Macron busca un giro ecologista tras la victoria verde en las municipales

Macron busca un giro ecologista tras la victoria verde en las municipales

El presidente francés, Emmanuel Macron, que sufrió el domingo una derrota en las municipales frente a las alianzas entre la izquierda y los verdes, ha anunciado una serie de medidas ecologistas que marcarán su acción de Gobierno en los próximos dos años


Si no puede detener la ola verde, hay que aprender a surfear sobre ella. Apenas un día después del avance de los ecologistas en las municipales de este domingo en Francia, el presidente galo, Emmanuel Macron, ha recibido este lunes a las 150 personas que conforman la convención ciudadana sobre el clima, un experimento participativo que la pasada semana entregó al Gobierno un informe de más de 600 páginas para “cambiar profundamente la sociedad” y lograr una transición sostenible. Macron se ha comprometido a hacer realidad una gran parte de las 149 medidas presentadas por ese grupo, destinadas a introducir la noción de ecología en todas las decisiones del Estado sin que eso frene la economía del país ni profundice la fractura social.

«El desafío climático nos obliga a ir más lejos, más rápido. Es hora de actuar», aseguró el presidente, que unas horas antes había asistido al naufragio de sus candidatos municipales y a una oleada ecologista sin precedentes. Ciudades tan importantes como Lyon, Estrasburgo o Burdeos están ahora en manos de alianzas entre «verdes» y partidos de izquierda, aunque los resultados de las votaciones han sido acogidos con polémica por la baja participación, motivada en gran medida por el miedo al coronavirus.

A pesar de esto, el éxito ecologista ha marcado el comienzo de lo que Macron califica de «nueva etapa» en su Gobierno. El presidente ha asegurado que 146 de las 149 medidas propuestas por la convención se harán realidad en un proyecto de ley «sin filtro». Eso sí, hay tres ideas ciudadanas que no han pasado el corte presidencial. Principalmente, no se modificará el preámbulo de la Constitución para incluir la protección del medioambiente entre las prioridades republicanas porque, según Macron, existiría un riesgo de «colocar la protección del medio ambiente por encima de las libertades públicas».

Tampoco se va a reducir el límite de velocidad a 110 kilómetros por hora en las autovías, un paso atrás que el presidente considera que «cristalizaría las tensiones a expensas de otras medidas». Es decir, que tras la gran tensión social que provocó la intención gubernamental de subir los impuestos al combustible diésel, que acabo desembocando en las protestas de los chalecos amarillos, Macron no está dispuesto a sufrir más manifestaciones en su contra. La otra medida descartada es la del impuesto del 4% sobre los dividendos para las empresas que pagan más de 10 millones al año, algo que según el presidente «alejaría a los inversores».

Aún así, entre las 146 medidas que Macron se ha comprometido a apoyar, hay varias de gran calado. Por un lado, el presidente ha dado el visto bueno a fomentar la creación a nivel internacional de un delito de «ecocidio» que persiga a los gobernantes que no protejan el medio ambiente y ha anunciado un cambio en el etiquetado de productos de consumo para permitir a los consumidores saber si «lo que están comprando es bueno para el clima». También ha prometido fomentar una fiscalidad sobre el carbono a nivel europeo, imponer tasas fronterizas a los productos procedentes de los países más contaminantes o prohibir los vuelos en trayectos cortos que tengan alternativa en tren.

Un primer paso

Para apoyar este giro ecológico, el Gobierno francés ha anunciado además un paquete de 15.000 millones de euros suplementarios para apoyar en los dos próximos años la transición ecológica del país, dentro del plan de recuperación económica tras la crisis sanitaria provocada por el coronavirus. De todas formas, esto es solo un primer paso: las medidas a las que se ha comprometido Macron tienen aún un largo camino por delante para hacerse realidad.

Para empezar, todo lo que implique cambios en la regulación francesa será tratado en un próximo Consejo de Defensa Ecológica a fines de julio. Después, estas medidas se incorporarán en el paquete de estímulos que se presentará junto con un proyecto de ley en el Parlamento a finales de este verano. Mientras tanto, se establecerán grupos de trabajo con funcionarios electos y ciudadanos de la convención para trabajar en las propuestas legislativas. Por último, Macron ha anunciado también la celebración de un referéndum «en 2021» para introducir los conceptos de «biodiversidad, medio ambiente y lucha contra el calentamiento global» en el artículo 1 de la Constitución.

Las organizaciones ecologistas francesas han saludado las intenciones del Gobierno, aunque también han criticado la falta de concreción en muchas de las medidas. En cierto que, a lo largo de un discurso que duró más de 45 minutos, Macron solo citó algunas medidas vinculantes, siendo la mayoría de sus apuestas apenas pautas generales y declaraciones de buenas intenciones. Por ejemplo, la convención propone prohibir el alquiler de viviendas con nula eficiencia energética, pero el presidente solo afirmó que «había que encontrar un camino para renovar el parque inmobiliario sin que esto afecte a la oferta de viviendas».

En lo que respecta a la movilidad, Macron solo ha mencionado «un plan de inversión en transporte sostenible», sin especificar nada más ni hacer referencia a las numerosas medidas de la Convención que propugnan limitaciones al automóvil privado o la prohibición de vender vehículos muy contaminantes. Para Greenpeace Francia, existe el riesgo de que las medidas ciudadanas acaben «aplicándose a la carta» y que la aplicación de las propuestas más complicadas «se dilate mucho en el tiempo». Y según la organización ecologista Attac, un gran parte de las medidas propuestas por la convención «han perdido toda coherencia después de ser revisado por este gobierno».

A pesar de estas reticiencias, otras asociaciones del sector como Amigos de la Tierra han celebrado lo que llaman «un giro de 180 grados» en la política del presidente Macron, que en los próximos días tiene previsto seguir dando pasos en esta nueva dirección «verde». A lo largo de la semana tiene previsto dirigir un discurso solemne a la nación donde desgranará las grandes líneas de sus dos últimos años de mandato. Ahora mismo, pocos dudan de que la vertiente ecológica tendrá un peso esencial en su estrategia y muchos consideran que irá acompañada de una amplia remodelación del Ejecutivo para dar más peso a estas cuestiones.



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