Repasamos con nuestro Informe Semanal lo más destacado de una semana en la el Gobierno ha presentado el nuevo Perfil Ambiental de España, que revela un escenario de escasez hídrica aunque también datos esperanzadores
Ante el desafío del cambio climático, España está progresando en la buena dirección. Así lo pone de manifiesto el Perfil Ambiental de España (PAE), que ha sido presentado esta semana por ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, y ya muestra avances significativos desde su elaboración, principalmente con la incorporación de hasta 109 indicadores, así como mejoras en la accesibilidad de sus datos, infografías interactivas y análisis para el público no experto. Pero también evidencia pasos adelante en su contenido: las emisiones de gases de efecto invernadero descendieron en 2020 un 13,7% respecto al año anterior y se mejoraron todos los indicadores de calidad del aire.
Aunque estos resultados son sin duda debidos en parte a la pandemia, hay otros que muestran el progreso político y social. De esta manera, España aumentó sus espacios naturales protegidos, en número y superficie, y la intensidad energética disminuyó por encima del 12% en la serie 2010 a 2019. Sin embargo, hay un aspecto más problemático: nuestra relación con el agua. La reserva hídrica del año hidrológico 2019 – 2020 fue inferior a la de los últimos diez y cinco años, con una capacidad hidráulica total de 55.622 hectómetros cúbicos y se ha detectado un aumento de las aguas superficiales afectadas por contaminación de nitratos.
“Los datos son indicativos de la asimetría en la distribución del recurso hídrico y de la creciente tendencia a su escasez. Un contexto que subraya la relevancia para España de otros indicadores como los referidos a la gestión de la demanda, a la circularidad en el uso del recurso y a la calidad de las aguas continentales”, asegura el ministerio. Una prueba más de que España tiene que privilegiar el agua como vector fundamental de su estrategia de desarrollo sostenible y lucha contra el cambio climático.


No ha sido la única advertencia esta semana sobre la necesidad de actuar contra los efectos del cambio climático en nuestro país. Y es que una de esas regiones donde se materializa con más virulencia este fenómeno mundial es el Mediterráneo, la que es para Isidro González, secretario general adjunto de la Unión por el Mediterráneo (UpM), “la segunda región más afectada del mundo por el cambio climático”. Así lo ha puesto de manifiesto esta semana durante la presentación del informe “Impactos socioeconómicos del cambio climático en el Mediterráneo“, encargado por la Fundación PRIMA y el Instituto Europeo del Mediterráneo (IEMeD), en el auditorio del IEMeD en Barcelona.
De acuerdo con el estudio, “el cambio climático está influyendo negativamente tanto en la agricultura como en la pesca de los países de la cuenca mediterránea”, lo que tiene un efecto directo en la alimentación. Además, señala que es “una responsabilidad internacional, regional y colectiva” tratar de encontrar soluciones a este “existente” problema. En este sentido, a través de cuatro ejes principales este estudio tiene como objetivo abordar los efectos perjudiciales del cambio climático en el Mediterráneo, mediante la adopción de perspectivas multidisciplinares.


En cualquier caso, para luchar contra la degradación climática del Mediterráneo, es importante contar con todos los actores para poder tener posibilidades de éxito, ya que con proyectos colaborativos es más sencillo impulsar una acción decisiva. En este sentido, precisamente esta semana ha arrancado en la localidad alicantina de Beneixama una iniciativa que busca impulsar la reforestación con 800 árboles de una zona calcinada por el fuego mediante la colaboración público-privada.
En concreto, esta reforestación tiene el objetivo de restaurar la masa arbolada de la zona y protegerla frente a la erosión, a la vez que absorbe CO2, y está encuadrada dentro del proyecto ‘Sembrando Oxígeno’ de la Fundación Aquae, aunque la acción concreta está promovida por Hidraqua con la colaboración del Ayuntamiento de Beneixama. Se plantarán ejemplares de cuatros especies autóctonas nobles: unos 265 ejemplares de pino carrasco, 210 madroños, 125 sabinas, 100 pinos piñoneros y 100 encinas. La acción permitirá absorber 78 toneladas de CO2 durante las tres próximas décadas.


Por otro lado, esta semana el Consejo de Ministros ha aprobado, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento (ERHA), una iniciativa que buscará desarrollar tecnología, conocimiento, capacidades industriales y nuevos modelos de negocio que refuercen la posición del liderazgo del país en el campo de las energías limpias. En concreto, con este PERTE el sector público aportará más de 6.900 millones y se calcula que atraerán una inversión privada cercana a los 9.500 millones.
Según apunta el MITECO en un comunicado “sus instrumentos y medidas movilizarán una inversión total superior a 16.300 millones de euros para construir una transición energética designed & made in Spain, maximizando las oportunidades económicas, industriales, laborales, de innovación y de implicación de la ciudadanía y las Pymes”. Además, sus cálculos apuntan que el plan permitirá crear más de 280.000 empleos, entre directos, indirectos e inducidos en el resto de la economía, convirtiéndose así en un elemento clave del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), que ya establecía que casi un 40% de las inversiones se destinarían a la transición ecológica.


Cerramos este repaso semanal con una terrible constatación: la Organización Meteorológica Mundial (OMM) acaba de verificar que los 38 grados Celsius registrados este pasado verano en una de las ciudades más frías del mundo, Verjoyansk (Rusia), fueron un evento real. Se trata de un récord sin precedentes y una imagen muy clara del cambio climático provocado por el calentamiento global.
“Este récord de temperatura en el Ártico forma parte de una serie de observaciones comunicadas al Archivo de la OMM de Fenómenos Meteorológicos y Climáticos Extremos que constituyen un mensaje de alarma con respecto a nuestro clima cambiante”, declara la OMM, que recuerda que el Ártico es una de las regiones que más rápido está cambiando debido a la crisis climática.
De hecho, debido a las temperaturas extremas y el cambio climático en curso, un grupo de expertos de la OMM decidió añadir al Archivo de Fenómenos Meteorológicos y Climáticos Extremos una nueva categoría climática: la temperatura más alta registrada en el círculo polar ártico o al norte de esa línea, situada en el paralelo 66,5° N, a la que ahora pertenece este récord.


¡Buen fin de semana a todos!
