El meteorólogo José Miguel Viñas estrena colaboración mensual en nuestro diario con este artículo que aborda las muchas vías en las que el cambio climático global afecta al ciclo del agua a escala global. Un aspecto fundamental que desarrollará en nuevas columnas
Gotas, píldoras, pinceladas…relacionadas con el agua, en conexión directa con el clima terrestre, la Meteorología y el cambio climático. Eso es lo que le ofreceré, querido lector, en esta tribuna a partir de hoy. Mis primeras palabras son de agradecimiento a la dirección de El Ágora, por contar conmigo entre su nómina de colaboradores Compartiré espacio, en La Mirada del Agua, con personas a las que leo y admiro, y cuyos escritos ponen el listón muy alto. Los que vayan saliendo del teclado de mi ordenador mezclarán, en proporciones no siempre iguales, opinión, información y divulgación.
Mi actividad profesional es la Meteorología, focalizada en gran medida en la divulgación de las ciencias atmosféricas. Desde hace ya bastantes años, el cambio climático (reconvertido en crisis o emergencia climática) es uno de los temas estrellas de mi repertorio; el que más me demandan y del que trato de estar bien informado. El volumen de trabajos que se publican sobre el asunto comienza a ser inmanejable. En muchos de ellos el agua está presente, de forma más o menos implícita, y serán justamente algunas de esas investigaciones las que daré a conocer aquí, paralelamente a otros temas, de actualidad o no, que se crucen en mi camino, donde el agua sea también la protagonista.
Ciñéndonos al cambio climático, el agua juega un papel fundamental en aspectos de lo más diversos. Algunos de ellos no son muy conocidos fuera del ámbito académico y científico, y creo que merece la pena que gocen de algo más de difusión, para lo cual tendrán su espacio en El Cuentagotas. Todo el mundo sabe que la principal evidencia del calentamiento global es la subida de la temperatura a escala planetaria, lo que también se manifiesta a nivel regional y local en la mayor parte de la Tierra. Lo que no se divulga tanto es que a medida que tenemos un aire más cálido junto a la superficie terrestre, su capacidad de contener vapor de agua aumenta exponencialmente, lo que contribuye a intensificar más las precipitaciones (incremento de la torrencialidad y la eficiencia pluviométrica), cuando se dan condiciones favorables para ello.
«Ciñéndonos al cambio climático, el agua juega un papel fundamental en aspectos de lo más diversos»
Los cambios en la distribución, tanto espacial como temporal, de la lluvia, la nieve o el granizo tienen implicaciones en el ciclo hidrológico, del que no suele hablarse mucho en las informaciones de cambio climático. La tendencia creciente a un clima más extremo, se traduce en una mayor frecuencia de fenómenos de alto impacto, entre los que tenemos dos antagónicos relacionados con el agua: las inundaciones y las sequías. La mayor escorrentía (provocada no solo por el aumento de los episodios de lluvias torrenciales, sino por la pérdida de cubierta vegetal) y la mayor evapotranspiración (debida al aumento del número de días secos y calurosos), influyen en las aguas subterráneas, conectadas a su vez con los humedales y con la red fluvial. Agua por todos los sitios: en la atmosfera, en la superficie terrestre y en el subsuelo, cuyo ciclo natural está viéndose alterado por el forzamiento climático.
Aunque el clima se relaciona principalmente con la componente atmosférica (aire), los océanos (agua) junto a las grandes masas de hielo (más agua, pero congelada) constituyen los grandes mecanismos termorreguladores planetarios. Su papel en la evolución del cambio climático es fundamental, y cada vez se publican más estudios que llegan a interesantes resultados, con la vista puesta en el futuro. La subida del nivel del mar, la fusión del permafrost, la ralentización de la corriente del Golfo o la incidencia de olas de calor marinas, son solo algunos ejemplos de temas de actualidad con importantes repercusiones en el devenir del clima.
«Agua por todos los sitios: en la atmosfera, en la superficie terrestre y en el subsuelo, cuyo ciclo natural está viéndose alterado por el forzamiento climático»
Y por ir terminando este rápido repaso introductorio a algunos de los asuntos que irán apareciendo en “El Cuentagotas”, no me olvido de las nubes, que, aparte de su belleza intrínseca, constituyen otra de las piezas del puzzle climático. Desempeñan un papel clave en el balance radiativo terrestre y son una pequeña pesadilla para los científicos encargados de modelizar el complejo entramado del clima terrestre. En esto se van haciendo progresos, pero los modelos climáticos todavía están lejos de integrar de forma óptima todos los procesos físicos e interrelaciones ligados a la nubosidad.
El agua, en sus distintos estados (todos ellos presentes en las nubes) es, por derecho propio, un elemento fundamental en el sistema climático. A ella le iremos dedicando una colección de gotas en este espacio de lectura. Confío en que mis pequeñas aportaciones despierten aún más su interés por el tiempo, el clima y el cambio climático. Este último es el mayor reto al que jamás se ha enfrentado la humanidad, y aunque pueda tener la sensación de que se habla y escribe en exceso de él, le invito a que dedique unos pocos minutos de su tiempo a leer a este humilde cuentagotas.
José Miguel Viñas es meteorólogo en Meteored.
