Aguas regeneradas para salvar los humedales - EL ÁGORA DIARIO

Aguas regeneradas para salvar los humedales

La celebración esta semana del Día Mundial de los Humedales sirve para recordar la importancia de estos ecosistemas acuáticos únicos, que se pueden beneficiar de la trabajo que hacen las depuradoras en regeneración de aguas para frenar su reciente declive


Esta semana se ha celebrado el Día Mundial de los Humedales, una fecha indicada para poner en valor la importancia de estos ecosistemas para la biodiversidad y el propio bienestar humano. Se estima que unos 1.000 millones de personas dependen directamente de ellos para su subsistencia y que el 40% de especies de plantas y animales del mundo los habitan, pese a que solo ocupan un 6% de la superficie terrestre. En efemérides como esta, se suceden las cifras que ayudan a entender su importancia. Hay datos que revelan su valor desde el punto de vista ambiental, social y económico. Otros, muestran el profundo deterioro que sufren estos ecosistemas. Por ejemplo: en los últimos 50 años se ha perdido el 35% de los humedales mundiales y, desde el siglo XVIII, el 85% de ellos.

Sin embargo, también hay inspiradores ejemplos de áreas restauradas que mejoran gracias a la buena gestión. Curiosamente, algunos de los casos más llamativos son proyectos que no tienen la restauración de ecosistemas como fin último y único, sino una suma de intereses y funcionalidades. Hay ahora mismo en España algunos humedales destacados por su valor natural que son, en esencia, instalaciones de gestión de aguas residuales o que se benefician de ellas, gracias a las aguas regeneradas.

No son reservas naturales, sino instalaciones de gestión del agua; infraestructuras verdes del siglo XXI, con todo lo que ello supone. El Delta del Ebro, en Tarragona; la Albufera de Valencia; el alicantino Clot de Galvany; la laguna de Navaseca, en Daimiel, Ciudad Real; o las zonas inundadas de la EDAR de Cabezo Beaza, en Cartagena, son ejemplos de humedales llenos de biodiversidad del territorio peninsular. Todos ellos tienen algo en común: son humedales donde la depuración de aguas residuales ayuda a mejorar los ecosistemas bajo la gestión del grupo Agbar, cuyo foco en la biodiversidad es un caso destacado de compromiso empresarial con el medio ambiente.

Humedales, Clot de Galvany, en Elche, Alicante, ailmentado con parte de las aguas depuradas de la localidad. | FOTO Adriana Iacob
Humedal del Clot de Galvany, en Elche, Alicante, ailmentado con parte de las aguas depuradas de la localidad. | FOTO Adriana Iacob

La celebración de este Día de los Humedales ha sido quizás una de las pocas noticias positivas en clave hídrica de esta última semana. Y es que, desde que acabaron las fiestas navideñas un anticiclón de bloqueo situado al norte de la Península Ibérica desvía las borrascas habituales en esta época de año y nos proporciona un tiempo estable con cielos despejados, récords de temperaturas altas y bajas y una ausencia de lluvia que complica las reservas de agua y augura una inminente sequía.

«No hay prácticamente ningún indicio de cambio al menos entre 8 y 10 días más«, situación que se suma a las predicciones para febrero que apuntan a un mes más seco de lo normal en casi toda España, asegura el portavoz de la AEMET, Rubén Del Campo, quien lamenta que es «una situación poco halagüeña». De hecho, el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio ECMWF, según su última actualización aún pronostican un panorama más seco ya que todo apunta a que la tendencia es que se mantenga el anticiclón, al menos durante seis semanas más, prolongando esta ausencia de precipitaciones hasta la primavera.

Por otro lado, esta semana también se ha vuelto a destacar la importancia de las aguas residuales en la lucha contra el COVID-19. Más de 3.300 puntos de control monitorizan a lo largo del mundo la evolución de la pandemia de la COVID-19 a través de las aguas residuales de 58 países. Una técnica que ha permitido a las autoridades sanitarias anticiparse a los picos de contagio a la hora de establecer las medidas sanitarias para frenar el avance de la enfermedad.

Sin embargo, el Banco Mundial señala que el 85% de los más de 3.300 puntos de pruebas en todo el mundo está en los países más ricos, principalmente en Europa, y que apenas ocho países de ingresos medianos-bajos están utilizando este método y la lista no incluye ningún país de ingresos bajos, aun cuando son estos los que más podrían beneficiarse. De hecho, según un informe recién publicado por esta institución, las pruebas de aguas residuales son clave para regiones como América Latina y el Caribe, una región con más de una cuarta parte de los casos de COVID-19 en el mundo y en la que la lista de fallecidos suma más de 1,5 millones de personas.

Por otro lado, esta semana también hemos confirmado que los fenómenos meteorológicos extremos como tormentas, olas de calor e inundaciones supusieron pérdidas económicas de alrededor de medio billón de euros y provocaron entre 85.000 y 145.000 muertes en los últimos 40 años en toda Europa. Un coste social y económico enorme que además parece tener difícil solución, ya que menos de un tercio de estas pérdidas estaban aseguradas, según un análisis de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), publicado este jueves. Económicamente hablando, los eventos más graves fueron los extremos hídricos: sequías e inundaciones.

El estudio, que se basa entre otros en datos recopilados por la reaseguradora Munich Re y el laboratorio de ideas Risklayer detalla incluso qué tipos de fenómenos han sido los más graves a nivel humano y económico. En concreto, las olas de calor causaron más del 85% de las muertes en ese período, en especial la registrada en 2003, que pudo suponer entre el 50 y el 75% del total, mientras que las ocurridas en años posteriores provocaron una cifra menor debido a las medidas de adaptación climáticas tomadas en los distintos países. Alemania perdió 42.394 vidas por esos fenómenos extremos, Francia, 26.775; Italia, 21.603; y, España, 16.181, según el cálculo efectuado por Risklayer.

inundaciones Reino Unido
Inundaciones en Stourport-on-Severn, Worcestershire, en 2020.

Cerramos este repaso semanal con Biotop, un proyecto llevado a cabo de manera conjunta por el Ayuntamiento de Sabadell y la compañía de aguas Aigües Sabadell -empresa mixta participada por el propio Ayuntamiento y Agbar como socio privado-, gracias al cual esta localidad barcelonesa ha podido definir 10 iniciativas y 28 proyectos estructurados en tres ejes principales: regeneración, sostenibilidad y ciudad verde; tarifa social, talento verde y creación de empleo, y eficiencia digital. La totalidad de los proyectos conlleva una inversión aproximada de unos 120 millones de euros.

El diseño del Biotop busca alcanzar importantes indicadores para la reconstrucción verde con 10.895 toneladas de CO2 evitadas / año, la recuperación de 3 hm3 de agua potable al año, la reducción de un 80% de residuos propios y la autogeneración de 19.500 MWh anuales, pero también sociales, sin dejar a nadie atrás, con la creación de 15 nuevos puestos de trabajo de empleo verde directos y 1.000 indirectos, la constitución de tarifas sociales y sostenibles, la recuperación de espacios verdes para la ciudad o la creación de un Biocentro donde sensibilizar más de 5.000 personas al año.

Un ejemplo de desarrollo en el que Farrés “ve el futuro y que es un claro ejemplo de lo que queremos y de lo que tiene que ser. Estamos muy contentos en volver a ser un referente, como siempre hemos sido como cuidad pionera en la materia, que nos permite estar en la élite de los proyectos de agua y un claro modelo de colaboración público-privada con la empresa de aguas Aigües Sabadell y otras instituciones que nos ayudan a hacerlo realidad”.

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Vista aérea de las placas solares instaladas en la EDAR de Sabadell.

¡Buen fin de semana a todos!



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