No estamos ayudando al mar a que nos ayude"

«No estamos ayudando al mar a que nos ayude»

Enric Sala

Científico experto en biodiversidad marina

El científico experto en biodiversidad marina Enric Sala alerta de que el mar Mediterráneo sufre especialmente las consecuencias del cambio climático y pide dar prioridad a la conservación de los óceanos y su biodiversidad. «Las emisiones crecen y la naturaleza no da abasto», advierte el oceanógrafo español, explorador residente de National Geographic, durante su paso por la COP25


Nicolás Pan-Montojo | Redactor
Madrid | 9 diciembre, 2019

Tiempo de lectura: 4 min



Enric Sala es una de las máximas autoridades mundiales en biodiversidad marina, pero también es un divulgador de primer nivel. Científico y explorador, este gerundense de 51 años es el fundador y líder del proyecto Pristine Seas de National Geographic, que busca identificar, proteger y restaurar los últimos lugares verdaderamente salvajes del océano. Su sonrisa sincera y su coleta canosa van a juego con un desenfado juvenil a la hora de expresarse que no quita que Sala sea muy contudente a la hora de hablar de los riesgos que corre su gran pasión, el mar. «El mar es la solución al cambio climático, pero no estamos ayudando a que nos ayude«, se lamenta.

El que fuera profesor de Ecología Marina se encontraba este lunes en el pabellón de España de la COP25, donde ha tenido una breve charla con la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, el director de la UICN Mediterráneo, Antonio Troya, y el coordinador de UNEP-MAP (Convenio de Barcelona), Gaetano Leone. Al finalizar la misma, Sala ha tenido un momento para hablar con El Ágora sobre la conservación marina y el futuro del Mediterráneo, objeto del evento.

Para Enric Sala, debemos buscar la solución a nuestros problemas en el gran azul. «El mar es una víctima del cambio climático y el Mediterráneo es una buena prueba: mortalidades masivas de coral rojo, especies de esponjas que desaparecen, pastos submarinos destruidos…», comenta con pesadumbre. «Pero el mar es también una solución para el cambio climático. Afortunadamente para nosotros, el mar ha absorbido el 90% de la energía extra que hemos generado desde la Revolución Industrial. Si el océano no hubiera absorbido esa energía, ahora hablaríamos de 36 grados de aumento de las temperaturas, y no dos», asegura el científico.

«El Mediterráneo es un mar muy castigado, pero si le damos la oportunidad tiene una capacidad espectacular de recuperarse»

Sin embargo, el científico considera que ya hemos llegado al límite de lo que pueden soportar los océanos. «Estamos disminuyendo la resiliencia del mar con la sobrepresca. El mar Mediterráneo es el más sobrepescado del planeta, a lo que hay que añadir que encima se está calentando más que la media» apunta Sala. Hace poco, el Foro Regional de la Unión por el Mediterráneo (UpM) alertó de que el cambio climático provocará una subida de un metro del nivel del mar Mediterráneo que afectará “masivamente” a la región, en la que viven más de 500 millones de personas y que se calienta un 20% más rápido que el resto del planeta.

Para Sala, la receta está clara: ser mucho más restrictivos con la pesca y otras actividades humanas que afectan a los ecosistemas marinos. «La manera más rápida de incrementar la resiliencia del Mediterráneo sería incrementar las áreas protegidas para pescar hasta un 30%, teniendo en cuenta que, actualmente, menos del 1% de la superficie del Mare nostrum tiene algún tipo de veda. Las especies se recuperan en la zona y se repueblan las zonas aledañas. Es una solución fácil, factible, con ejemplos buenos en el Mediterráneo y efectos inmediatos«, asegura el experto de National Geographic.

Espacios prístinos y depredadores

El trabajo de Enric Sala fuera de España se centra en los llamados «espacios prístinos» marítimos, es decir, zonas en las que no ha habido absolutamente ninguna influencia humana. Quedan muy pocos, pero más de una treintena ya ha sido explorada por el equipo de National Geographic que dirige Sala. Y han llegado a una conclusión clave. «La abundancia de la vida marina, en espacios donde nunca se ha pescado, es muchísimo más alta de lo que esperaríamos«, explica el científico. «Como media, cuando se protege una zona, la reserva de peces se incrementa seis veces con respecto a las zonas no protegidas aledañas», apunta.

Pero su observación más fascinante es incluso contraituiva: los grandes depredadores, como el mero o el tiburón, aparecen en zonas prístinas en concentraciones 10 veces más altas que en el resto del mar conocido. «Esas zonas han revelado que lo que conocíamos del mar es tan poco que estábamos equivocados. Creíamos que era una pirámide alimenticia normal, como en África: muchos ñus y pocos leones. Pero en arrecifes de coral vírgenes, la mayor parte de la biomasa es de depradadores. Esto es revolucionario y además muestra que muchas de nuestras estrategias de regeneración, en pesquerías y demás, están basadas en conceptos erróneos», explica.

Enric Sala
De izquierda a derecha, Gaetano Leone (UNEP-MAP), Enric Sala, Antonio Troya (UICN) y Teresa Ribera, durante la charla en el pabellón de España durante la COP25

Ante esta explosión de biodiversidad que se produce en las zonas vírgenes del océano, la receta de Sala para superar los problemas en nuestro mar más afectado son claras. «Las reservas marinas del Mediterráneo son ejemplos a nivel mundial. En Turquía se ha conseguido crear una serie de reservas pequeñas en las que ya hay focas monje y tiburones. El Mediterráneo es un mar muy castigado, pero si le damos la oportunidad tiene una capacidad espectacular de recuperarse«, asegura.

Pero para ello, explica el científico, es necesario un cambio de mentalidad. «Cada vez hay más concienciación, pero no se actúa», concede Enric Sala, que apunta a un problema concreto: el lobby industrial. «Yo creo que, siendo muy pragmático, el problema real es la presión de las industrias extractivas como la pesca, la ganadería, o la tala de madera. Estas industrias tienen un papel político muy importante y funciona en ciclos cortos, igual que las elecciones. Y hay demasiados intereses en juego. Es necesario superar esa visión cortoplacista si se quiere un cambio real», ha apostillado el experto en océanos.



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