La Cámara de Diputados de Chile ha aprobado un proyecto de ley que prohíbe en todo el territorio nacional la instalación y el funcionamiento de centrales de generación termoeléctrica a base de carbón a partir del 31 de diciembre de 2025. Se espera que Chile sea el primer país de Sudamérica en desterrar este forma de producir energía



Chile se prepara para despedir el carbón. La Cámara de Diputados del país andino ha dado el primer paso hacia el fin de las centrales térmicas de carbón al aprobar este martes un proyecto de ley que prohíbe en todo el territorio nacional la instalación y el funcionamiento de instalaciones de generación termoeléctrica a base de carbón a partir del 31 de diciembre de 2025. Aunque ahora el articulado tendrá que pasar a ser discutido en el Senado, se espera que la legislación pase sin mayores modificaciones convirtiendo a Chile en el primer país de Sudamérica en desterrar este forma de producir energía, que emite una gran cantidad de gases de efecto invernadero y es una de las principales responsables de que el sector energético mundial sea uno de los más contaminantes.
El texto, aprobado con 93 votos a favor, cinco en contra y 48 abstenciones, sostiene que las centrales térmicas, dependientes de combustible fósil para la producción de energía eléctrica, no solo son protagonistas en la generación de gases de efecto invernadero, sino que además producen daños a la salud de la población y perjudican tanto los suelos como las aguas del lugar donde se encuentran. De hecho, en Chile existen cinco áreas llamadas «zonas de sacrificio» (Quintero-Puchuncaví, Coronel, Huasco, Mejillones y Tocopilla), que son territorios con alta concentración de industrias contaminantes pegadas a la población en las que las emisiones industriales saturan la calidad del aire y vulneran las normas vigentes, por lo que han sido sometidas a distintos planes de descontaminación.
Habitar las «zonas de sacrificio» chilenas puede tener graves consecuencias para la salud de los ciudadanos, y ya se han registrado diversos episodios de intoxicación por residuos liberados al ambiente o varados en las playas, que incluso han afectado a niños y adolescentes. En este contexto, la aprobación del proyecto de ley fue celebrada por diputados de oposición que buscaban adelantar el cierre de las centrales eléctricas alimentadas por carbón, que según anuncios gubernamentales previos podían funcionar como máximo hasta el año 2050.
#CHAOCARBÓN ?| Aprueban terminar con las termoeléctricas en todo el territorio nacional.
La norma comenzará a regir a partir del 31 de diciembre de 2025.https://t.co/7NeHdcgLa0
— Diputadas y Diputados de Chile (@Camara_cl) June 22, 2021
«Las cosas comienzan a cambiar poco a poco. #NoMásZonasDeSacrificio», publicó en sus redes sociales el diputado opositor Diego Ibañez. Es más, la mayoría de la Cámara valoró el avance en términos medioambientales y de salud pública que genera el proyecto, destacando la actualización de la normativa vigente, el cumplimiento de tratados internacionales y la generación de “justicia ambiental y social” en las comunidades afectadas.
Eso sí, a pesar de las reticencias gubernamentales, el tema en Chile parece despertar un gran consenso transversal a nivel político en su fondo aunque no en su forma, ya que el biministro de Energía y Minería, Juan Carlos Jobet, aseguró en medio del debate parlamentario que «si de mí dependiera, las cerraría mañana». Sin embargo, el dirigente también considera que el proyecto de ley «simplifica a nivel de lo absurdo un problema muy complejo», argumentando que en Chile aún faltan sistemas de transmisión que permitan inyectar la energía producida por fuentes renovables, por lo que ha pedido ampliar el debate cuando la iniciativa sea tratada en el Senado chileno en su segundo trámite constitucional.
En cualquier caso, el cuenta también con el apoyo de las instituciones financieras y las principales eléctricas del país, que ya llevan tiempo buscando fórmulas para descarbonizar su negocio a través de la instalación de nuevas plantas de renovables y el cierre de térmicas. Sin ir más lejos, hace tan sólo un par de semanas la eléctrica multinacional francesa ENGIE anunció que retirará todas sus operaciones de carbón en Chile para 2025 a medida que avanza en su estrategia de neutralidad de carbono para 2050. Además, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó el mes pasado un préstamo de 50 millones de dólares (41 millones de euros) para Chile con el objetivo de acelerar la descarbonización en el país andino y apoyar la estrategia nacional de producir hidrógeno verde en 2030.
