Durante dos semanas el cambio climático va a protagonizar la agenda internacional. Este domingo comienza la 27ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, es decir la COP27 o cumbre del clima
Durante dos semanas el cambio climático va a protagonizar la agenda internacional. Este domingo comienza la 27ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, es decir la COP27 o cumbre del clima.
La cita se celebrará desde 6 al 18 de noviembre en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij. Se espera que unas 30.000 personas, entre delegados gubernamentales y de organizaciones internacionales, académicos, activistas, empresarios y periodistas participen en el encuentro.
El encuentro se centrará en decidir quiénes y de qué forma pagarán la transición energética y la compensación por los daños causados por el cambio climático.
La participación española cuenta este año con una novedad, como es el anuncio de que nuestro país liderará una alianza contra la sequía, uno de los principales problemas a tratar en la cumbre. Las previsiones estiman que para 2050 las sequías afecten a más de las tres cuartas partes de la población mundial.


Señales climáticas evidentes
Como antesala a la COP27, hemos podido conocer estos días multitud de noticias que indican la necesidad de actuar rápidamente para mitigar las emisiones que causan el cambio climático y poner en marcha medidas de adaptación a los efectos que ya son visibles.
La Unesco presentaba un informe que avisa sobre el retroceso del hielo en los lugares declarados Patrimonio de la Humanidad. En total hay 460 glaciares que no han dejado de perder volumen en los últimos 20 años y entre los que se encuentran algunos muy emblemáticos, como el Kilimanjaro en África o Yosemite, en EEUU.
En nuestro país, el glaciar del Monte Perdido, en Huesca, ha disminuido su extensión y grosor a ojos vista en los últimos años. Por su parte, el glaciar de Maladeta, también en Huesca, ha perdido en 30 años el 60% de su superficie.
Lo preocupante es que el deshielo impacta sobre el acceso al agua dulce. La mitad de la humanidad depende de las superficies glaciares como fuente de recursos hídricos, tanto para su uso doméstico como para la agricultura y la energía hidroeléctrica, además de que tienen una gran importancia cultural, religiosa y turística, señala la Unesco en su informe.
Otra noticia alarmante tiene que ver con las temperaturas en nuestro continente. Según un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el aumento de la temperatura en Europa en los últimos 30 años es más del doble que el incremento medio de la temperatura a nivel mundial: en ningún otro continente las temperaturas han subido de forma tan notable.
El informe Estado del clima en Europa, elaborado conjuntamente con el servicio de Copernicus relativo al cambio climático (C3S) de la Unión Europea, señala que las temperaturas en Europa han aumentado significativamente durante el período 1991-2021, a un ritmo medio de aproximadamente +0,5 °C por década. Esto tiene efectos de todo tipo, desde la afección de la salud humana por olas de calor, la pérdida de productividad de los cultivos o la alteración de los ciclos del agua.


Indicadores de sostenibilidad del agua
Lo que no se mide difícilmente se puede gestionar y, por tanto, no se puede mejorar. Esa es la idea que impulsa una interesante iniciativa dada a conocer esta semana por la Red de Cátedras del Agua se orientará a identificar nuevos indicadores de sostenibilidad y circularidad para medir y comprar la gestión eficiente de los recursos hídricos en cada territorio y operador.
La red de Cátedras del Agua, formada 11 Cátedras Universidad-Empresa coordinadas por el grupo Agbar con el agua como eje transformador, nace como un punto de intercambio de conocimiento y talento en la búsqueda de las mejores soluciones a los retos que afronta la sociedad con la colaboración público-privada como estandarte.
Desde hace año y medio se ha trabajado en diferentes grupos sobre temas prioritarios, para intercambiar experiencias y enriquecer las líneas de investigación con un enfoque multidisciplinar y más amplio para aplicarlo a cada uno de los territorios. Hoy se incorpora como línea de trabajo la búsqueda de esos indicadores de circularidad y sostenibilidad; los primeros de ellos muy avanzados por la Cátedra de Economía del Agua de la UNED-Aquae, que tiene previsto presentarlos a finales de noviembre en el Congreso Nacional de Medio Ambiente.


Las ciudades giran hacia el verde
Ante un panorama ambiental y climático tan desafiante como el que afrontamos, resulta esperanzador ver los cambios que se están llevando a cabo desde el ámbito local. Por ejemplo, respecto a la calidad del aire, las ciudades españolas se preparan para crear zonas de bajas emisiones (ZBE).
A partir de diciembre de 2023, los ayuntamientos españoles que tengan más de 50.000 habitantes deben crear zonas de bajas emisiones de acuerdo con la Ley de Transición Energética y Cambio Climático y con la directiva europea que obliga a todos los países a realizar estos cambios urbanos. Estas medidas cambiarán la movilidad urbana y ayudarán a mejorar la calidad del aire y reducir la contaminación acústica, en beneficio de los habitantes.
Esta semana pudimos atender a la opinión de los alcaldes de Albacete, Alicante, Irún y Málaga, cuatro ciudades que, por su población, deben poner en marcha antes de finales del año que viene estas ZBE, durante su participación en la jornada Hacia la ciudad cero celebrada en el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA). Todos ellos coincidieron en los beneficios que estas zonas de movilidad controlada van a producir a los ciudadanos y en la necesidad de la colaboración pública-privada para ponerlas en marcha.
También el sector del agua se mueve parea crear ciudades más habitables, como pudimos ver con la celebración el pasado lunes del Día Mundial de las Ciudades, promovido por la ONU para impulsar un urbanismo que configure espacios más verdes, equitativos y sostenibles.
En un contexto de crecimiento de población y de tensiones ambientales y climáticas, el sector del agua ofrece soluciones para fortalecer la resiliencia y la adaptación de los entornos urbanos: eficiencia, mejora en el abastecimiento, economía circular, regeneración de aguas residuales, generación de energía y reutilización de materiales… Sin duda, el agua es el motor azul de las ciudades verdes.
¡Buen fin de semana!
