Para Krug esta Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25), que se celebra desde del 2 al 13 de diciembre en Madrid bajo presidencia Chilena, es fundamental porque marcará el verdadero compromiso de los líderes mundiales con el Acuerdo de París que exigirá resultados en la reducción de emisiones de CO2 a partir de 2020.


En esta COP, afirma la vicepresidenta del IPCC, los principales expertos mundiales “presentan tres estudios científicos que avalan el cambio climático, que ya es indiscutible con el avance del conocimiento”.
El informe sobre el calentamiento global nos plantea escenarios sobre incrementos de temperatura por encima 1,5 grados centígrados, y la realidad ya nos acerca a un incremento cercano a los 2 grados. «Este diagnóstico ya es en sí mismo muy preocupante en regiones donde este calentamiento ya ha impactado con graves consecuencias y donde además de la mitigación del impacto hay que trabajar en la adaptación a las nuevas condiciones”, explica a El Ágora.
En 2015 ya se planteó la necesidad de frenar el calentamiento pero «no estamos en la trayectoria correcta. Es posible llegar a los objetivos, pero estamos muy lejos de conseguirlo, por eso el esfuerzo tiene que ser muy importante. Las políticas que los países pusieron sobre la mesa cuando se cerró el Acuerdo de París en 2015, llevarían en estos momentos a que el calentamiento llegue a los 3 grados a final de siglo».
Para limitar el calentamiento a 1,5ºC, las emisiones netas de CO2 tendrían que reducirse un 45% en 2030 y llegar a cero en 2050
«Cuanto más tiempo tardemos en reducir dichas emisiones, peores serán las consecuencias», insiste Krug.
El segundo informe, nos habla de los usos del suelo, «de los límites que nos plantea la tierra en su explotación y de cómo un buen uso puede contribuir a mitigar el cambio climático explotando el papel de los suelos como secuestradores de CO2”.
En este aspecto, Krug señala que es muy importante poner sobre la mesa distintas medidas que tengan en cuenta el coste, no sólo económico sino también social de las comunidades que viven del sector agrícola, ganaderos y forestal e impulsar la cooperación internacional para que no soporten todo el peso las regiones más vulnerables».
Por último los científicos han sido «contundentes respecto al irrefrenable impacto del cambio climático en los océanos que apuntan a un claro incremento del nivel del mar que amenaza a las regiones costeras”.
En nuestro último informe, donde hacemos un repaso de los efectos de un incremento de 1,5 grados y los comparamos con una subida de 2 grados, tenemos datos que demuestran que el nivel del mar aumentaría 10 centímetros con tan solo medio grado más de temperatura, con diez millones de personas expuestas a los impactos asociados.
“Con estos tres informes no venimos a discutir si hay o no cambio climático, ni siquiera si hay causas antropogénicas que lo aceleran, el diagnóstico es claro y el tratamiento urgente, tenemos que ser ambiciosos en esta cumbre y reducir las emisiones de CO2 procedentes de energías fósiles, que provoca el 75% de las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, si queremos un futuro habitable para el planeta”.
Además de reducir las emisiones los científicos, señala Krug, nos urgen a implantar medidas para secuestrar CO2 y removerlo de la atmósfera, y para eso es fundamental el desarrollo de técnicas y tecnologías que puedan implantarse en proyectos de cooperación que favorezcan la mitigación y la adaptación sobre la base de que cuanta más mitigación del impacto seamos capaces, menos adaptación será necesaria.
Frenar el cambio climático es cosa de todos


Desde el IPCC plantearán a los gobernantes mundiales los distintos escenarios que muestran las proyecciones en función de la capacidad y compromiso que alcancen las partes para reducir las emisiones y contener el incremento de la temperatura global.
A partir de ahí, “todos, Gobiernos, instituciones, sociedad civil, debemos comprometernos y decidir las medidas que a todos los niveles, desde los gobiernos a los particulares vamos a implementar para alcanzar los objetivos marcados en el Acuerdo de París.
Y los Gobiernos deberán plantear su compromiso con financiación, valorando los costes y con cooperación internacional que permita compartir experiencias, tecnología, conocimiento y capacitación.
La Cumbre de las partes del año próximo, la COP26, que se celebrará en Glasgow, Reino Unido, nos permitirá por primera vez vislumbrar nuevos escenarios con resultados constatables de las medidas comprometidas por cada una de las partes aquí presentes una vez entre en vigor el Acuerdo de París.
En los próximos días varios países van a exponer sus ambiciones, sus compromisos y las medidas que van a adoptar para revertir el crecimiento de las emisiones de CO2 y contener el calentamiento global.
“La ciencia nos ha abierto una oportunidad para actuar y ser ambiciosos para alcanzar el objetivo de contener lo más posible el impacto del cambio climático”.
