Especies marinas, como el erizo rojo, han sufrido durante años una extracción masiva que las ha llevado al borde de la extinción. Científicos de la Universidad Andrés Bello han encontrado en los pescadores de la Caleta de Quintay, en Chile, los aliados perfectos para el desarrollo de éste y otros proyectos.



Desde los 12 años Javier Álvarez ha recorrido el mar en su bongo pesquero en la localidad de Quintay, en la Región de Valparaíso en Chile. Por ello es que hoy, a sus 51 años y como presidente del Sindicato de Pescadores Artesanales de dicha caleta, habla con propiedad del pasado de este sector costero, en que muchas especies marinas fueron arrasadas por la extracción indiscriminada.
La caleta de Quintay fue, hasta fines de los años ’60, el lugar donde operaba la ballenera más grande del país, y en donde estos cetáceos eran procesados para extraer aceite o carne para el consumo humano. Tras el fin de esta industria, fue la pesca artesanal la que siguió dando el sustento a las familias de la zona, pero también a ciudades cercanas que necesitaban este recurso para alimentarse o subsistir con sus ventas.


Esos eran tiempos donde no se miraba el futuro y, tal como recuerda Javier, “solo extraíamos y no pensábamos en el recurso marino”, lo que generó una gran depredación. Sin embargo, hoy el presente de la caleta es esperanzador, gracias al trabajo que el Centro de Investigación Marina de Quintay (CIMARQ) de la Universidad Andrés Bello, ha venido realizando desde hace dos décadas en la zona y donde el Sindicato de Pescadores Artesanales de Quintay-SIPACQ, ha sido un gran aliado.
Se trata del repoblamiento de especies marinas que desde hace años han sufrido una baja sostenible en la zona, como el erizo rojo, la cual es la especie que más se extrae a nivel mundial; también la ostra chilena o de labio negro, locos, e incluso de peces como el congrio y el lenguado, además de algunos moluscos como la lapa frutilla, entre otros.
Rescatando especies marinas y más
El Centro de Investigación Marina de Quintay-CIMARQ, tiene como propósito desarrollar investigación relevante y de alta calidad, en ciencias y tecnologías del mar, pero con un impacto significativo en las localidades costeras y en la sociedad.


En ese sentido, el Dr. Juan Manuel Estrada, académico de la Facultad de Ciencias de la Vida y director del CIMARQ, nos explica que “Tenemos un fuerte sello aplicado y un fuerte eje de trabajo con especies nativas, para tratar de recuperar y contribuir al correcto manejo de los recursos pesqueros chilenos. Esto, a través de la participación de nuestros investigadores en distintos proyectos, que permiten entender cómo funcionan las pesquerías y cuál es su estado, además de desarrollar tecnologías que permitan el repoblamiento y/o la acuicultura de pequeña escala con especies nativas”.
Bajo esta premisa fue que las y los profesionales del CIMARQ llegaron a la caleta de Quintay hace casi tres décadas a desarrollar su trabajo, pues vieron una “oportunidad, primero por el nivel de organización del sindicato de pescadores artesanales, y también para colaborar en la recuperación del recurso emblemático que es el erizo, porque las extracciones de éste habían disminuido, sin desaparecer, pero había dejado de tener importancia comercial, se sacaban muy poco. Entonces, a través de este programa de repoblamiento, el erizo se pudo recuperar como una especie de importancia comercial para los pescadores”, expone el director del Centro.
En un principio, la forma de desarrollar el proyecto era entregándoles las semillas a los pescadores, para que ellos realizaran el repoblamiento de especies marinas, pero luego se les invitó a involucrarse en la etapa de producción. Es así como hoy, “existen pescadores de doce caletas capacitados en la producción de semillas, de los cuales tres tuvieron una capacitación más profunda, y que fueron Caleta El Quisco, Caleta Laguna Verde y Caleta Quintay, quienes se convirtieron además en los monitores de pescadores de otras caletas”, relata el académico.
Al respecto, el presidente del Sindicato de Pescadores Artesanales de la Caleta de Quintay, Javier Álvarez, cuenta con orgullo que “en el repoblamiento de erizos trabajaron 5 socios del sindicato, junto con profesionales de la universidad, aprendieron todo ese conocimiento de desovar los erizos, cómo se hacen las semillas, fue muy enriquecedor para nuestros socios y eso habla bien de nuestro sindicato, que no solo queremos extraer, sino cuidar la especie y repoblar”.


Y lo dice recordando ese pasado de Quintay, donde todo “era sacar y sacar no más, ahora no y ahí hemos aprendido de eso en conjunto con la universidad, ellos saben todo lo que es la teoría y nosotros la práctica, por los años que hemos trabajado con el recurso, compartimos nuestros conocimientos con ellos y ellos también los suyos. Nos ayudamos mucho y cuando tenemos alguna diferencia la conversamos, tratamos de ver la mejor manera, ellos nos exponen sus conocimientos y nos dicen “esto no conviene sacarlo porque daña el ecosistema” y después nosotros lo conversamos con nuestros asociados y explicamos lo que nos dijeron los profesionales, y no sacamos más, nos acomodamos”, continúa el presidente del sindicato.
Y lo que nos describe, nos reafirma que se trata de una alianza de trabajo que ha ido concretando una cadena de sucesos positivos, que están permitiendo, por un lado, recuperar especies que por años estaban disminuidas, y, por otro, continuar dando vida y trabajo a los habitantes de Quintay y sus alrededores, además de avances significativos en el trabajo del CIMARQ.
“Nosotros no podríamos estar acá sin el consentimiento, sin el apoyo y el soporte que nos da el sindicato, y nosotros los apoyamos también en los estudios de seguimiento, en proyectos de repoblamiento, de innovación tecnológica, en lo que podemos, fortaleciendo esta relación que ya es de amistad y de confianza absoluta”, explica Juan Manuel Estrada, director del Centro.


Y va más allá, “muchas veces se ve el trabajo con los pescadores artesanales desde el punto de vista del asistencialismo, y eso es un error, porque los pescadores cumplen un rol fundamental en la seguridad alimentaria del país … es nuestro deber cuidarlos, primero porque es una actividad muy riesgosa, hay que ser particularmente valiente para ser pescador artesanal y, segundo, porque tienen una riqueza cultural que es súper importante, y muchas veces la gente desde la ignorancia no lo ve. Es nuestro deber por ellos, pero también por la seguridad alimentaria de toda la población, ayudar a que la actividad pesquera artesanal se mantenga, se sostenga y se haga cada vez más sostenible”.
Y para ello desde el CIMARQ proyectan su trabajo no solo en cuanto al desarrollo investigativo local, sino también al repoblamiento de especies a escala en otras zonas de Chile y Latinoamérica. Para así, “poder replicar también este modelo tan virtuoso que hemos desarrollado con los pescadores artesanales de Quintay y quizás, que incluso el SIPACQ sea un intermediario y trabajemos juntos en la capacitación de otros pescadores artesanales”, aventura el director del Centro.
Y para seguir preparándose en esa tarea, los socios del Sindicato de Pescadores ya cuentan, por ejemplo, con el Manual para la producción de semillas de erizo, diseñado especialmente para ellos por el Centro de Investigación, donde se les explican diversos procesos de la producción de semillas de erizos de forma didáctica y más coloquial. De esta forma, no solo aprenden sobre cómo recuperar esta especie en la zona, sino que se integran al rescate y cuidado del patrimonio de una localidad costera que sigue cargando con ese pasado ballenero, el cual pareciera ir quedando relegado, debido al trabajo conjunto de pescadores y científicos.
Y ante esto, el director del CIMARQ finaliza explicando que “Si tú logras provocar un cambio, apoyar la sostenibilidad, apoyar en el desarrollo de técnicas acuícolas, pero no para contaminar, sino para repoblar y recuperar un recurso, que ya logramos con el erizo, pero que esperamos sean 2 o 3 especies más, estamos felices aportando nuestro granito de arena, es decir, ya no pasamos por este mundo sin hacer nada”.
