¿Rectificar o sostenella y no enmendalla? - EL ÁGORA DIARIO

¿Rectificar o sostenella y no enmendalla?

¿Rectificar o sostenella y no enmendalla?

El Gobierno dará a conocer hoy el plan de desescalada. Necesitamos recuperar nuestras vidas pero solo lo haremos con plazos racionales y seguros, contando con todos y escuchando a las empresas dispuestas a ayudar. Necesitamos normalidad y no un perpetuo estado de excepción



LA HISTORIA

Hoy martes 28 de abril, el gobierno de la nación presentará su plan de desescalada del confinamiento y se supone que del cierre de la economía no esencial. Las alegres imágenes de ayer de las calles de todas las ciudades llenas de niños paseando con sus padres son un claro aviso de que la vuelta a la normalidad ocurrirá en un marco de cierta ansiedad social y cierta tendencia al caos.

PERO TODOS QUEREMOS EL FIN DEL CONFINAMIENTO

Es verdad, todos queremos el fin del confinamiento. Pero teniendo en cuenta los antecedentes, el protagonismo del Ministerio de Sanidad en la llamada desescalada suscita más que justificados temores.

Por otro lado, esa tendencia al caos después del encierro no puede solucionarse a base de cientos de miles de sanciones aplicadas con criterios de orden público y no de salud pública.

Y si hablamos de salud pública hay que decir que lo peor que le podría ocurrir a nuestra ya maltrecha economía sería un repunte de contagios y mortalidad.

¿PERO QUÉ PODEMOS HACER? 

Tenemos que hacer tests a los trabajadores que vayan a reintegrarse a la actividad. Bloquear a las empresas que tenían planeado hacerlos para sus trabajadores ha sido un grave error. Además, la exigencia de tests para la reincorporación daba una pauta del ritmo de la vuelta a la actividad. No podemos esperar tener buena suerte, o tener que forzar los mecanismos de producción, lo que significa cuestionar en muchas ocasiones la viabilidad de la actividad, por no admitir errores varios en las decisiones previas y en la gestión.

¿PERO HAY O NO HAY TESTS? 

Ya sabemos los errores y negligencias sumados desde Sanidad a este respecto. Pero nos quedamos con la propuesta de un grupo de empresas españolas que se dedican a eso, y que facturan juntas más de 90 millones de euros, que se han ofrecido ha hacer millones de tests PCR en colaboración si el ministerio tiene a bien encargárselo.

Se supone que es más fácil eso que hacerlo a dos empresas, una pequeña y otra casi inexistente, que no fabricaban ni comercializaban tests. Hay que hacer fácil lo difícil y volver creando un camino que conduzca a la normalidad no a un perpetuo estado de excepción. El estudio de prevalencia está bien pero no sustituye la necesaria protección de los trabajadores para la normalización de las actividades económicas y, aún más importante, no sirve para eliminar racionalmente el miedo al contagio, porque de hecho solo con el conocimiento que dan los tests y las medidas selectivas subyacentes podremos controlar la situación y volver a la normalidad.

Es mucho más fácil y sensato hacer tests a todo el mundo y tomar las medidas consiguientes con los resultados, que llenar el país de cámaras térmicas, cuyo resultado además habla de temperatura corporal y no de virus. Y al mismo tiempo consolidamos una industria nacional que se ha descubierto estratégica.

Se puede volver a la normalidad real, que permite recuperar el trabajo (turismo incluido) y nuestras vidas. No es milagroso pero tiene plazos racionales y seguros. Esperemos que de la negligencia pasada no se haga aquello de “sostenella y no enmendalla”.


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