Aguas abajo - EL ÁGORA DIARIO

Aguas abajo

Por Carlos de Hita

El naturalista Carlos de Hita nos ofrece una nueva entrega de su blog sonoro ‘Cuando el agua suena’. El autor nos hace visitar, a través de los sonidos de la pelea entre el agua y la piedra, el cauce de un arroyo que termina en una caída de más de 70 metros

El agua se suelta el pelo en las cascadas.
Ramón Gómez de la Serna, Greguerías.

Un pequeño arroyo escurre ladera abajo hasta que un escalón, un salto de más de 70 metros en la roca, lo convierte en un gigante.

Arriba, antes de la caída, entre prados, piornos y  pinos silvestres, los sonidos del bosque destacan sobre los del agua. Grazna una corneja y por encima del escenario sobrevuelan los chasquidos de las chovas piquirrojas. A medida que el río avanza quedan atrás las voces de los pinzones vulgares, los carboneros garrapinos, un zorzal charlo y algunos estorninos negros posados en las copas de los árboles, el silbido de un escribano montesino en el suelo. De pronto, todo se precipita. El agua se acelera y el murmullo se convierte en un bramido. La corriente se deshace y su sonido responde a los cambios en la roca: sisea en las cortinas que escurren sobre la pared lisa, chapotea en las repisas, borbotea encajada en las grietas.

En la caída libre, en la pelea entre el agua y la piedra no se escucha nada más.

Setenta metros más abajo la corriente frena contra un zócalo donde arraiga de nuevo la vegetación y el bosque vuelve a sonar. Silba, sincopado, un cetia ruiseñor, parlotea por las ramas una curruca capirotada, entre las zarzas canta un zarcero. Pero sus voces se pierden cuando el agua vuelve a encontrarse con la roca.

 


Otras noticias destacadas