Piden proteger del coronavirus a los últimos gorilas de montaña

Piden proteger del coronavirus a los últimos gorilas de montaña

Las infecciones respiratorias humanas causadas por virus tienen la capacidad de transmitirse a los grandes simios. Una treintena de expertos publican una carta en ‘Nature’ pidiendo que los parques nacionales de África y Asia corten el acceso a turistas y personal para evitar que el coronavirus entre en las reservas de fauna


Puede resultar casi ofensivo hablar de proteger a la fauna por el coronavirus cuando la cifra de seres humanos infectados y muertos en el mundo y en España no para de crecer por miles y los sistemas de salud corren el riesgo de entrar en colapso.

Sin embargo, la posibilidad de que el virus acabe afectando a otras especies de mamíferos, entre ellas algunas de las más protegidas y escasas del mundo es real y preocupa a los científicos y responsables de la gestión de la fauna, que han advertido que sería necesario establecer una cuarentena en los parques nacionales de África y Asia para tratar de evitar el contacto entre simios y contener la posible transmisión del virus.

Ejemplar de chimpancé

La advertencia se basa en la constancia de que las cuatro grandes especies de grandes simios del planeta, chimpancés, bonobos, orangutanes y gorilas, que comparten más del 97 % del genoma con el ser humano, son susceptibles de padecer las mismas patologías debido a su cercanía genética a nosotros.

Esto es lo que ha llevado a un grupo de expertos internacionales a publicar una carta de alerta en la revista científica Nature reclamando que se dicten medidas inmediatas para impedir la visita de turistas a los parques nacionales durante estas semanas de infección.

“El SARS-CoV-2, el coronavirus responsable de la pandemia de Covid-19 es también una amenaza para nuestros parientes más cercanos, los grandes simios. Como expertos en la conservación y la salud de estos animales, urgimos a los gobiernos, gestores de fauna, investigadores, profesionales del Turismo y agencias de cooperación que reduzcan el riesgo de introducir el virus entre las poblaciones de esta fauna amenazada”, afirman los autores de la carta, rubricada por 30 personas.

Multitud de precedentes

Existe la constancia de que gorilas y chimpancés pueden contagiarse de enfermedades humanas. Ya en los años 80, la primatóloga Dian Fossey, prematuramente fallecida al ser asesinada en Ruanda en 1985, había advertido sobre el efecto que el ecoturismo tenía sobre las poblaciones de gorilas de montaña, hasta entonces aisladas, de los volcanes de África Central.

La estadounidense fue pionera, desde los años 60, en el estudio sobre el terreno del gorila de montaña (Gorilla beringei beringei) el más escaso de todos los grandes simios. Los censos más recientes indican que apenas quedan 1.000 ejemplares en todo el mundo, acantonados en unos pocos retazos de selva montana.

Ejemplar hembra de bonobo, o Pan paniscus, un simio del mismo género que el chimpancé

Cuando la zona montañosa de los volcanes Virunga empezó a abrirse a los primeros turistas en los años 80, Fossey constató que los gorilas empezaban a fallecer por enfermedades nuevas, la mayoría dolencias intestinales producidas por parásitos humanos, leves para nosotros, pero letales para ellos, como se pudo comprobar por las necropsias.

Desde entonces, se han sucedido evidencias de hasta qué punto pueden los grandes simios y los humanos compartir enfermedades transmitidas por bacterias y parásitos. Los virus no estaban incluidos entre los riesgos conocidos hasta 2008 cuando una investigación liderada por el Robert Koch-Institut de Berlín demostró que había evidencias de la transmisión de enfermedades respiratorias provocadas por virus desde los seres humanos a los simios.

En concreto, se analizaron los tejidos de grupos de chimpancés muertos en el Parque Nacional de Taï en Costa de Marfil y se encontró que estaban gravemente infectados por paramixovirus de las mismas cepas que circulaban por las personas del área y que habían sido llevadas por turistas enfermos.

Ejemplar de gorila, Gorilla gorilla

Los paramixovirus son un tipo de virus que provocan en el ser humano el sarampión y las paperas. Dentro de esa categoría también están patógenos que generan enfermedades respiratorias como el virus respiratorio sincicial (HVRS) y el virus paragripal. Los investigadores del Robert Koch-Institut descubrieron que los chimpancés llevaban 24 años padeciendo estas enfermedades.

En 2016, un nuevo estudio publicado en la revista  científica Emerging Microbes & Infections añadió nuevos datos. La transmisión del metapneumovirus humano (HMPV) a chimpancés, un patógeno que causa infecciones respiratorias. Los chimpancés estudiados también habían enfermado al adquirir el coronavirus humano (HCoV) OC43 y el Rhinovirus C, ambos causantes del resfriado común.

La evidencia de que los grandes simios sufren las mismas enfermedades respiratorias que nosotros provocadas por virus es tan notoria que desde hace años está prohibido acceder a los parques nacionales de las montañas africanas de Virunga si se está acatarrado.

No visitar gorilas acatarrado

Contemplar gorilas de montaña en libertad en África se ha convertido en una suerte de lujo para los amantes de la observación de fauna. Su hábitat está reducido a un rincón montañoso en el vértice entre el Congo, Uganda y Ruanda y tan solo estos dos últimos países tienen ahora mismo zonas abiertas para acceder a ellos, puesto que el Congo sufre disturbios bélicos.

El número de pases diarios para ascender a ver gorilas es reducido. Y la tarifa por hacerlo supera los 300 dólares por persona y día. Los guardaparques pueden parar a un turista e impedirle pasar si comprueban que está acatarrado, pues hay constancia de muertes de gorilas por esta razón.

Un macho de orangután, Pongo pygmaeus, el único gran simio que habita en Asia

Los científicos que firman la carta en Nature piden extremar las precauciones y dictar una cuarentena severa para proteger las reservas de chimpancés y gorilas en África.

En Asia, donde habita otro de los cuatro grandes simios, el orangután, también hay preocupación. El Centro de Rehabilitación Sepilok en Borneo (Malasia) ha cerrado estos días y se han tomado medidas de aislamiento. «Esta enfermedad podría ser fatal para el orangután en peligro crítico de extinción: es un riesgo que no podemos permitirnos tomar», afirma Susan Sheward de Orangutan Appeal, en declaraciones al diario británico The Guardian.

No ha sido posible averiguar si el Covid-19 afecta o no a los grandes simios, pero las evidencias previas con otros coronavirus invitan a tomar toda precaución, y más viendo la letalidad y capacidad de dispersión de la enfermedad, afirman los autores de la carta de advertencia en Nature.

Por tanto, sugieren aplicar las normas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) establecidas en el Manual de Buenas Prácticas para el control de salud y enfermedades en grandes simios y evitar que entren en contacto con humanos.


Pedro Cáceres es autor de libro Una mujer en la niebla, la primera biografía sobre Dian Fossey publicada en castellano (Ed. El País, 2019)


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