La vicepresidenta Teresa Ribera asegura que el plan del automóvil pretende acompañar en un «contexto difícil» y el Gobierno defiende que las medidas son «coherentes» con la senda de descarbonización que prevé la neutralidad climática de España en 2050.



El gran plan de reactivación del sector del automóvil es compatible con la descarbonización. Esa es la posición que defiende actualmente el Gobierno y la ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, que han recibido críticas desde sectores ecologistas por incluir los coches de combustión dentro del plan de renovación. Para Ribera, el proyecto del Ejecutivo pretende acompañar en un «contexto difícil» la transformación para la industria automovilística y las ayudas a vehículos de diésel o gasolina más eficientes son «coherentes» con la senda de descarbonización que prevé la neutralidad climática de España en 2050.
Según apunta el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, el plan contribuye a la senda de la descarbonización hacia la neutralidad climática en 2050 porque facilita su implementación al favorecer que la cadena de valor avance hacia modelos sin emisiones, que son el futuro del sector. Esto se debe en parte a que el parque móvil español es de los más antiguos de Europa, con una media de más de 12 años, por lo que es necesario renovarlo paulatinamente.
En cualquier caso, el Ministerio explica que las ayudas de motores de combustión es una de las 21 medidas del plan, que es coyuntural y que atiende a la situación excepcional después de la crisis de la COVID-19. Además, defiende que la segunda edición del Plan MOVES, que financiará con ayudas directas la compra de vehículos eléctricos o híbridos enchufables, ha ampliado su dotación en un 222%, pasando de los 45 millones de la edición anterior a los 100 millones de euros.
El plan no solo fomentará la adquisición de vehículos eléctricos, sino que financiará la instalación de infraestructura de recarga y de sistemas de alquiler de bicicletas eléctricas, así como medidas para facilitar la movilidad sostenible de empleados y clientes a centros de trabajo. Respecto de la primera edición, el programa incorpora la posibilidad de que los ayuntamientos empleen las ayudas para realizar adaptaciones rápidas que les permitan responder a las necesidades de movilidad que han surgido como consecuencia de la crisis sanitaria de la COVID-19, como puede ser la conversión de carriles convencionales en carriles bici o espacios reservados para el peatón.Para Ribera, el plan puede ayudar también a orientar y facilitar las inversiones en innovación en la industria española con líneas de promoción de los modelos más innovadores. Ha señalado que España es casi una isla energética que requiere de almacenamiento y de la solidez de tener un sistema plenamente renovable, y donde el hidrógeno se convierte en un vector energético «fundamental» con múltiples aplicaciones. La ministra ha defendido que no hay que desperdiciar recursos y que se debe trabajar en las líneas de innovación que permitan producir hidrógeno verde «con aplicaciones potencialmente importantes para la movilidad».
No obstante, desde el Ministerio se insiste en que la aprobación del borrador de la Ley de Cambio Climático convertirá 2040 en el último año en el que existirá la posibilidad de vender coches nuevos de combustión y en el que se terminará de fijar la desinversión en combustibles fósiles. Por tanto, el Gobierno tiene claro que los programas con vocación de continuidad son los que se basan en movilidad limpia, como es el caso de MOVES.
