LA HISTORIA
El pasado martes durante la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, la ministra portavoz María Jesús Montero señaló que el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones que dirige José Luis Escrivá es el “competente para diseñar el ingreso mínimo vital (…) y esperemos que en pocos meses podamos alumbrar esta prestación, que es de Seguridad Social y supondrá un salto importante», y añadió que “los trabajos se están acelerando en colaboración con la vicepresidencia de Pablo Iglesias”.
Recordó asimismo que se trata de un compromiso de Gobierno, y que debe incorporar la coordinación con las comunidades autónomas y otros tipos de ayuda a las familias para garantizar sus ingresos, y que «no se puede diseñar de un momento para otro, son prestaciones que han venido para quedarse y no se puede improvisar”.
PERO ESO FUE EL MARTES…
Sí, porque el entorno de Iglesias confirmó el miércoles a última hora que «Iglesias y el presidente acordaron que el Gobierno va a poner en marcha el Ingreso Mínimo Vital ya desde el próximo mes de mayo».
El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha asegurado que se ha enterado el mismo jueves por la mañana a través de los medios de comunicación de que sería presentada la puesta en marcha de la medida de la renta mínima vital, cosa que al final no tuvo lugar.
José Luis Escrivá, su ministerio, es el encargado de diseñar esta prestación que aún carece de una definición concreta por su complejidad.
¿ENTONCES QUÉ HA PASADO?
Una vez más la voluntad de protagonismo de Iglesias y su política de propaganda antes que de proyectos solventes y consolidados se ha impuesto a la profesionalidad de los ministros serios del gobierno. Iglesias no iba a dejar que el mérito de una medida tan mediática y electoralista se lo apuntara un hombre competente y discreto como Escrivá.
ESTÁ BIEN, AHORA QUE SE HA DESATADO EL PARO ¿NO?
Esta medida no tiene nada que ver con la crisis laboral y económica desatada por el coronavirus. Mientras tanto, los ERTEs y los despidos definitivos causados por el confinamiento y el distanciamiento social están encallados en sus tramites administrativos, y los trabajadores están lejos de cobrar su primera prestación. Por lo tanto desviar la energía a un proyecto programado para más adelante, y que el ministerio tiene bien enfilado, en lugar de atender las urgencias de 3,5 millones de trabajadores, entre los que probablemente estén los futuros perceptores de la renta mínima, se antoja la típica cortina de humo de Iglesias, nuevos compromisos para el futuro pero incapacidad de cumplir las obligaciones del presente. Propaganda antes que hechos. Veremos qué piensan en la UE de estos juegos malabares.
También están en aprietos por varias causas los créditos prometidos a empresas y autónomos, pero como ahí Iglesias no pesca, no necesita interferir con trucos de magia.
¿Y ESCRIVÁ NO SE HA ENFADADO?
Escrivá es un profesional serio y competente, como demostró en la AIREF. Igual que él, otr@s ministr@s tienen que estar atent@s a las intromisiones públicas de Iglesias en proyectos donde le parece que hay rédito político, lo que sin duda genera malestar en los responsables que realmente desarrollan los trabajos.
Sin duda la enfermedad de la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, único dique real de contención de Iglesias, ha facilitado su empoderamiento y la imposición de su estilo populista frente a los ministros que pretenden hacer política de hechos.