Mujeres rurales, creadoras de resiliencia climática - EL ÁGORA DIARIO

Mujeres rurales, creadoras de resiliencia climática

Las mujeres y niñas del medio rural representan un tercio de la población mundial. Siete millones de ellas celebran hoy en España su día internacional reivindicando su importante papel en la adaptación del medio rural al cambio climático


Las mujeres rurales representan más de un tercio de la población mundial y el 43% de la mano de obra agrícola. Labran la tierra y plantan las semillas que alimentan naciones enteras. Además, garantizan la seguridad alimentaria de sus poblaciones y ayudan a preparar a sus comunidades frente al cambio climático.

En España más de siete millones de mujeres viven en el Medio Rural y son un pilar para el desarrollo de la economía en este entorno

Sin embargo, como señala Naciones Unidas con motivo de la conmemoración del Día internacional de la Mujer Rural, las campesinas sufren de manera desproporcionada los múltiples aspectos de la pobreza y pese a ser tan productivas y buenas gestoras como sus homólogos masculinos, no disponen del mismo acceso a la tierra, créditos, materiales agrícolas, mercados o cadenas de productos cultivados de alto valor.

El tema de este año destaca el importante papel que desempeñan las mujeres y niñas del medio rural en el desarrollo de la resiliencia con que enfrentarse a la crisis climática.

A nivel mundial, una de cada tres mujeres empleadas trabaja en la agricultura. Hacen acopio de combustibles de biomasa, procesan manualmente los alimentos y bombean agua.

Las mujeres que viven en entornos rurales se ven muy afectadas por las amenazas a las que están sometidos los recursos naturales y la agricultura.

El 80% de los hogares sin agua corriente depende de mujeres y niñas para conseguir agua

Por ejemplo, entre 2006 y 2016 una cuarta parte de los daños y las pérdidas totales consecuencia de los desastres climáticos tuvieron lugar en el sector agrícola de países en desarrollo, lo que tuvo un impacto muy significativo en la seguridad alimentaria y el potencial productivo de las mujeres y niñas del mundo rural.

Una de las formas más efectivas de frenar las amenazas que plantea el cambio climático es abordar la desigualdad de género.

Las mujeres empoderadas tienen mayor capacidad para responder al cambio climático y desempeñan un importante papel en la adopción de tecnologías con bajas emisiones de carbono. Como resultado, se convierten en actores fundamentales en la difusión de conocimiento sobre el cambio climático y la acción necesaria para combatirlo.

Tampoco disfrutan de un acceso equitativo a servicios públicos, como la educación y la asistencia sanitaria, ni a infraestructuras, como el agua y saneamiento.

Las barreras estructurales y las normas sociales discriminatorias continúan limitando el poder de las mujeres rurales en la participación política dentro de sus comunidades y hogares.

Mundialmente, con pocas excepciones, todos los indicadores de género y desarrollo muestran que las campesinas se encuentran en peores condiciones que los hombres del campo y que las mujeres urbanas.

Además, la situación está empeorando debido a que los efectos del cambio climático sobre los recursos naturales y productivos agravan las desigualdades de género en las zonas rurales.

El Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres ha afirmado que las mujeres rurales representan la columna vertebral de numerosas comunidades, pero siguen enfrentándose a obstáculos que les impiden desarrollar todo su potencial.

Los efectos devastadores del cambio climático se suman a las dificultades de las mujeres rurales

Las mujeres rurales son depositarias de conocimientos y destrezas que pueden ayudar a las comunidades y sociedades a adaptarse a las consecuencias del cambio climático mediante soluciones basadas en la naturaleza y con baja emisión de carbono.

Como agricultoras y productoras, desempeñan un papel central en la adopción de prácticas tanto tradicionales como modernas para responder a la variabilidad del clima y a perturbaciones como las sequías, las olas de calor y las precipitaciones extremas.

«Como pioneras de las nuevas técnicas agrícolas, primeras en responder a las crisis y empresarias de la energía verde, las mujeres rurales son una fuerza poderosa que puede impulsar el progreso mundial», ha resaltado Guterres.

El primer Día Internacional de las Mujeres Rurales fue el 15 de octubre de 2008. Fue establecido por la Asamblea General en su resolución 62/136, de 18 de diciembre de 2007 y reconoce «la función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural».


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