En 1987 coordinó el conocido informe Brundtland. ¿A qué conclusiones llegaron?
En la comisión que creé analizamos hacia dónde estaba estábamos yendo, nosotros como humanidad, y los recursos naturales que nos rodean y llegamos a la conclusión de que por primera vez en la historia de la humanidad, somos responsables de la calidad de vida de futuras generaciones. Así que identificamos la responsabilidad intergeneracional, algo que no había sucedido antes. Ahora la situación es tal que, a menos que limitemos la manera en que actuamos sobre el medio ambiente, reduciremos la calidad de vida de futuras generaciones. Este es un aspecto muy importante del desarrollo sostenible. Lo que verdaderamente importa es la calidad del crecimiento, que beneficie a todos, también a los más pobres y a la vez reducir el impacto sobre el medio ambiente. Es a lo que hoy solemos referirnos como los tres pilares del desarrollo sostenible: el económico, el social y el medioambiental.
¿Qué objetivos son importantes para el desarrollo sostenible?
A menos que integremos los derechos humanos, no podemos decir que solucionamos los problemas de desarrollo sostenible
¿Qué puede hacer la ciudadanía por el desarrollo sostenible?
Creo que todos podemos ayudar y aportar soluciones, con pequeños gestos que podemos incorporar en nuestro día a día. Por ejemplo, usando bicicletas, reduciendo drásticamente el consumo de fósiles y gasolina, y apostando por el coche eléctrico. El transporte público es crucial, porque la contaminación por emisiones es devastadora. También en el uso del agua. Para empezar, todos necesitamos agua limpia en cantidad suficiente para nuestras necesidades; así que no deberíamos malgastarla sólo porque sale con facilidad al abrir el grifo. Muchos no lo piensan y toman duchas diarias de 15 minutos, esto es inaceptable desde mi punto de vista. ¡No es necesario malgastar los recursos naturales!
¿Cómo tiene que ser la gobernanza en un reto tan global?
Vivimos la siguiente situación: la mayoría de los políticos son locales o nacionales, no tenemos suficiente gobernanza global y esto es un problema a resolver. Hace falta una mayor concienciación sobre problemas generales y establecer una cooperación global. Creo que herramientas como las Redes Sociales pueden ayudar a comunicar los mensajes de forma directa a los jóvenes, y sin fronteras. Pero necesitamos también líderes que piensen en global. Esta es una de las cuestiones que se tiene que establecer a final de año en la cumbre de París, que los líderes de nuestros países comiencen a pensar de forma global.
¿Es usted optimista con respecto al futuro?
Soy optimista. Después de todo, hemos conseguido mejorar la vida de muchas personas en los últimos años. Pero todavía tenemos mucho por hacer. Hay millones de personas por debajo del nivel de pobreza, que no tienen acceso a la electricidad, a agua limpia. Muchas mujeres y niñas no viven en condiciones de igualdad en muchas partes del mundo, incluso hoy. A menos que integremos los derechos humanos no podemos decir que solucionamos los problemas.