"La Tierra es nuestra nave, y si la temperatura sube tenemos que bajar la energía"

«La Tierra es nuestra nave, y si la temperatura sube tenemos que bajar la energía»

Pedro Duque

Ministro en funciones de Ciencia, Innovación y Universidades

El ministro de Ciencia, Innovación y Universidades en funciones, Pedro Duque, acudió a la COP25 para presentar la investigación española en la Antártida. En la entrevista concedida a El Ágora aborda el futuro de la ciencia en España y defiende que es preciso incrementar las inversiones en I+D+i, tanto públicas como privadas. El ex astronauta también reflexiona la crisis ambiental y pide aumentar esfuerzos para “salvar la gran nave espacial” que es la Tierra


Carlos de Pablo
Madrid | 5 diciembre, 2019

Tiempo de lectura: 4 min



Durante la cuarta jornada de la Conferencia de las Partes de Madrid, el ex astronauta y actual ministro en funciones de Ciencia, Innovación y Universidades, Pedro Duque, intervino en la COP25 para presentar la campaña ántártica española en la que participa el buque Hespérides. Allí, el ministro explicó cual es la labor española en la investigación polar.

El ministro tuvo tiempo de hablar con El Ágora de algunos de los problemas que afectan a la ciencia en nuestro país, como la escasez de inversión pública en el sector o el creciente aumento de corrientes negacionistas.

“Es importante incrementar los presupuestos públicos, desde luego. Está más que medido y comprobado que eso es lo que se debe hacer. Además, debemos incrementar nuestros esfuerzos para comunicar mejor los esfuerzos científicos”, explicó el científico.

Para él, la Tierra es una gigantesca nave espacial redonda, cuya tripulación está compuesta por todos sus habitantes. Para salvarla, hay que seguir los consejos de la ciencia ya que “si la nave se calienta demasiado, tal y como se pronostica, tal vez sería conveniente reducir el uso de energía en ella”.

PREGUNTA – Durante estos días la ciencia ha estado muy presente en la COP25, sin embargo, ¿cree que se les presta suficiente atención a los científicos para tomar decisiones? ¿No hemos tardado mucho en hacerles caso?

RESPUESTA – Bueno, todo lo que se hace dentro de la Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas está basado en datos científicos, desde los modelos hasta las proyecciones futuras. En este sentido yo creo que se les toma muy en cuenta.

El problema es que toda esta información compilada tiene que acabar cuajando en un sistema político y económico complejo, y es ahí donde debemos trabajar ahora.

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P – El negacionismo climático sigue teniendo valedores y voces que ponen en duda la crisis climática. También hay terraplanistas que niegan lo que usted ha visto con sus propios ojos desde el espacio. ¿Por qué cree que estas posturas antilógicas siguen teniendo cabida en nuestro mundo?

R – Las voces que dicen que no se está incrementando la temperatura de la Tierra por causa de las emisiones antropogénicas casi se han extinguido.

Habrá gente que dice que las predicciones son muy exageradas o que creen que son muy suaves, pero pienso que casi no hay personas que crean que todos estos datos científicos, que se llevan adquiriendo durante tantas décadas, no son reales.

En el caso de que estas personas existan, todos los agentes tendremos que hacer un gran esfuerzo en explicarles la verdad basada en los datos científicos.

P – ¿En España se pretende luchar contra la pseudociencia?

R – En España tenemos un problema: existe un grupo de personas que prefiere tomar cosas que no son medicina con la esperanza que se vayan a curar o, incluso, acuden a especialistas que aseguran que el cáncer que padecen tiene su origen en un problema familiar.

Por eso en España no solo se pretende luchar en un futuro contra esta corriente, sino que ya se está luchando contra ella. Nuestra principal arma es la divulgación y el conocimiento científico. Solo con ella procuraremos que sus opiniones no estén condicionadas con estas corrientes no científicas.

Pero aún vamos a ir más allá, ya que hemos iniciado una campaña contra la pseudociencia, así como otra serie de acciones concretas basadas en informes que exponen qué es lo que funciona contra estos conocimientos no científicos.

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P – ¿Cree que la ciencia no está realizando una buena labor en materia de comunicación con la ciudadanía?

R – La idea principal es que todo lo que no sean datos científicos, son opiniones. El procedimiento del que se nutre la ciencia para sacar sus conclusiones, es decir, poniendo en duda los datos hasta que se demuestran, es único. Y eso es lo que se le debe comunicar a la ciudadanía. No obstante, he de decir que nunca será suficiente la labor que se está realizando.

P– Cambiando de tema, la ciencia española ha perdido inversión e impulso en los últimos años. ¿Qué plan hay para impulsar la I + D para el futuro?

R – Es importante incrementar los presupuestos públicos, desde luego, además de fomentar las inversiones de las empresas privadas. Eso es lo primero que hay que hacer.

Lo segundo, debemos seguir con el trabajo normativo que hemos llevado a cabo este año pasado. Hemos cambiado las leyes para simplificar la actividad científica, por ejemplo, o hemos conseguido que aquellos expertos con familia tengan una evaluación de curriculum que tenga en cuenta el tiempo que dedican a sus círculos más cercanos.

De hecho, hoy mismo hemos conseguido sacar hacia adelante una norma que ayudará a conseguir la estabilización de los puestos de trabajo de los investigadores en salud que creo que va a ser muy interesante y disruptiva.

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P– Al comienzo de esta cumbre, los expertos resaltaron que había que hacer un esfuerzo similar al de la carrera espacial para abordar el reto de la crisis climática. ¿Qué le sugiere esta afirmación?

R – Me sugiere que debemos aumentar nuestros esfuerzos en muchas áreas, como la financiación. En este sentido, la Unión Europea tiene una única área dedicada a la financiación de misiones científicas que tienen como objetivo realizar cambios medibles sobre nuestra capacidad tecnológica.

P – Se dice que en 1972 la imagen Blue Marble  del planeta cambió la percepción del ser humano sobre el planeta que habita. La empezamos a ver como una nave espacial frágil a la deriva en el cosmos.

R – Sí. El planeta Tierra es una nave enorme espacial redonda y los astronautas somos todas las personas que habitamos en ella. Como en cualquier nave, su tripulación tiene que tener un especial cuidado. En este caso, si la temperatura sube por encima de un límite, debemos procurar bajar el uso de energía.



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