Repasamos con nuestro Informe Semanal lo más destacado de una semana en la que aprovechamos la celebración del Día Mundial de los Derechos Humanos, que cumplen este viernes 73 años, para recordar la importancia del agua en su consecución
Aunque a menudo no seamos consciences, especialmente en países desarrollados, sin agua, ni la salud, ni la alimentación, ni la sostenibilidad medioambiental, ni el desarrollo frente a la pobreza están garantizadas. El líquido elemento es un pilar esencial del resto de Derechos Humanos, cuya Declaración cumple este viernes 73 años entre celebraciones. No es para menos: este documento histórico proclama los derechos inalienables que corresponden a toda persona como ser humano, independientemente de su raza, color, religión, sexo, idioma, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Sin embargo, estos preceptos que todos deberíamos disfrutar no están garantizados en un mundo profundamente desigual.
En este día, Naciones Unidas recuerda que la pandemia de COVID ha “alimentado un aumento alarmante de las desigualdades” y ha puesto al descubierto “muchos de nuestros fracasos para consolidar los avances logrados”. Y entre los Derechos Humanos nos fijamos hoy, como no podía ser de otra manera, en el Derecho Humano al agua y al saneamiento, promulgado por la Asamblea General de Naciones Unidas el 28 de julio de 2010, y en el ODS 6 que busca garantizar el agua y el saneamiento para todos de aquí a 2030.
El futuro será muy difícil, sobre todo porque el presente es desolador: más de 2.000 millones de personas en todo el mundo todavía viven sin agua potable administrada de manera segura, 3.600 millones no tienen acceso a un saneamiento adecuado y 2.300 millones carecen de instalaciones básicas para lavarse las manos con agua y jabón en el hogar. Pero con la necesaria colaboración de todos, gobiernos, empresas y sociedad civil, es posible apostar por impulsar este derecho básico para que, esta vez sí, alcance a todo el mundo.


En esta lucha mundial para llevar el agua y el saneamiento a todos los rincones del planeta podría jugar un papel muy relevante las aguas regeneradas. Aunque por ahora la delantera la lleva claramente el Viejo Continente: con cada año que pasa, Europa mejora en el tratamiento de aguas residuales. Estudios recientes de la Agencia Europea del Medio Ambiente (Aema) detallan que al menos 12 países tratan más de 90% de sus aguas residuales y que otros tantos lo hacen por encima de la media (76%). Lo mejor es que algunos de ellos están alcanzando tasas de calidad muy altas, lo que les está permitiendo dar una segunda vida al agua que limpian.
La mayoría de las empresas de agua no solo están dispuestas, sino que cuentan ya con la capacidad y la tecnología necesarias para aumentar de manera importante la cantidad de aguas regeneradas. Por este motivo, las fuentes del sector apuntan a dos frenos indiscutibles: la gobernanza y la concienciación social, aunque este última parece tambalearse dados los resultados de una reciente encuesta: en España el 73% de los encuestados apoyó o apoyó firmemente el uso de agua reciclada para beber, una cifra similar al 67% en el Reino Unido y el 75% en los Países Bajos.


No es la única noticia hídrica de esta semana que dejamos atrás: el martes, Aquatec, empresa del grupo Agbar, y Lantania anunciaron que unen fuerzas para construir una estación depuradora de aguas residuales industriales de vertido cero, pionera en España, para la compañía metalúrgica Atlantic Copper en Huelva con una inversión de 12 millones de euros. Y es que la circularidad no debe ser entendida como un valor aplicable a parcelas cerradas según el sector, sino a un gran ecosistema en el que todo está interrelacionado. Población, industria, agricultura y espacios urbanos deben funcionar en simbiosis a la hora de aprovechar el recurso más preciado y más castigado por el cambio climático: el agua.
Con una inversión de 12 millones de euros y un plazo de ejecución de unos dos años, la EDARi de cero vertido líquido (Zero Liquid Discharge, ZLD) se erigirá, una vez puesta en marcha, en uno de los mayores proyectos de depuración de aguas industriales del mercado español. La instalación contempla el tratamiento de cuatro tipos de corrientes distintas con una capacidad total diaria de 2.600 m3/día.


Por otro lado, esta semana también se ha publicado un informe de la FAO que advierte de que la seguridad alimentaria futura pende de un hilo a causa del agua. En concreto, el nexo entre alimentación y el agua se encuentra bajo una presión sin precedentes por la escasa sostenibilidad de la producción agroalimentaria, impactos sobre el líquido elemento y los desafíos climáticos y demográficos. Entre 2000 y 2017 la tierra agrícola disponible per cápita para cultivos y cría de animales ha disminuido en un 20%, mientras que las proyecciones indican que seguirá disminuyendo por este factor y por el incremento de la degradación del suelo, que en la actualidad afecta a 1.660 millones de hectáreas agrícolas, es decir, el 34% del total de tierra disponible para estos usos.
Por si fuese poco, el crecimiento demográfico también ha propiciado un aumento de las extracciones y el uso de agua. De hecho, a cada persona le corresponde un 20% menos de las extracciones de agua dulce desde el 2018, siendo la cifra superior en regiones donde el estrés hídrico y la demanda es superior, como en el África subsahariana, donde la reducción se tasa en el 41%.


Cerramos este repaso semanal con una «buena» noticia: Las precipitaciones de la última semana por fin se han dejado notar en los embalses y han sumado 457 hectómetros cúbicos, lo que supone un 0,8% por ciento más. La reserva hídrica alcanza el 40% de su capacidad total, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, que indica que esta semana la reserva hídrica es de 22.456 hectómetros cúbicos.
Eso sí, los datos reflejan que en la actualidad los embalses guardan un 25,65% menos agua que la media del decenio y un 14,40% menos que en la misma semana de hace un año. Es decir, que a muchos españoles todavía les tocará mirar al cielo una semana más a la espera de esas lluvias que se han resistido a lo largo de un otoño que, según la Aemet, ha sido más seco de lo normal.


¡Buen fin de semana a todos!
