A punto de embarcarse en Formentera, Islas Baleares, desde donde lleva 20 años investigando los fondos marinos y la biodiversidad del Mar Mediterráneo, Manu San Félix reflexiona para El Ágora, diario del agua acerca de la importancia que tienen mares y océanos para frenar el cambio climático.
«Cuando hace 20 años me sumergía en las aguas del Mediterráneo la temperatura media rondaba los 22-24 grados centígrados; el año pasado el agua llegó a los 29 grados centígrados durante más de dos meses y no solo en superficie sino a 15 metros de profundidad. Si el mar no absorbiera ese calor, el calentamiento que provoca el efecto invernadero sería mucho más perceptible en la Tierra», explica San Félix, que destaca el papel de los océanos como reguladores de la temperatura del planeta y su función esencial para amortiguar el calentamiento global.


«Pensamos que el agua es infinita y tenemos muy poca. Hay que cuidarla porque el agua es vida. Si hasta nos gestamos en un medio acuático»
Es muy difícil trasladar a la opinión pública el grado de contaminación de nuestros mares. Desde tierra solo vemos el reflejo aguamarina pero si pudiésemos ver el fondo «nos llevaríamos las manos a la cabeza y plantearíamos soluciones con urgencia», afirma el buceador.


La degradación del Mediterráneo se agrava por su estancamiento – «sólo respira por el estrecho de Gibraltar», afirma San Félix- y todo lo que hacemos redunda en una pérdida de calidad del agua, sobre todo por los vertidos de aguas residuales al mar no siempre todo lo bien depurados que debieran.
«Las grandes soluciones vienen de personas que se han preocupado de dar respuestas a los problemas»
Por eso es tan importante preservar las praderas de posidonia porque son el pulmón de los mares y en la costa española las estamos perdiendo.
Los plásticos, afirma Manu San Félix, también son un problema, más visible y palpable porque lo vemos en casa al llenar el depósito de residuos y, por eso, hay más concienciación.


Pero lejos de caer en el catastrofismo, San Félix considera que estamos a tiempo de recuperar nuestro Mediterráneo. «Todos somos importantes. Sólo con que cada uno a título personal muestre un comportamiento respetuoso con el medio podremos amortiguar el impacto en el planeta de los seres humanos», dice.
«Creo absolutamente que sí podemos salvar el Mediterráneo, desde el realismo y sin alarmismo aunque hay problemas graves y serios. Si nos paramos a ver las soluciones y todos empezamos a trabajar, en 2050 podemos tener un Mediterráneo más saneado y más parecido al de hace 100 años».
Explorador de National Geographic y biólogo marino, Manu San Felix, es un reconocido reportero gráfico que ha dedicado su vida a la investigación y cuidado del mundo natural submarino.
Desde los años ochenta, lucha por dar a conocer las praderas de “posidonia”, una planta que se está perdiendo y de la que depende la supervivencia del ecosistema marino en el Mediterráneo.
Manu lleva más de diez años en el equipo de “Pristine Seas”, un proyecto de National Geographic que se dedica a investigar, difundir y concienciar para la conservación del planeta y con motivo del Día Mundial de los Océanos ha presentado el documental «Salvemos nuestro Mediterráneo».
