El más grande educador ambiental - EL ÁGORA DIARIO

El más grande educador ambiental

El más grande educador ambiental

El comunicador ambiental José Luis Gallego explica la impronta que la obra de Félix Rodríguez de la Fuente dejó en su juventud. Inculcó en millones de seguidores el amor y el respeto a la naturaleza y el mundo rural, la tolerancia y la confianza en el ser humano


José Luis Gallego
Barcelona | 13 marzo, 2020

Tiempo de lectura: 3 min



Me iba dando zancadas hacia casa. Mientras los otros se arremolinaban en torno al que había traído la pelota para jugar al fútbol al salir de clase yo estaba deseando llegar a casa para volver a escuchar su voz: ¿De qué nos hablará hoy? ¿A dónde nos llevará de viaje? ¿Qué aprenderemos con él?

Al llegar a casa entraba en mi cuarto -las paredes forradas de fotos de animales- soltaba la cartera sobre la cama y me iba a la salita para sentarme junto a mi madre y merendar escuchando a Félix por la radio mientras ella le daba a la máquina de coser: tiqui-tiqui-tiqui-tiquiQueridos amigos de La Aventura de la Vidatiqui-tiqui-tiqui-tiqui…

Y viajaba. Y aprendía. Y era inmensamente feliz mientras Félix, sin ser yo consciente de ello, me iba ungiendo de ciencia y de conciencia.

Félix Rodríguez de la Fuente durante una de sus intervenciones en Radio Nacional de España. | Foto: RTVE
Las emisiones del programa La aventura de la vida de Félix Rodríguez de la Fuente están disponibles en la web de RNE. El naturalista comenzó su colaboración con la radio en 1973 y la mantuvo hasta su muerte en 1980, dejando grabados 350 programas.
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Jamás una voz ha logrado encandilar a tanta gente en nuestro país: jamás nadie alcanzó tal poder mediático, tal capacidad de persuasión ni tal autoridad moral desde los medios de comunicación.

Si Félix Rodríguez de la Fuente hubiera sido cocinero habría impulsado toda una generación de Arzaks o Berasateguis. Si hubiera sido ciclista se habrían agotado las bicis y habríamos ganado todas las Vueltas, todos los Giros y todos los Tours. Si nos hubiese animado y enseñado a pescar, el río y la mar se habrían quedado sin peces.

Pero además del mayor divulgador ambiental de todos los tiempos, Félix era naturalista, humanista y ecologista. Y eso fue lo que nos inculcó a sus millones de seguidores: el amor y el respeto a la naturaleza y el mundo rural, la tolerancia y la confianza en el ser humano y la urgente necesidad de defender el medio ambiente y cuidar el planeta.

¿Crees que los programas de Félix Rodríguez de la Fuente se emitirían en las televisiones de hoy en día?

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Siendo el fenómeno mediático más destacado que ha dado nuestro país, el mayor y más auténtico influencer avanzado a su tiempo, Félix fue mucho más que eso: fue el gran educador ambiental de toda una generación.

Gracias a sus extraordinarias dotes para la trasmisión de conocimiento logró que todos los niños y jóvenes de mi época nos familiarizáramos con las ciencias naturales. Y lo hizo divulgando conceptos y expresiones que hasta entonces aparecían tan solo en los libros universitarios, en los manuales de zoología y etología aplicada.

Nadie hasta entonces había hecho uso del lenguaje científico con tanta soltura, con tanta confianza. Porque Félix sabía que, pese a recurrir a vocablos no socializados y expresiones más propias del lenguaje académico, estaba llegando a nosotros: le estábamos entendiendo.

«Era tanto su dominio de la entonación, del énfasis y el ritmo narrativo, que no eludía los tecnicismos: es más, me atrevería a afirmar que abusaba de ellos adrede»

Se refería a Eurasia, a los superpredadores, a las ralas gramíneas, a la cadena trófica, el medio palustre o la fauna edáfica con total desparpajo. Y lo más sorprendente es que lográbamos entenderlo: sabíamos lo que decía.

Era tanto su dominio de la entonación, del énfasis y el ritmo narrativo, que no eludía los tecnicismos: es más, me atrevería a afirmar que abusaba de ellos adrede. De tal  manera que, además de inculcarnos el amor a la naturaleza, con cada uno de sus relatos nos iba introduciendo en el conocimiento científico sin ser conscientes de ello.

Intervención de Félix Rodríguez de la Fuente en su programa El Planeta Azul, donde improvisa un discurso en contra del uso de cepos y venenos para acabar con pequeños carnívoros silvestres, en concreto, el gato montés

Por eso, cuando asisto a debates entre compañeros de profesión en los que se defiende (con acertado criterio) que la misión de los medios de comunicación no es la de educar a la sociedad sino la de informar o entretener, no puedo evitar aludir a Félix y objetar que yo, como todos los que tuvimos la inmensa fortuna de crecer escuchando, leyendo y viendo a Félix Rodríguez de la Fuente en televisión, aprendí mucho, muchísimo de un divulgador ambiental que usó su capacidad de comunicación para introducir a un país entero en la educación ambiental sin ser conscientes de ello.



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