Comienza un año 2021 marcado por el coronavirus y por la necesidad de reimpulsar la economía apostando por la transición ecológica. En ese esfuerzo por la innovación, la eficiencia en el uso de recursos, la colaboración entre actores y la adaptación al cambio climático, el sector del agua es un pilar básico para la sociedad y la economía
Comienza 2021, un año y una década decisivos para la sostenibilidad y para la transición ecológica. La realidad actual está dominada por el coronavirus, una plaga a escala global, pero también son globales algunos de los retos a los que nos enfrentamos, como el cambio climático, la pérdida de especies, el deterioro de los ecosistemas o el agotamiento de recursos. Y el año de tribulación que hemos pasado ha hecho que la sociedad tome conciencia de la importancia de reconstruir la economía posterior al Covid en clave verde… y también azul, el color del agua.
En ese sentido, arrancábamos esta primera semana del año con la noticia de la aprobación por parte del Gobierno de una atractiva herramienta para impulsar la reconstrucción y la colaboración entre actores.
Colaboración público-privada
La nueva figura de colaboración público-privada recién aprobada por el Ejecutivo, los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE), servirá para agilizar la ejecución de los proyectos para la reconstrucción azul, verde y digital y acometer las transformaciones pendientes durante años. El ciclo urbano del agua debería ser un sector clave, dada la importancia de los recursos hídricos para la economía y el alto grado de preparación de los operadores del agua urbana.
Un buen ejemplo de lo que ocurre cuando el agua se gestiona mal lo leíamos esta semana con la publicación en la revista Science del primer mapa mundial de lugares sensibles al hundimiento del terreno por la extracción de agua subterránea. El trabajo, elaborado por investigadores españoles, indica que el problema puede afectar al 19% de la población mundial y al 12% del PIB global.
Innovación para generar recursos
La eficiencia en el uso del recurso, la innovación y el uso de fuentes alternativas, es decir, la puesta en marcha de una economía circular del agua, ayudarían a que fenómenos como ese no ocurrieran.
Por eso, es una grata noticia conocer, por ejemplo, que un grupo de científicos ha descubierto que las membranas de desalinización son más eficientes si tienen una estructura homogénea a nanoescala. Esta información abre el camino para un posible diseño industrial de membranas de ósmosis hasta un 40% más efectivas. Y también es una muestra manifiesta de la importancia de la innovación y la tecnología en la gestión de los recursos hídricos.
Digitalización del sector del agua
Este salto tecnológico ya está en marcha, pues el sector impulsa desde hace tiempo la digitalización como un camino imprescindible para gestionar los recursos hídricos en el contexto del cambio climático.
Como explicábamos en un amplio reportaje esta semana, España es pionera en muchas de estas tecnologías que permiten la sensorización de las redes, la telelectura y la aplicación de sistemas de detección de fugas con técnicas basadas en algoritmos.
Reutilización y eficiencia en el riego
Y a la eficiencia hay que sumar ahorro y reutilización. En este sentido, como explicábamos hace escasos días, de aquí a tres años la Unión Europea confía en multiplicar por seis la cantidad de agua regenerada reutilizada para el riego de cultivos agrarios. Según la federación de regantes Fenacore, España podría reutilizar más de la mitad del volumen actual de agua procedente de las plantas de tratamiento para el regadío.
En aras de mejorar la eficiencia, el sector no cesa de innovar. Esta semana, se conocían los buenos resultados de un proyecto experimental en Murcia que permite reducir un 30% el uso del agua y un 25% los fertilizantes en cultivos, usando polímeros retenedores de agua y sensores de suelo.
La importancia de las alianzas y la inversión
Como se ve, las posibilidades están ahí. Hay talento y espíritu innovador para hacer un buen uso del recurso. Como explicaba Curro Lombardo, director de El Ágora, en una tribuna esta semana, “la gestión sostenible de los recursos hídricos es uno de los grandes retos de la sociedad actual y más en un contexto de cambio climático. Por ello es esencial potenciar las alianzas y la cooperación entre actores y además, apostar por la inversión en infraestructuras propias del siglo XXI, que impulsen la economía circular, la digitalización y la inteligencia del agua.
En ello estamos, y esperamos que 2021 sirva para dar un gran salto hacia adelante. Mientras, el sector del agua sigue mostrando sus muchas utilidades, incluso de cara a la salud pública, como muestra el hecho de que el control de las aguas residuales se haya convertido en una eficaz herramienta de detección temprana del coronavirus.
¡Buen fin de semana y buen 2021 para todos!
