El cambio climático amenaza con dejar sin agua al Canal de Panamá - EL ÁGORA DIARIO

El cambio climático amenaza con dejar sin agua al Canal de Panamá

Desde su inauguración en 1914, el Canal de Panamá ha permitido el tráfico marítimo entre el Atlántico y el Pacífico elevando los barcos mediante un sistema de esclusas alimentadas con el agua proveniente de las intensas lluvias de la región. Por primera vez, las autoridades que lo gestionan temen quedarse sin recursos hídricos. En 2019, las precipitaciones fueron un 30% inferiores a la media y, además, aumentó la insolación que provoca la evaporación del agua embalsada


El pasado 1 de enero de 2020 su cumplieron 20 años desde el traspaso al Gobierno de Panamá de la gestión y control del canal interoceánico desde manos estadounidenses. Después varias ampliaciones, ni la tecnología ni la ingeniería lastran el desarrollo de esta gigantesca fuente de riqueza comercial: es la falta de agua, derivada del cambio climático, el mayor reto que enfrenta el Canal de Panamá para seguir operando con normalidad, según el Gobierno panameño.

Asegurar nuevas fuentes o reservas de agua para consumo humano y garantizar la operativa marítima principales son los retos del Canal de Panamá

Según la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), en 2019 las lluvias han estado 27% por debajo del promedio, y el aumento de las temperaturas ha provocado una mayor evaporación de agua en los embalses que abastecen la vía marítima.

Esta falta de disponibilidad hídrica en la cuenca hidrográfica afecta fundamentalmente al principal lago artificial que alimenta al canal, el Lago Gatún, y a otro más pequeño Alajuela que, además, abastecen el agua que consume la mitad del país centroamericano de cuatro millones de habitantes.

La situación ha provocado que de los 5.250 millones de metros cúbicos de agua dulce que necesita el Canal para operar de manera sostenida, sólo se dispongan de unos 3.000 millones, lo que hace temer que las navieras opten por otras rutas para evitar incertidumbre.

«En lo que va de siglo hemos visto nuevas oportunidades y amenazas, la mayor de ellas el cambio climático y sus efectos, que claramente nos afectan», destacó el administrador del Canal, Ricaurte Vásquez durante el acto conmemorativo de los 20 años de traspaso de gestión del Canal a Panamá.

En este sentido en los primeros meses de 2020 la Autoridad del Canal elevará diversos estudios de expertos con proyectos para crear nuevos reservorios de agua, plantas potabilizadoras y fuentes alternativas para rellenar los lagos artificiales desde otros lagos o ríos.

También se barajan otras opciones como una enorme planta desaladora en el Atlántico o en el Pacífico.

La falta de agua actual ya condicionó durante 2019 la operativa marítima del canal debido a las restricciones de aportes hídricos a las vías ampliadas que obligaron a los grandes barcos a pasar con menos carga en las estaciones secas.

Un canal que funciona con agua dulce

El Canal de Panamá es una infraestructura que depende de las lluvias totalmente para su funcionamiento. El canal une el océano Pacífico y el Atlántico, pero sus aguas no llegan a tocarse. En el caso de otros canales, como el de Suez, que une el mar Rojo y el Mediterráneo, el paso es a nivel y las aguas de un mar (el Rojo, en este caso) vierten en el Mediterráneo.

El Canal de Panamá funciona de modo distinto y no emplea agua del mar. El tráfico marítimo se lleva a cabo mediante un ingenioso sistema de esclusas que permite a los barcos ascender y descender de un océano a otro mediante una especie de escalera de agua. Estas esclusas se alimentan con los recursos hídricos almacenados en el lago Gatún, un reservorio de agua dulce alimentado con las intensas lluvias tropicales de Panamá, uno de los lugares de la Tierra con más pluviometría. De esta forma, cada vez que un barco atraviesa el Canal de Panamá es necesario desembalsar parte del agua dulce almacenada en el sistema, que se pierde en el mar.

Sin embargo, en los últimos años, el régimen de lluvias ha empezado a cambiar, algo que se achaca al cambio climático. En 2019, las precipitaciones fueron  un 30% inferiores a lo normal. Además, la meteorología más seca hace aumentar también los días de más insolación, con lo que también crece por tanto la tasa de evaporación del agua almacenada.

Estas circunstancias están llevando a las autoridades que gestionan el Canal de Panamá a poner en marcha medidas de ahorro de agua y también a plantear la búsqueda de nuevas fuentes de abastecimiento, como la desalación, lo que lógicamente incrementaría los costes de operación asociados al canal.



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