Repasamos con nuestro Informe Semanal lo más destacado de la actualidad en una semana en la que la cumbre climática COP26 de Glasgow llega a sus horas decisivas con el objetivo de alcanzar un acuerdo de mínimos
Por segunda semana consecutiva, la atención del planeta ha estado fija en la lucha climática debido a la celebración de la cumbre climática COP26 de Glasgow. Sin embargo, y aunque todavía queda por conocer el acuerdo final de esta cita ya que las negociaciones se alargarán previsiblemente más allá de este viernes, nadie espera grandes avances, por lo que tocará recurrir a un pacto de mínimos sin acuerdos vinculantes que impulsen un aumento de la ambición. Sin embargo, el anuncio de cooperación climática hecho este miércoles por parte de China y Estados Unidos, los dos mayores contaminadores del planeta, permite guardar algo de esperanza en que esta década sea verdaderamente decisiva para la descarbonización.
Las dos grandes potencias, enfrascadas en una lucha de poder que por ahora ya está teniendo repercusiones en las relaciones comerciales mundiales, han decidido enterrar el hacha de guerra, aunque solo sea para combatir el calentamiento global. Y lo han hecho a través de una declaración conjunta en la que se comprometen a “reforzar la acción climática en la década de 2020 (…) para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París“, de limitar el avance de las temperaturas a final de siglo por debajo de los 2 grados centígrados y a intentar que no sobrepasen los 1,5 ºC.
Un acuerdo bilateral entre Estados Unidos y China en 2014 ya fue decisivo a la hora de dar un gran impulso a la creación del histórico acuerdo de París al año siguiente, pero esa cooperación se detuvo con la administración Trump, por lo que el hecho de que los mayores contaminantes vuelvan a trabajar juntos ya supone una gran noticia en sí. Sin embargo, algunos expertos han señalado que la declaración no contiene casi ningún compromiso concreto que signifique reducir significativamente los gases que atrapan el calor y la mayoría duda que vaya a tener un gran impacto en el resultado final de la COP26.


La esperada cita climática va camino de cerrarse con otro pacto mínimo y, sobre todo, totalmente falto de agua. A pesar de que la zona azul contaba por primera vez con un pabellón dedicado al agua y la Alianza de Marrakech se esforzó a través de un evento el viernes por llamar la atención sobre los problemas hídricos que ya afronta el mundo, el agua brillará por su ausencia en la declaración final de esta COP26, según todos los borradores filtrados hasta el momento. Sin embargo, el evento de Glasgow al menos sí ha dejado una buena noticia hídrica: el lanzamiento de la iniciativa 50 to 1 Billion.
Y es que, a pesar de la ausencia del agua en la cumbre climática, la International Water Association ha aprovechado la celebración de la COP26 en Glasgow para lanzar esta campaña que tiene por objeto reunir a las 50 sanitarias más grandes del mundo para impulsar su adaptación a la emergencia climática y así impactar positivamente a más de 1.000 millones de personas. Entre las participantes, está la empresa Aguas Andinas, referente en Latinoamérica de agua y sostenibilidad.
En cualquier caso, es evidente que el sector del agua tiene mucho que aportar a nivel de mitigación y sobre todo adaptación del cambio climático. En este sentido, este viernes se ha hecho efectiva la entrega a 27 localidades de la Vega Baja (Alicante) de las claves de acceso a la plataforma Smart River Basins –Cuencas Fluviales Inteligentes-, una herramienta pionera en España que ayudará a los ayuntamientos en la gestión de episodios hídricos extremos como las inundaciones al configurarse como un sistema de alerta temprana.
En un acto encabezado por el presidente de la Diputación provincial, Carlos Mazón, la vicepresidenta y diputada de Ciclo Hídrico, Ana Serna, junto al CEO del grupo Agbar, Manuel Cermerón, se ha explicado que gracias a esta herramienta, realizada en su integridad con tecnología española, “podemos, partiendo de la orografía del territorio y de los datos y predicciones que incorpora el sistema, medir los impactos de las lluvias extremas identificando las instalaciones que pueden ser críticas, como colegios, residencias y hospitales que se pueden ver afectados”, según ha explicado Cermerón. Al tiempo mismo tiempo, gracias a Smart River Basins es posible, una vez superada la gestión de la emergencia y evaluada la misma, “analizar los aspectos que hay que mejorar y planificar, en consecuencia, las inversiones a realizar”.


Por otro lado, esta semana también se ha publicado un estudio global que por primera vez estudia el conflicto entre asegurar los caudales ecológicos necesarios para proteger la biodiversidad y el estrés hídrico al que está sometida la población. Según los resultados del informe, publicado en The Lancet, garantizar una alta protección ecológica pondría a casi la mitad de la población mundial (3,2 mil millones de personas) bajo estrés hídrico durante al menos 1 mes al año.
Por ello, señalan que los responsables de la formulación de políticas y los gestores del agua deben realizar una compensación importante al asignar recursos hídricos limitados entre las necesidades humanas directas y el medio ambiente. Una mejor comprensión de las necesidades de los ecosistemas locales es fundamental para aliviar el estrés hídrico humano actual y futuro, al tiempo que se mantienen ecosistemas saludables.
Acabamos este repaso semanal con una constatación: Europa podría evitar 114.000 muertes si fija límites más estrictos a la contaminación atmosférica. Así lo concluye un estudio sobre el impacto de la contaminación atmosférica urbana en la salud que ha liderado el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación “La Caixa”, que sitúa a Madrid como la capital Europa con más carga de mortalidad asociada a la contaminación de dióxido de nitrógeno (NO2), mientras que Barcelona es la sexta.
En concreto, Las ciudades europeas podrían evitar 114.000 muertes prematuras adicionales cada año si cumplieran las nuevas recomendaciones de calidad del aire presentadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el pasado mes de septiembre, en comparación con las directrices anteriores. Hasta ahora, la OMS recomendaba menos de 25 microgramos de partículas PM2,5 por metro cúbico de aire en un día, mientras que sus actuales recomendaciones bajan el nivel óptimo a 15 microgramos y la recomendación para el NO2 ha bajado de 40 a 10 microgramos al año.
¡Buen fin de semana a todos!
