Esta semana hemos rendido homenaje a las mujeres científicas, tecnólogas e investigadoras que hacen avanzar cada día el conocimiento de la humanidad. Su aportación e inspiración son la base para un futuro en el que las niñas tienen mucho que decir
Esta semana hemos celebrado el Día Mundial de la Mujer y la Niña en la Ciencia que este año se ha centrado en el importante papel de las científicas en la lucha contra el covid. Sanitarias y científicas se han situado en primera línea para sumar esfuerzos contra el virus, para investigar y desarrollar vacunas y tratamientos. De hecho, el 70% del personal que trabaja en el sector sanitario y de asistencia social son mujeres. Esta situación ha situado a las mujeres en el centro de la respuesta a la COVID-19, aun cuando, en demasiadas ocasiones, siguen subrepresentadas en muchos ámbitos de toma de decisiones o elaboración de estrategias.
Al mismo tiempo, la pandemia ha tenido un impacto negativo muy significativo en las mujeres científicas. Ha afectado especialmente a las que se encontraban en los inicios de sus carreras, lo que ha contribuido a que se ensanche la brecha de género existente en la ciencia, y ha revelado nuevamente las disparidades de género en el sistema científico.
Unas mujeres investigadoras que este año han lanzado la campaña ‘No más Matildas’ que pone el foco en la falta de referentes femeninas en la historia de la ciencia al silenciar el importante papel que tuvieron en el avance del conocimiento de la humanidad. Muchos de sus méritos se atribuyeron a sus maridos y compañeros de investigación, como denunció la activista Matilda Joslyn Gage. Es hora de contar la verdadera historia y poner en valor la aportación de las mujeres a la ciencia, tanto en el pasado, como en el presente, para que sirvan a de referente a las niñas, que serán las investigadoras del futuro.
Mujeres y hombres de ciencia serán imprescindibles para luchar contra el cambio climático que, sin duda, nos está ganando la partida. Un nuevo estudio, dirigido por la Universidad de Washington, advierte que de seguir con el ritmo de trabajo actual en materia de mitigación tendríamos solo un 5% de posibilidades de cumplir con el objetivo de no superar el umbral de los 2 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales, establecido por el Acuerdo de París. Es decir, el objetivo de temperatura requiere un aumento del 80% en la tasa anual de disminución de emisiones.
Esta semana también se ha hecho público un informe que cifra en 44.600 las muertes anuales de personas mayores de 14 años en España debido a la contaminación atmosférica provocada por el uso de combustibles fósiles. Es decir, casi el 11% de las muertes anuales de este grupo de edad.
El estudio, elaborado por científicos de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, el University College de Londres y la Universidad de Birmingham, en Reino Unido, entre otras instituciones, concluye que cada año mueren en todo el mundo más de 8.000.000 de personas por la contaminación atmosférica derivada de la quema de combustibles como el carbón y el gasóleo.
Los datos de fallecidos arrojados en el estudio suponen un “gran aumento” respecto a las estimaciones anteriores, ya que la investigación anterior más reciente afirmaba que la contaminación del aire, incluido el polvo y el humo de los incendios forestales y las quemas agrícolas, causaba 4,2 millones de muertes al año. Según el nuevo estudio, esta cifra casi se duplica.
Si el aire sigue cada vez más contaminado, el agua de los océanos no se queda atrás. El uso recreativo de las playas de las islas mediterráneas durante el verano es responsable de hasta el 80% de la basura marina que se acumula y genera grandes cantidades de microplásticos debido a la fragmentación de artículos de mayor tamaño.
Así lo revela un estudio internacional liderado por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB), que propone aprovechar la pandemia de la covid-19 para replantear un modelo turístico sostenible.
El estudio destaca que la región mediterránea recibe cada año cerca de un tercio del turismo mundial y se ve particularmente afectada por la contaminación ambiental relacionada con este sector. Los resultados muestran que la gran mayoría de los artículos recolectados están hechos de plástico y representan más del 94% de la basura marina.
Según el trabajo, durante el verano, las playas más frecuentadas acumulan un promedio de 40 millones de objetos al día, 330 artículos por cada 1.000 metros cuadrados de playa por día, 5,7 veces más que en temporada baja, lo que representa un residuo cada tres pasos.
Y cerramos la semana con una buena noticia. Canarias se convertirá en el ‘kilómetro cero’ del nuevo corredor biológico mundial, un cinturón ecológico alrededor del planeta que conectará diferentes espacios naturales para preservar la biodiversidad.
Esta iniciativa de crear un cinturón verde mundial cuenta con el apoyo de personalidades y entidades de todos los continentes, incluyendo las principales organizaciones indígenas que apoyan y colaboran en esta iniciativa y que tiene como propósito principal la creación de sinergias para la protección de los ecosistemas del planeta.
Ahora, los esfuerzos de las islas Canarias para dar a conocer la riqueza de su patrimonio natural al Comité Internacional que dirige el proyecto ha dado sus frutos, y éste ha otorgado a Canarias el honor de ser el punto de partida de este corredor biológico mundial.
Una noticia que nos hace reflexionar sobre el valor incalculable de la naturaleza que nos rodea y sobre la necesidad de protegerla para mantener su equilibrio. Sin duda nos regala más de lo que la respetamos. Es hora de cuidarla.
¡Buen fin de semana a todos!