LA HISTORIA
La Unión Europa sin el Reino Unido no solo es más pequeña sino que, aunque parezca mentira, es menos Unión.
¿POR QUÉ?
Por el estrepitoso fracaso de la Cumbre de jefes de Estado de los 27 para fijar el marco financiero plurianual, el presupuesto, para los próximos siete años.
El Brexit deja un agujero en los presupuestos comunitarios de 75.000 millones de euros y eso, unido a las nuevas necesidades de financiación del Green New Deal, la digitalización, la defensa o la política exterior hace inevitable que se planteen recortes en otras partidas.
Y CUANDO EL DINERO SALE POR LA PUERTA…
El amor se va por la ventana… Así que el Consejo propuso a los 27 que el futuro presupuesto quedase en 1,08 billones de euros, muy por debajo del último marco 2014-2020 (1,13 billones) y también de lo que pedían la Comisión Europea (1,13 billones) y el Parlamento Europeo (1,32 billones).
MENOS PASTA PARA MUCHOS… MAL ROLLO
Esta rebaja dejaba caninos (va por ti, Arturo) los Fondos de la Política Agraria Común (PAC) para los que propuso un recorte de 14% y otro 10% en los Fondos de Cohesión
¿Y QUÉ PASÓ?
La negociación empezó con la pandilla dividida en dos grupos irreconciliables: los Frugales y los Amigos de la Cohesión.
Por un lado los Frugales. Países Bajos, Dinamarca, Suecia y Austria, (que empezaron la negociación con los países bálticos a su lado que finalmente desertaron y se pasaron al lado contrario), contribuyentes netos que quieren un presupuesto del 1% de la renta nacional bruta (RNB) de los Veintisiete, con recortes en la Política Agraria Común (PAC) y en el Fondo de Cohesión. O sea que en realidad lo que quieren es que los frugales sean los otros.
Frente a ellos los Amigos de la Cohesión, un grupo de unos 17 países desiguales y descoordinados, entre los que se encuentran España, Italia, Portugal, Grecia y el bloque del Este, que buscaban evitar los recortes en Cohesión y en los Fondos Agrícolas con un presupuesto más grande. O sea, los que podríamos llamar “qué hay de lo mío”, que como es “de lo nuestro”, pues nada, a intentarlo.
¿Y EL EJE PARÍS-BERLÍN?
Que ni eje ni nada. Alemania, casi frugal versión, “que ayunen ellos”. Ellos somos nosotros, ya saben. Obviamente Macron tenía que defender a sus agricultores…o sea que si te he visto no me acuerdo.
En la UE-27 hay 27 bolsillos donde solo cabe una opinión… distinta en cada bolsillo.
¿Y EL JEFE DE NUESTRO POLIGOBIERNO?
Pedro Sánchez afrontó el inicio de las negociaciones presionado por el conflicto agrario nacional que llevaba tres semanas con los tractores en la calle para pedir un gesto del Gobierno que les saque de la ruina.
Venirse de Bruselas con 9.500 millones menos hubiera sido gasolina para el campo. Como en Francia.
¿Y ENTONCES QUÉ?
¿Qué de qué? Que diría el castizo. Porque de momento, ni hay presupuesto ni se le espera. Porque por no haber no hubo acuerdo ni para fijar la fecha de la siguiente ronda. Así que el oxígeno para el campo español esta semana, la cuarta de movilizaciones agrarias, no vendrá de Bruselas. A ver lo ágil que se muestra el poligobierno para poner sobre el tapete soluciones concretas que hagan no-ruinosas las producciones agrarias y vivir en el rur con los bichos.
De lo contrario, y siguiendo instrucciones del vicepresidente segundo, los agricultores están dispuestos a seguir apretando… en Galapagar.