LA HISTORIA
El brote por COVID-19 en Lleida ha superado al Govern de la Generalitat. Con un crecimiento de contagios disparado, más de 1.400 y en aumento, el brote se ha exportado a la localidad guipuzcoana de Ordizia (con 30 positivos) y a Oviedo. El confinamiento comunitario decretado por el Govern en la comarca del Segrià se ha constatado insuficiente.
¿ESTÁ EN RIESGO LA COMUNIDAD AUTÓNOMA?
Los casos exportados a otras comunidades alertan de que la extensión del brote al área de Barcelona, donde se concentra la mitad de la población de Cataluña, es una posibilidad cierta, aunque la comarca metropolitana está en la posición número 12 en lo que respecta a incidencia entre las 42 comarcas catalanas. Ya hay un repunte leve de los contagios contrastados que suponen 10 casos cada 100.000 habitantes, muy lejos aún de los 256 del Segriá en Lleida. Pero las características del brote durante la campaña de la fruta, con problemas con las condiciones de alojamiento de trabajadores irregulares sin tarjeta sanitaria para los que no hubo previsión, hace que el actual confinamiento comarcal pueda resultar insuficiente. Ahora ya son familias enteras las que están infectadas y la posibilidad de la vuelta al confinamiento domiciliario es un hecho.
¡PERO ESO SERÍA LA RUINA ECONÓMICA!
Un nuevo confinamiento generalizado desde luego tendría consecuencias dramáticas y en muchos casos económicamente irreversibles. Nadie quiere pensar en el cierre de Barcelona o las zonas turísticas. La falta de previsión está siendo la nota dominante. Para más inri la provincia de Lleida tiene déficit de sanitarios y ya se ha hecho un llamamiento a voluntarios del resto de la comunidad autónoma. Y ya se sabe que cuando aflora el voluntarismo es que previamente algo no se hecho bien.
Esperemos que el fuego del Segriá encienda todas las alarmas. Ahora nadie puede alegar ignorancia.
Nadie quiere hacerse responsable de la propagación del virus, pero los errores cometidos empiezan a pesar.
