En el repaso a la actualidad de la semana destacamos la nueva normativa europea que busca fomentar el consumo de agua del grifo en los hogares y garantizar su gratuidad en bares y restaurantes. Por un agua de calidad y menos plástico en el planeta
Esta semana el Parlamento Europeo ha aprobado una normativa para fomentar el consumo de agua del grifo en los hogares y establecer el suministro de agua corriente en bares y restaurantes de forma gratuita o con una tasa mínima por el servicio. El Ejecutivo comunitario estima que el descenso del consumo del agua embotellada, que llevará además aparejada una reducción del consumo de plástico, ahorrará un global de 600 millones de euros en la economía familiar de los europeos.
Esta normativa actualiza la aprobada hace más de 20 años y responde a la primera Iniciativa Ciudadana Europea que logra prosperar, con el nombre ‘Right2Water’. Los Estados miembros tendrán dos años para trasladar a sus legislaciones nacionales todas las disposiciones una vez sea publicada en el Diario Oficial de la UE.
En virtud de la nueva normativa, los estados miembro tendrán que asegurar el suministro gratuito de agua en los edificios públicos y adoptar las medidas necesarias para facilitar el acceso al agua a los grupos vulnerables como las comunidades nómadas, las personas sin hogar o los refugiados.
Para conseguir que la población europea gane confianza con respecto al consumo de agua de grifo, la directiva busca mejorar su calidad mediante la fijación de unos límites aún más estrictos para algunas sustancias contaminantes.
También hemos conocido las previsiones de emisiones de gases de efecto invernadero para 2020. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2) se reducirán hasta un 7% en 2020 a causa de la ralentización de la actividad por la pandemia de Covid-19, una caída que en España llegará al 15% respecto al año anterior, un descenso sin precedentes.
Con todo, según el PNUMA, esta caída en las emisiones de carbono “significa sólo una reducción de 0,01 grados centígrados del calentamiento global para 2050”, por lo que no impide que “el mundo todavía se dirija hacia un aumento de temperatura superior a los tres grados centígrados este siglo”. Es decir, a pesar del parón forzoso que ha supuesto el coronavirus, el planeta está aún lejos del objetivo de mantener esa temperatura por debajo de dos grados que recoge el Acuerdo de París.
Esta semana también ha visto la luz un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef sobre los progresos mundiales en materia de agua, saneamiento e higiene en los centros de atención sanitaria que revela datos desoladores. Y es que alrededor de 1.800 millones de personas corren un mayor riesgo de contraer la Covid-19 y otras enfermedades debido a que reciben tratamiento o trabajan en centros sanitarios que carecen de servicios básicos de agua
En todo el mundo, una de cada cuatro centros de atención de la salud carece de servicios de agua, uno de cada cinco no dispone de acceso a la higiene de las manos en los lugares donde se presta atención, uno de cada diez no tiene servicios de saneamiento y en uno de cada tres no separan los desechos de manera segura.
La situación es peor en los 47 países más desfavorecidos del mundo: uno de cada dos centros de atención de salud carece de agua potable básica, uno de cada cuatro centros de atención de salud no dispone de instalaciones para la higiene de las manos en los puntos de atención y tres de cada cinco carecen de servicios básicos de saneamiento.
«Sin que los trabajadores de la salud de primera línea puedan lavarse las manos, proporcionar agua limpia a sus pacientes o tener un lugar decente para ir al baño, un hospital no es un hospital en absoluto, es un caldo de cultivo para las enfermedades«, lamentó la OMS, que pide acciones urgentes por parte de los países y alianzas para que el ODS6 sea una realidad para todos.
Y una mala noticia para la biodiversidad. Imágenes satelitales de la NASA y de la Agencia Espacial Europea, confirmadas por un vuelo de reconocimiento de la Royal Air Force (RAF) británica, no dejan lugar a dudas. El mayor iceberg del mundo, el A68a, chocará con la isla Georgia del Sur. Si bien hace unas semanas un viraje de la inmensa masa de hielo, de 4.200 kilómetros cuadrados, abrió una puerta a la esperanza y se creyó que el impacto no se produciría, la vuelta del iceberg a su trayectoria inicial y su corta distancia con la isla, apenas a 70 kilómetros, confirma los peores presagios.
El choque producirá estragos en el valioso ecosistema marino de la isla y puede ser devastador para la colonia de pingüinos rey, la más importante del mundo, focas, ballenas y demás fauna que habita en la isla y su entorno. El iceberg podría quedar 10 años embarrancado en la costa lo que cambiaría completamente la dinámica de uno de las reservas marinas más ricas del mundo, modificando su salinidad, por el vertido de millones de litros de agua dulce al mar, y las rutas de alimentación de los animales. Una misión científica partirá hacia la isla para medir y estudiar el impacto en el entorno


Y cerramos la semana con una sentencia histórica en materia de contaminación y salud. La justicia británica ha establecido un precedente histórico al atribuir la muerte de una menor en 2013 al aire contaminado de Londres, que superaba con creces los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud.
La OMS lleva años alertando de que la polución del aire que afecta sobre todo a las grandes ciudades puede ser mortal, sobre todo para personas vulnerables como niños o ancianos. Según sus cálculos, la contaminación ambiental del aire es la causa de 4,2 millones de defunciones prematuras en todo el mundo al año.
Sin embargo, ningún tribunal del planeta había vinculado una muerte de forma directa con la polución, hasta ahora. Un juez británico ha dictaminado este miércoles en una sentencia pionera en el Reino Unido y en el mundo que este efecto secundario de la quema de combustibles fósiles fue una de las causas que contribuyó a la muerte de una niña de nueve años tras sufrir un ataque de asma.
El aire contaminado mata. Y hay que actuar ya por la salud y la dignidad de la humanidad. Por un aire limpio para todos.
Buen fin de semana.
