Pese a la intensidad de las precipitaciones provocadas por el río atmosférico que este fin de semana ha multiplicado hasta por 10 los caudales de los río Maipo y Mapocho que dan de beber al Área Metropolitana de Gran Santiago, los megaestanques de Pirque han superado la prueba de resiliencia y hasta esta mañana del martes no se producirán cortes puntuales de suministro



Las 18:00 horas de este pasado domingo era el momento de dead line para cubrir las 34 horas de resiliencia para el abastecimiento de agua urbana potable en el Área Metropolitana de Santiago de Chile, afectado por lluvias convectivas del río atmosférico que han descargado con fuerza sobre Chile, un evento inédito en el país en pleno verano.
Chile se ha enfrentado este fin de semana a un nuevo episodio de lluvias convectivas que han incrementado los caudales de los ríos Maipo y Mapocho que dan de beber a un millón de chilenos de Santiago y su Área Metropolitana multiplicándolos por 10 y por 40 respectivamente.
Un incremento de caudal que ha arrastrado lodos y sedimentos provocando niveles récord de turbidez en sus aguas, además de cortes de suministro de luz y el parón de las potabilizadoras que suministran agua potable a los ciudadanos.
Gracias a los megaestanques de Pirque, la capital chilena y su área Metropolitana ha podido mantener el suministro de agua potable, sin embargo, los históricos niveles de turbidez que arrastran los caudales del Maipo y el Mapocho han comprometido el trabajo de las depuradoras y a lo largo del martes se deberá interrumpir el suministro en un sector de la comuna de Lo Barnechea.
La compañía gestora del ciclo urbano del agua está desplegando todos los esfuerzos para reanudar la operación de las plantas que abastecen a la comuna, en la medida que los niveles de turbiedad permitan reanudar paulatinamente la producción de agua superficial desde el río Mapocho.
El director de Gestión de Aguas Andinas, Eugenio Rodríguez, ha destacado que en la mayor parte de Santiago de Chile y el Áea Metropolitana “el corte no se efectuó antes gracias al esfuerzo que se ha hecho durante toda la noche recuperando las plantas potabilizadoras con la urgencia que amerita la situación por lo delicado que es el abastecimiento de agua potable”.
De acuerdo a las estimaciones, llenar los megaestanques de Pirque puede tardar hasta cinco días, razón por la cual solicitan cautela y un consumo responsable a los habitantes de la Región Metropolitana.
La alerta meteorológica estuvo acompañada de la puesta en funcionamiento de los megaestanques de Pirque, que, han logrado salvar a los chilenos del corte de agua previsto gracias a las 34 horas de resiliencia que ofrecen sus depósitos de agua limpia para garantizar el abastecimiento de agua potable.
Una prueba de fuego para esta gran infraestructura hídrica pionera en toda América Latina y ejemplo de adaptación al cambio climático en la gestión de los recursos hídricos.
La gran infraestructura de concede 34 horas de autonomía a Santiago de Chile frente a emergencias climáticas, multiplicando por tres el margen que había hasta ahora
Las lluvias convectivas, causadas por los “ríos atmosféricos”, provocan el desprendimiento de grandes cantidades de material desde los cerros, convirtiendo los cauces que proveen de agua para abastecer a la ciudad en grandes torrentes de barro y piedras y otros sedimentos.
Los megaestanques de Pirque abarcan la superficie de 50 canchas de fútbol, acumulan 1.500 millones de litros de agua y permiten enfrentar los efectos del cambio climático y crear una ciudad cada vez más resiliente y preparada frente a eventos meteorológicos extremos.
Su construcción supuso una inversión de 77.500 millones de pesos chilenos (87 millones de euros) y generó más de 1.200 puestos de trabajo.


Más aun, comparando los niveles de cobertura de Chile con otros países pertenecientes a la OCDE, es destacable que estos sean superiores al promedio de los miembros de esa organización y de la Unión Europea, estando al nivel de naciones como Holanda y Luxemburgo.
El Balance Hídrico Nacional de Chile proyecta escasez de agua de hasta un 50% en alguna regiones del país en el futuro.
Este trabajo, recién presentado proyecta la disponibilidad del agua hasta el año 2060 en el país y señala que para el período 2030-2060, la disponibilidad en el norte y centro de Chile podría disminuir a la mitad.
Para otras zonas, las cifras tampoco son muy alentadoras, de ahí que invertir en mecanismos de resiliencia sea fundamental para adaptar la realidad hídrica y las necesidades de la ciudadanía al impacto del cambo climático que amenaza la garantía de abastecimiento de agua potable tanto por sequía como por lluvias convectivas que comprometen la calidad del recurso.
¿Qué es un río atmosférico?
Se trata de los ríos atmosféricos.
Un río atmosférico es una franja estrecha de humedad que se concentra en la atmósfera transportando vapor de agua y puede extenderse desde decenas a cientos de kilómetros.
Estos ríos pueden transportar un caudal de vapor de agua que puede equivaler entre ocho y 15 veces al flujo de agua en la desembocadura del río Mississippi.
Esto normalmente sucede en zonas que se asocian a ciclones extratropicales que se generan sobre océanos. Chile es uno de los puntos de concentración pero también se reproducen en los estados de California, Oregón y Washington.
Hacia fines de junio pasado, un río atmosférico fue el causante de que en la región chilena de Concepción, al sur de Santiago, capital de Chile, en dos días lloviera lo que normalmente llueve en 30 días.
Intensas lluvias en Santiago
Durante el fin de semana, en algunos sectores del sur de país como en Pucón se comenzó a desarrollar un sistema frontal que ha afectado a la zona centro sur del país, incluyendo a la Región Metropolitana, que ha estado acompañado de fuertes lluvias y tormentas eléctricas, lo que se conoce como lluvias convectivas de gran torrencialidad.
El evento, inédito en Santiago en enero y plena época de verano, se debe al fenómeno denominado como río atmosférico que tiene en alerta a expertos y a la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi).
Los ríos atmosféricos (RAs) han sido altamente estudiados desde hace algunos años, ya que se ha comprobado que son de gran importancia para la generación de precipitaciones, pudiendo ocasionar eventos muy beneficiosos, por ejemplo, para aliviar una sequía o llenar una represa, pero los ríos atmosféricos transportan grandes cantidades de agua que, en algún momento, caerá en forma de precipitación por lo que la previsión, la alerta temprana y las infraestructuras resilientes son fundamentales ante la posibilidad de que estos fenómenos se hagan más frecuentes a corto plazo.
