Los ministros de medio ambiente de los países de Latinoamérica y el Caribe se reúnen en Costa Rica para conmemorar 40 años de cooperación y acelerar la acción multilateral ante la triple crisis planetaria que supone el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación



Sin cooperación es muy difícil avanzar en materia climática. Esta máxima es frecuentemente repetida por los organismos internacionales más preocupados por reforzar la búsqueda de la neutralidad climática, como Naciones Unidas y la OCDE, que inciden en cómo grandes asociaciones de países, como la Unión Europea, están liderando el combate contra la triple crisis planetaria que supone el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. Sin embargo, en zonas como Latinoamérica, donde la lógica nacional e incluso el enfrentamiento económico entre países dominan gran parte de la política regional, estas alianzas brillan por su ausencia, limitándose en la mayoría de los casos a crear frentes comunes a la hora de hablar de financiación sin entrar en materias importantes como la cooperación transfronteriza.
Precisamente para acabar con esta falta de acuerdos exsten iniciativas regionales como el Foro de Ministros de Medio Ambiente de Latinoamérica y el Caribe, que acaba de celebrar su 40 aniversario con una sesión especial en San José, Costa Rica. En ella han participado más de 17 delegaciones encabezadas por ministros de medio ambiente y altas autoridades de manera presencial, además de seis delegaciones presentes de manera virtual.
Su principal objetivo: abordar formas de promover la implementación integrada de los tratados ambientales multilaterales, como el Acuerdo de Escazú, en una discusión con los secretarios ejecutivos de las convenciones de las Naciones Unidas que regulan la acción internacional sobre el cambio climático, la diversidad biológica, la desertificación y la contaminación. Y es que, dentro de este evento de dos días, los ministros han tenido la oportunidad de intercambiar ideas y coordinar acciones regionales antes de la reanudación de la Quinta Sesión de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA-5), que tendrá lugar a partir del 28 de febrero en Nairobi, Kenia.
«A medida que esta región lidia con la triple crisis planetaria, nuestras vulnerabilidades quedan expuestas y debemos comprometernos a acelerar la acción para cumplir con la Agenda 2030. La solidaridad nos empuja a realizar mayores esfuerzos para encontrar mejores soluciones a la contaminación, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad para verdaderamente transformar nuestras sociedades y economías”, ha asegurado Andrea Meza, ministra de Medio Ambiente Costa Rica y actual presidenta del Foro.
Entre los elementos en discusión, el principal elemento de negociación han sido las diversas resoluciones que se presentarán a UNEA-5. En concreto, se espera impulsar un pacto sobre soluciones basadas en la naturaleza y otro sobre el posible establecimiento de un comité de negociación intergubernamental para crear un acuerdo global vinculante sobre contaminación plástica. Aunque esta última proposición parte de una alianza sur-sur entre Perú y Ruanda, tiene un fuerte componente latinoamericano, ya que es apoyada por Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador y Uruguay. Además, los ministros presentes han acordado medidas conjuntas para acelerar la implementación del Plan de Acción regional para la Década de Restauración de Ecosistemas e impulsar mecanismos para aumentar los fondos para la adaptación climática en la región, que tiene algunos de los países más vulnerables al cambio climático.
Mejorar la financiación climática
El Informe de Brecha de Adaptación 2021 del PNUMA encontró que existe una necesidad urgente de aumentar la financiación privada para la adaptación climática en los países menos desarrollados, ya que los costes de adaptación son de cinco a diez veces mayores que los actuales flujos públicos de financiación y la brecha se está ampliando. Por eso, en el Foro han participado junto a los ministros diferentes grupos de expertos en finanzas, líderes del sector privado y representantes de la juventud, la sociedad civil y los pueblos indígenas, que han propuesto soluciones integradas para detener la degradación ambiental y generar crecimiento económico en una región fuertemente afectada por los efectos de la pandemia de COVID-19.


Algunos donantes extranjeros han dado de hecho un paso adelante en San José. En concreto, el Ministro para el Pacífico y Medio Ambiente de la Oficina de Relaciones Exteriores, Commonwealth y Desarrollo del Reino Unido, Zac Goldsmith, anunció que su país destinará 2 millones de libras esterlinas para ayudar a los países del Corredor Marino del Pacífico Oriental– Costa Rica, Panamá, Colombia y Ecuador– a expandir y conectar sus áreas marinas protegidas para conservar así uno de los ambientes marinos con mayor biodiversidad en el mundo.
“En 2022, Naciones Unidas hace un llamado a todos los sectores a entrar en modo de emergencia frente a las crisis ambientales que enfrenta el planeta”, ha asegurado Jacqueline Álvarez, directora regional del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en América Latina y el Caribe. “Nuestros países enfrentan enormes desafíos para resolver estas crisis y proteger a sus pueblos, particularmente a los más vulnerables. Este foro regional es una plataforma para la cooperación orientada a la acción que el PNUMA ha servido con orgullo desde su creación”, ha apuntado.
El Foro de Ministros de Medio Ambiente de Latinoamérica y el Caribe es la instancia de cooperación de autoridades ambientales más antigua y relevante de la región. Su primera reunión tuvo lugar en la Ciudad de México en 1982 y desde 1985 ha realizado reuniones bienales, cada una presidida por un país de la región. Actualmente, sus principales prioridades responden a apremiantes desafíos regionales, por lo que sobre todo se centran en favorecer el cierre progresivo de vertederos, mejorar mecanismos de financiamiento para la acción climática y la protección de los bosques e impulsar el monitoreo de la calidad del aire, entre otros.
