LA HISTORIA
¿Y POR DÓNDE EMPEZAMOS?
Pues por el principio, porque en España solo se recicla el 37,8% de los residuos. El objetivo es reducir en 2030 un 15% la producción de residuos respecto a los niveles de 2010. Entre otras medidas está previsto el fin de objetos de plástico de un solo uso como platos, cubiertos o pajitas en julio del 2021.
Quedarán prohibidos los microplásticos que se añaden a productos cosméticos y detergentes que están superando las depuradoras y encontrándose incluso en peces abisales. Se promoverán igualmente los envases retornables y un reciclaje progresivo de los residuos municipales. Se espera la creación de hasta 70.000 puestos de trabajo en los próximos años.
Una medida interesante y pintoresca, y que cuenta con un precedente desde la sociedad civil, es reducir el consumo de agua embotellada y sustituirla por agua del grifo, que es 1.000 veces más barata. Los bares y restaurantes estarán obligados a partir de la aprobación definitiva de la ley a ofrecer a sus clientes la posibilidad de consumo gratuito de agua del grifo. Y más cosas.
TODO BIEN ENTONCES…
Bueno, las mejores intenciones, incluidas las económicas, que no son las menos importantes, empleo, el papel creativo y transformador de las empresas… y alguna contradicción, seguramente inevitable.
El ministerio ha descubierto que durante la pandemia, Sanidad y otras administraciones no han seguido precisamente sus recomendaciones de evitar el consumo de productos de un solo uso, como las mascarillas y los guantes que se han regalado (hay que decir que con alguna excepción entre los ayuntamientos pequeños, con un concepto más conservativo del consumo), y que ya se han convertido en residuos que ensucian y contaminan nuestras playas y alcantarillas, y amenazan con convertirse en un problema.
En cualquier caso, nos quedamos con la buena noticia: avanzamos hacia la economía circular.
