LA HISTORIA
«Hoy es el Día D de la Europa del siglo XXI. La Unión ha reconocido que la solidaridad y un enfoque común son la única receta para el renacimiento de nuestra economía y para proteger a nuestros ciudadanos y trabajadores, con la mirada puesta en el futuro y en el legado que dejaremos a las próximas generaciones”.
Estas han sido las palabras del presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, tras la presentación del paquete de recuperación de la UE.
«El Consejo -ha añadido el Sassoli- no debe presentar una propuesta que rebaje la ambición que la Comisión ha esbozado hoy al Parlamento».
Sassoli agradecía así, solemnemente, a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y a los comisarios el proyecto presentado para “mejorar la vida de todos y todas las europeas”.
¿TAN IMPORTANTE ES LA PROPUESTA?
Así lo afirmaba la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en la presentación de este plan de recuperación sin precedentes, que supone sin dudas un salto cualitativo en la solidaridad europea: “Las generaciones anteriores a nosotros han construido una Unión de paz y prosperidad, sin precedentes ni iguales en ninguna parte del mundo. Hoy enfrentamos nuestro propio momento decisivo: podemos construir un futuro verde, digital y resistente. Para Europa, las medidas más atrevidas siempre serán las más seguras”.
En total, el plan de recuperación económica frente a la pandemia de coronavirus supondrá 750.000 millones de euros en ayudas a socios comunitarios, de los cuales 500.000 millones de euros corresponden a subsidios a fondo perdido y 250.000 millones, a préstamos.
A España le corresponderían 140.446 millones de euros de este fondo de recuperación, 77.324 millones de los cuales serían en subvenciones y 63.122 millones disponibles en préstamos. Más financiación en relación a su PIB y población que cualquier otro país de Europa.
¿Y QUÉ PASA CON LA AGRICULTURA?
En este momento que se promete dulce, en relación con la agricultura podríamos decir que “una de cal y una de arena”.
Porque a pesar del papel estratégico que el sector agroalimentario ha jugado durante toda la pandemia del coronavirus, que, como actividad esencial, ha mantenido abastecidos los mercados, Bruselas no termina de reconocer su importancia para garantizar la soberanía alimentaria y en el Marco Financiero Plurianual para el septenio 2021-2027 le aplica un recorte del 9% en el presupuesto destinado a la Política Agrícola Común que contará con 348.264 millones.
Bien es cierto que este recorte queda lejos del tijeretazo del 14% que la Comisión propuso a los 27 justo antes de que el coronavirus pusiera sobre la mesa nuevas necesidades y retos para el conjunto de los países del club comunitario.
