España se paraliza por el coronavirus - EL ÁGORA DIARIO

España se paraliza por el coronavirus

Primera semana de confinamiento. El coronavirus se extiende y la sociedad y la economía españolas se paralizan. No te pierdas nuestro especial informativo sobre las claves de estos días de incertidumbre


El coronavirus avanza. España se paraliza y se encierra con miedo. El confinamiento es generalizado, salvo por la excepción más importante. Los héroes que luchan en primera línea, en los hospitales, en las fuerzas armadas, en los supermercados, en el transporte, en el campo… para que el resto estemos protegidos. Para parar la curva.

Las cifras ponen los pelos de punta: 20.000 infectados, se supera la cifra de los 1.000 fallecidos y una tasa de mortalidad del 4% de media, casi del 7% en Madrid, a pesar del confinamiento. Y al miedo por nuestra salud se une otro miedo muy real: las secuelas socioeconómicas que dejará este puñetero coronavirus.

Esta semana ha sido la primera en Estado de Alarma, de estar en casa para muchos. Y parece que la guerra va a durar. Empezamos la primavera lejos de nuestras personas queridas, a las que tanto anhelamos abrazar. Pero, la batalla continúa y no podemos bajar la guardia. El compromiso de todos es necesario en esta pugna si queremos salir victoriosos.

Vuelven las fronteras

Primer día laborable de confinamiento. La pandemia del COVID-19 vuelve a levantar las fronteras en Europa y cada vez son más los países que se convencen de que el confinamiento y el parón económico son la única solución. Nos quedamos en casa pero gracias a que muchos siguen trabajando: agricultores y ganaderos, transportistas, servicios públicos, trabajadores del comercio y, sobre todo, personal sanitario.

La policía alemana controla el acceso de franceses al país en la ciudad de Kehl. | EFE/EPA/RONALD WITTEK

Los agricultores vuelven  a tomar las calles, esta vez para ayudar a las autoridades a desinfectar los espacios públicos de esa España rural que reivindican y custodian, al tiempo que siguen trabando, aún con más fuerza, para que no nos falten alimentos.

Y como si de los juegos del hambre se tratara a las 20:00 horas los balcones y las ventanas se llenan para vitorear a los héroes sin capa.

200.000 millones de euros 

Segundo día de confinamiento. España vivirá una situación extraordinaria donde la colaboración público privada será el único camino. Pedro Sánchez presenta su plan de choque para frenar la epidemia económica, 200 mil millones de euros, entre fondos públicos y privados, una cantidad próxima al 20% del PIB.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, preside el primer Consejo de Ministros virtual de la historia de España debido a la crisis del coronavirus, en Madrid. | Imagen: Moncloa

Antes, después y durante, las ciudades inteligentes sacan toda su artillería en forma de colaboración público-privada, desde acuerdos con cadenas de restauración rápida para que esos 11.500 niños madrileños que comían gracias a los comedores escolares ahora cerrados no pasen hambre durante la cuarentena.

O esos hoteles medicalizados que pasan a convertirse en ‘arcas de Noé’ y esos emprendedores tecnológicos coordinados entre ellos para desarrollar una aplicación  que descargue los teléfonos de atención del coronavirus y ayude a diagnosticar.

Incluso iniciativas para realizar los test de diagnosis sin salir del coche. Unos test que han brillado por su ausencia y que harán que en los próximos días nos deslumbren las cifras reales de contagios en España.

Empresarios de bebidas espirituosas y cosméticos que se brindan a hacer geles hidroalcohólicos, empresas textiles y de calzado ayudando a hacer mascarillas y batas, tecnología low cost para fabricar respiradores… y tantos otros poniendo su capacidad productiva y logística al servicio de esta batalla.

Y en primera línea nada cambia, solo el ingenio de quien enseña a hacer mandiles con bolsas de basura para médicos, enfermeros, auxiliares y celadores; no llega el material sanitario y eso solo incrementa las bajas.

A las ocho, nuevamente tiempo de homenaje.

Congreso vacío

Tercer día de confinamiento. El COVID-19 llegó al Congreso de los Diputados, en una sesión plenaria atípica, vacío el hemiciclo y nunca antes tan lleno de contenido. Sin fisuras, aparentes, todos los grupos respaldan al Gobierno, no es tiempo de peleas internas, el enemigo, por una vez parece claro.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (c), durante su comparecencia ante un hemiciclo casi vacío para explicar la declaración del estado de alarma y las medidas para paliar las consecuencias de la pandemia provocada por el coronavirus. | Europa Press

Aún así, siempre hay voces disonantes que deslizan el sesgo de retrospección y, peor aún, el sesgo ideológico para hacerse notar en una contienda en la que solo brillan los héroes sin capa.

El desabastecimiento de material sanitario y de protección dificulta las líneas de defensa y convierte las residencias de ancianos en lo que nunca bebieron ser. Cunde el miedo a los triajes, a esa espeluznante decisión de a quién se salva y a quién se deja morir.

En la retarguardia otra corona asoma, pero esa historia ahora no importa, lo necesario está por delante. Está en esas partidas de material sanitario que nadie acaba de saber donde están y no terminan de llegar donde son necesarias. Ahí está lo importante en que las capas lleguen a nuestros héroes.

Y cómo cada día, en estos juegos del hambre el homenaje sigue en los balcones.

Con la moral baja

Cuarto día de confinamiento. La contienda se recrudece, mientras China avanza en la carrera por conseguir la vacuna contra el COVID-19 y cuenta su segundo día sin nuevos infectados; Italia endurece las condiciones del confinamiento y lo alarga tras superar el número global de fallecidos chinos por la pandemia.

Una pasajera espera el metro mientras efectivos de la Unidad Militar de Emergencias patrullan. | Foto: Eduardo Parra / Europa Press|

En España cunde la disciplina a golpe de sanción para los pocos irresponsables que tratan de saltarse la cuarentena y aparecen nuevos actores para liderar la batalla. Esperemos que alguno de los líderes logre que empiece a fluir el material sanitario tan necesario en primera línea de guerra para seguir salvando vidas, que se eso ve esta lid, de salvar vidas y no de poner medallas.

San José, día del padre sin padres mayores, San José sin Fallas, sin cremá sin ofrenda floral, sin hoteles para turistas sino para enfermos, pero con la alegría de saber que el mejor regalo es la vida que nos les quitamos si nos quedamos en casa. Así que humor español a raudales cantando don Pepito y Don José en honor a esos padres a los que solo podemos abrazar virtualmente este año.

Celebrar la vida

Quinto día confinados, llega la primavera y el fin de semana. Esta crisis también nos ha enseñado a celebrar la vida, porque de eso va esta guerra: de salvar vidas  y aprovechar la salud para compartir espacios y tiempo con la familia, con los vecinos desde balcones y ventanas y con los amigos en la distancia. Para dar rienda suelta a la creatividad y a la solidaridad, que está en el ADN de los españoles.

Y este fin de semana hay que celebrar la vida y celebrar el agua en su día Mundial y darnos cuenta del privilegio de abrir un grifo y lavarnos la manos para alejar al virus. Y recordar la suerte de contar con un sector que gestiona el ciclo integral del agua exponiendo sus plantillas para garantizarnos el acceso al agua potable y al saneamiento y la depuración, para los que también hay que brindar nuestro aplauso de las ocho.


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