LA HISTORIA
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) acaba de presentar un completo informe sobre cómo mejorar la regulación del abastecimiento y saneamiento del agua urbana. Señala problemas básicos del sector como “la no recuperación de los costes” del servicio, y “la necesidad de dar criterios comunes para un diseño adecuado de las tarifas” .
¿LA CNMC ES COMPETENTE EN EL SECTOR DEL AGUA?
A pesar de que nunca se ha ocupado formalmente de la regulación del agua potable y el saneamiento, después de la última reforma en la que se ampliaron sus competencias y se adecuaron mejor a las directivas europeas, podríamos considerar que la CNMC es potencialmente competente en el ámbito de la regulación del abastecimiento de agua potable y saneamiento.
Hay que subrayar lo de potencialmente, pues los legítimos reguladores actuales son los ayuntamientos, pero digamos que el objeto en sí entraría dentro de los intereses naturales de la CNMC, sin perjuicio de la actual realidad legal que otorga los derechos regulatorios a las corporaciones locales.
¿POR QUÉ LA CNMC SE INTERESA AHORA POR LAS NECESIDADES REGULATORIAS DEL AGUA Y EL SANEAMIENTO?
Bueno, el sector está reclamando desde hace un tiempo un regulador que homogeneice los standares de calidad que debe cumplir el servicio y los criterios para la formación de precios de las tarifas, que garanticen la transparencia y la sostenibilidad del servicio.
Si a esto sumamos que está en producción el Libro Verde del Agua, que entre otras cosas es previsible que apunte hacia la necesidad de una regulación más rigurosa y transparente, resulta un contexto donde la CNMC puede encontrar apropiado presentar su candidatura a ser el regulador del sector del agua potable y el saneamiento. Y sin duda la comunicación entre el MITECO y la CNMC es más franca y abierta que nunca.
¿Y QUÉ DICE EL INFORME?
Pues cosas sensatas con las que casi todo el mundo está de acuerdo. Critica el actual diseño de las tarifas por “inadecuado e ineficiente” y por poner en riesgo la sostenibilidad del servicio en muchas poblaciones. Tarifas que no recuperan los costes y que impiden el mantenimiento y renovación de la red.
Señala también las deseconomías de escala en muchos pequeños municipios: “Dado el pequeño tamaño de la mayoría de los municipios españoles, probablemente sea necesario continuar ampliando la escala del servicio de forma que se preste de forma conjunta a varios centros de población”, y también reclama más transparencia para poder comparar la calidad del servicio prestado, mejorar y optimizar las licitaciones y, en general, las decisiones de la administración pública: “Más información ayudaría a que las licitaciones públicas de los servicios urbanos de agua pudieran diseñarse, ejecutarse y supervisarse más adecuadamente”.
¿ENTONCES?
El mensaje al sector es claro: la CNMC conoce bien los problemas que preocupan al sector, y tiene las herramientas y la experiencia en regulación ganadas en otros sectores. Y además muy probablemente la confianza de buena parte del gobierno. O sea que el informe bien podría funcionar como globo sonda.
¿Y QUÉ?
Pues que la CNMC sería el regulador que más rápido podría llegar. Una vez elegido tendría una legitimidad difícil de discutir. Y su experiencia en el análisis de los mercados y la equidad de las relaciones de competencia o en los procesos de formación de precios y su incidencia en las tarifas podrían hacer que el sector lo viera con buenos ojos.
Porque a día de hoy la necesidad de un órgano que objetive las relaciones contractuales e incluso los pliegos de condiciones de las licitaciones, que defina mínimos y que ejerza de arbitro se antoja perentorio.
Porque está claro que como estamos no se puede seguir.
