Repasamos con nuestro Informe Semanal lo más destacado de la actualidad en una semana en la que, además de haberse acabado el Estado de Alarma, se ha aprobado por fin la esperada Ley climática de España
Esta semana no ha sido una cualquiera. Aparte de aprobar una ley que tendrá una importancia definitiva en la lucha climática, España ha recuperado al fin sus libertades después de 14 meses de pandemia gestionada bajo una sucesión de Estados de Alarma, el último de más de medio año de duración. Y lo ha hecho con la satisfacción de constatar que nadie se ha visto privado del acceso al agua, por salud y por derecho.
La pandemia de la Covid-19 ha supuesto enfrentarse a una crisis sanitaria nunca antes vivida, al menos en los últimos tiempos, que a nivel general ha cambiado radicalmente los hábitos y rutinas, y ha alterado el funcionamiento normal de la sociedad. Un período en el que los operadores de los servicios del agua han tenido que hacer frente a los retos derivados de prestar un servicio esencial en un contexto de crisis, con medidas de confinamiento. Nadie se ha quedado ni se va a quedar atrás.


Pero es que, además de por el decaimiento del Estado de Alarma, esta semana ha sido histórica para España por la aprobación de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que ya es una realidad tras la publicación este viernes de la nueva legislación en el BOE. La ley que persigue, entre otras medidas, la descarbonización plena de España en 2050, la protección efectiva de la naturaleza y el fin de la venta de coches contaminantes en 2040, es un auténtico hito ambiental para la política española que ha conseguido ser aprobado con un apoyo transversal en ambas Cámaras.
Eso sí, A pesar de la enorme importancia que tiene esta norma para el desarrollo sostenible de España, ya que supondrá la base la transición energética y de movilidad, es también que una “ley seca” puesto que el agua apenas aparece en su articulado; no ya como elemento transversal imprescindible para afrontar el cambio climático, aspecto en el que brilla por su ausencia, sino porque apenas aparece 24 veces recogida la palabra agua en todo el texto, dedicándole únicamente dos artículos y una disposición.


Sin embargo, esta semana no ha traído solo buenas noticias. Este jueves, Naciones Unidas ha alertado de la “doble catástrofe climática” que está viviendo Somalia debido al efecto combinado de la sequía y las posteriores inundaciones que han afectado al 80% del país. Una terrible situación que se une a los múltiples conflictos que asolan la zona del Cuerno de África y está amenazando con empeorar el escenario de inseguridad alimentaria que padecen 2,7 millones de personas en la actualidad en el país.
Antes de la llegada de las inundaciones, la ONU y sus socios llevaron apoyo a al menos 353.000 personas en áreas afectadas por la sequía que ahora también se tienen que enfrentar a las inundaciones. No obstante, esa ayuda se ve insuficiente ya que el Plan de Respuesta Humanitaria 2021 de Somalia, que requiere 1.000 millones de dólares para ayudar a 4 millones de personas, sólo está financiado en un 19%.
No es el único conflicto internacional por el agua en marcha. Los últimos enfrentamientos en la frontera entre Kirguistán y Tayikistán se han saldado con más de 50 personas fallecidas y centenares de heridos. La causa: el acceso al agua en fuentes compartidas, un recurso vital para la agricultura y la energía pero escaso en la región.


Para evitar estas situaciones en el futuro, será imprescindible aumentar la ambición de la lucha climática, pero también mejorar la educación en sostenibilidad para que las generaciones futuras no comentan los mismos errores. Y es que más de la mitad de los planes de estudio de casi 50 países no mencionan el cambio climático, según un informe publicado por la UNESCO que urge a hacer de la educación medioambiental un componente central del currículo escolar de todos los países de aquí a 2025.
“La educación debe preparar a los alumnos para comprender la actual crisis medioambiental y dar forma al mundo futuro: para salvar el planeta, debemos transformar nuestra forma de vivir, producir, consumir e interactuar con la naturaleza. Es fundamental integrar la educación para el desarrollo sostenible en todos los programas de aprendizaje de todos los lugares”, explicó Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO, durante la presentación del informe.
Cerramos este resumen semanal con un recordatorio: la celebración por fin este fin de semana de las elecciones constituyentes en Chile para elegir a los encargados de redactar una nueva Constitución, en la que el agua, el medio ambiente y la sostenibilidad serán protagonistas.
Esta misma semana, en un conversatorio sobre recuperación verde, la ministra de Medio Ambiente de Chile, Carolina Schmidt, destacó que las alianzas entre lo público y lo privado serán la base para conseguir adaptar al país al cambio climático y e impulsar la economía y la sociedad. “La ciencia ha sido muy clara. En 2050 debemos ser carbononeutrales y todos debemos trabajar juntos en la misma dirección“, afirmó Schmidt. Quizás estas elecciones constituyentes simbolicen el primer paso en este camino de la sostenibilidad.


¡Buen fin de semana a todos!
