Del ladrillo al árbol: hacia una reconstrucción verde - EL ÁGORA DIARIO

Del ladrillo al árbol: hacia una reconstrucción verde

Por José Luis Gallego

La aprobación esta semana del plan de reconstrucción europeo, con un tercio del presupuesto destinado a la acción climática, arroja esperanza en estos tiempos convulsos de que por fin vamos a hacer las cosas bien o, al menos, vamos a intentarlo

Hace casi 60 años, en septiembre de 1962, se publicaba La Primavera Silenciosa: un libro denuncia contra el uso indiscriminado de los pesticidas que estaban envenenando la atmósfera, el agua y el suelo, con el que su autora, la oceanógrafa y divulgadora ambiental estadounidense Rachel Carson, despertó la conciencia ambiental en su país e impulsó el ecologismo moderno.

Pero más allá de su carácter acusativo, el libro de Carson incluía un capítulo (La necesidad de sostenerse) que constituía una seria advertencia, basada en hechos y datos científicos, de lo que nos aguardaba si seguíamos ignorando las consecuencias de nuestros actos y persistíamos en crecer a costa de la naturaleza.

Nos encontramos ahora en una encrucijada -decía Carson- pero ambos caminos no son igualmente bellos. El que nos ha traído hasta aquí ha sido de una facilidad decepcionante: una carretera de primer orden por la que hemos progresado a gran velocidad, pero que nos ha llevado al desastre. La opción sensata es tomar ahora otro camino: el de ese sendero, mucho menos cómodo y más lento, pero que conduce al futuro”.

Bien, pues parece que la UE acaba de decidir por fin abandonar para siempre esa autopista hacia el desastre por la que veníamos circulando a toda velocidad y optar por el sendero de la responsabilidad y el sentido común: es decir, el de la sostenibilidad.

No se han cumplido todas las expectativas, es cierto, pero sin duda alguna el fondo de recuperación de 750.000 millones de euros aprobado por el Consejo Europeo supone un gran impulso a la economía circular y el desarrollo sostenible y un cambio de rumbo hacia un futuro más esperanzador.

«Los planes de reconstrucción basados en el ladrillo son cosa del pasado. Es el momento del árbol»

Es tiempo de esperanza, de confianza. No han tardado en salir los agoreros de siempre, los del contra peor mejor, los que alientan el conflicto porque en el conflicto esta su único discurso, anunciando que el acuerdo es un fracaso. Pero eso es falso.

Lo cierto es que este fondo de ayudas, repartido casi en su mitad por contribuciones directas y préstamos a largo plazo, destina alrededor de una tercera parte del presupuesto total a medidas vinculadas con la acción climática.

Como declaraba a las pocas horas de alcanzarse el acuerdo el presidente Pedro Sánchez, de trata de “un auténtico Plan Marshall para superar la crisis del COVID-19 y lograr una economía más resiliente, verde, digital e inclusiva”. Recordemos que nuestro país va a recibir 140.000 millones en ayudas (lo que representa más del 10% de nuestro PIB) de los cuales la mitad llegará forma inmediata (vía transferencia) y el resto durante los próximos seis años

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, señaló nada más levantarse de la mesa que el pacto alcanzado “sienta las bases para construir una nueva Europa más sostenible» y el presidente del Consejo, Charles Michel, destacaba que lo aprobado “es mucho más que dinero: es algo que nos lleva al futuro, por primera vez en la historia europea se aprueba un plan de ayudas vinculado a objetivos climáticos”.

«Vamos todos y que por fin estamos en marcha. Concedámosle una última oportunidad a la esperanza»

Incluso el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, no ha dudado en señalar la necesidad de hacer un uso ambientalmente responsable de las ayudas que va a recibir su país (209.000 millones, el más beneficiado). “Tenemos una gran responsabilidad –decía Conte- ante la UE: debemos reconducir a Italia por la senda del desarrollo sostenible, ese camino que hemos estado buscando durante años sin alcanzar. Ahora tenemos la posibilidad de que Italia sea más verde y sostenible”.

Parece que los planes de reconstrucción basados en el ladrillo son cosa del pasado. Es el momento del árbol, es decir de la reconstrucción verde. Tenemos señalado el objetivo (neutralidad en carbono) disponemos de una hoja de ruta detallada (energías renovables, transporte limpio, agricultura sostenible, reducción de residuos, etc) y tenemos el dinero: vamos allá.

Empecemos a avanzar de una vez por todas por el sendero que nos recomendó tomar hace 60 años Rachel Carson. Lo hacemos tarde, es cierto, y con más daños de los que incluso ella pudo prever, también es verdad, pero parece que vamos todos y que por fin estamos en marcha. Concedámosle una última oportunidad a la esperanza.  


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