El naturalista Carlos de Hita nos regala un calendario especial para el año 2021 centrado en el agua. Por cada mes del año escuchamos el sonido de un paraje natural donde el líquido elemento es protagonista del paisaje
El paisaje sonoro cambia a lo largo del año. Las aguas dulces tienen su calendario.
Enero
Silencio en la alta noche en la marisma inundada, roto por los graznidos desgarrados de unos pocos gansos solitarios.
Febrero
Desde el corazón de un carrizal, rodeado por millones de cañas, bufa un avetoro.
Marzo
Con las intensas lluvias el campo se encharca, y algunos anfibios -ranitas de San Antón, sobre todo- lo agradecen cantando a coro.
Abril
Deshielo en la montaña, el agua escurre por todas partes. Y por todas partes, pero contra el cielo, restallan las chovas.
Mayo
El ruiseñor y la fuente. Con los autillos al fondo, marcando el paso del tiempo.
Junio
Días de bonanza. Un regato riega los pastizales de alta montaña y a su frescor acuden saltamontes, marmotas y vacas.
Julio
El calor seca los campos y las últimas charcas sirven de bebederos de emergencia para gangas y de refugio para algunas ranas.
Agosto
Paisajes sin agua, estridencias resecas.
Septiembre
Las primeras tormentas traen las primeras lluvias, las primeras hierbas. Y con ellas llegan los primeros bramidos de la berrea.
Octubre
Hacia el final del mes llegan las grullas, un griterío alegre que busca una orilla encharcada -la ribera de un río, un embalse- para pasar la noche con las patas metidas en el agua.
Noviembre
Si ha llovido bien, las lagunas rebosan de agua y las aves acuáticas, anátidas y fochas, estallan de alegría.
Diciembre
Nieva por segunda vez en el bosque. Primero fueron los copos acumulados en las copas. Después, las sutiles avalanchas de nieve que caen con estrépito y retumban en el suelo.
