LA HISTORIA
Enresa, la empresa pública de gestión de residuos, cancela la licitación del Almacén Temporal Centralizado (ATC) de Villar de Cañas (Cuenca) en el que se querían concentrar todos los residuos nucleares de España, presentes y, sobre todo, futuros.
¿QUIÉN DICE QUE ES NECESARIO UN ATC?
El ATC fue una decisión del gobierno de Rodríguez Zapatero, particularmente de su ministro Miguel Sebastián que lo defendía así: [el ATC] «no tiene ideología», dará «respuesta a una realidad: la existencia de centrales nucleares».
Y añadía: «Es una decisión coherente porque se apostó en el pasado por que la nuclear estuviera en el mix energético (…) es una opción responsable porque la alternativa, los almacenes temporales individualizados o el traslado de los residuos a Francia, es una opción más cara y menos segura«.
¿POR QUÉ EN VILLAR DE CAÑAS?
El gobierno Zapatero hizo un concurso entre nueve poblaciones que presentaron su candidatura de las que Zarra en la provincia de Valencia era la técnicamente mejor situada. Pero se buscaba un consenso con la comunidad autónoma que fuera a acoger el ATC. La llegada del gobierno de Rajoy propició que la opción elegida fuera Villar de Cañas, probablemente la peor, porque estaba apoyada por la entonces presidenta de la Junta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal.
¿Y AHORA POR QUÉ NO SE CONSTRUYE?
Porque cuando el proyecto avanzaba y se habían incluso licitado las obras civiles para construir las instalaciones, Emiliano García-Page ganó las elecciones regionales y puso todo su empeño en frenar el proceso.
Luego llegó la moción de censura en 2018 y el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez paralizó todo a la espera de analizar el panorama nuclear nacional al completo. Transición Ecológica pidió un nuevo Plan General de Residuos Radiactivos, que fue la señal que le faltaba a Enresa para constatar que el proyecto que ellos tenían en mente ya no se correspondía “con los objetivos actuales en materia de residuos nucleares”. Es decir que el proyecto quedaba arrinconado por una decisión política.
¿Y ENTONCES CÓMO ESTAMOS GESTIONANDO LOS RESIDUOS?
En la actualidad estamos pagando a Francia por una parte de esos residuos 75.000 euros al día -llevamos pagados más de 200 millones de euros- y el resto se conservan en las propias centrales, que mientras tengan los residuos no pueden clausurarse definitivamente.
VAYA… ¿Y QUÉ VAMOS A HACER?
No se sabe aún. La ministra Teresa Ribera ya ha dejado claro que el proyecto de Villar de Cañas no es “recuperable”. Y abre la puerta a una distribución “por regiones” y la construcción de varios de estos ATC.
Pero si no hemos sido capaces de sacar adelante un solo proyecto de ATC, por su difícil venta el público dado el miedo irracional que hay hacia todo lo nuclear, y a su sistemática politización y demonización ¿qué ventaja va a tener intentar sacar adelante varios de estos centros a la vez?
¿Van a ser otros presidentes autonómicos más receptivos que García-Page a tener el mal llamado “cementerio nuclear” en su particular patio trasero? Difícil.
PERO EL GOBIERNO QUIERE CERRAR LAS NUCLEARES RÁPIDO
Si, bastante rápido. El Gobierno ya ha pactado con las grandes eléctricas una hoja de ruta para el apagón nuclear, y las centrales cerrarán entre 2027 y 2035. Pero sin un ATC, esas centrales tendrán que seguir activas (aunque sin producir) para mantener los residuos de manera segura. Garoña (Burgos), sin actividad desde 2012, ha pospuesto su desmantelamiento varias veces precisamente por este problema.
Es decir, que aunque no produzcan energía, lo nuclear puede seguir costando mucho a España. Y pasarle más residuos a Francia para que los guarde, visto el precio, no parece una opción.
¿NO HAY PLAN B?
…………… No