El coronavirus ha llegado al Gobierno y ha afectado de lleno a la sociedad y a la economía del país, la educación ha sucumbido al virus y echa el cerrojo en toda España mientras que la ciudadanía pone a prueba su disciplina y su responsabilidad personal a la espera de que las medidas de la Administración frenen el avance de la enfermedad y evite el colapso de los servicios sanitarios



Si hace apenas cinco días el COVID-19 era poco menos que una gripe, hoy, ya nadie duda de la gravedad de un virus que, al margen de los síntomas clínicos que pueda provocar a las personas infectadas, es una clarísima amenaza para la salud de las personas, el sistema sanitario y para la frágil economía nacional.
La velocidad a la que evolucionan las cifras y los acontecimientos obligan a aparcar la reflexión acerca de cómo hemos llegado a este punto. Con más de 3.000 españoles afectados, más de la mitad en la Comunidad de Madrid, y 84 fallecidos, ya somos el quinto país del mundo por número de contagios.
Lo que sí sabemos es que lo peor está por llegar, y que este fin de semana se espera una evolución astronómica de contagios, ingresos y muertes.
La Bolsa sufre la peor caída de su historia y cierra con un lastre del 14%.
Los Reyes han cancelado su agenda y se han sometido al test de coronavirus.
La Liga y todas las competiciones deportivas han sido suspendidas y equipos como el Real Madrid, puestos en cuarentena.
Mientras, el Ejército se prepara para intervenir si fuera necesario con hospitales de campaña.
El sistema educativo de toda España cierra.
Apelar a la responsabilidad individual y a la disciplina social como única medicina para contener el colapso hospitalario que anticipan los expertos, a cuatro días vista, resulta cuanto menos alarmante viniendo de esa ”leve gripe» de la que apenas habría cuatro o cinco casos en España” todos importados de China o Italia.
Hoy hemos escuchado, por fín, al presidente del Gobierno, de ese Gobierno en cuarentena por el positivo confirmado por la Ministra de Igualdad, Irene Montero, que distribuyó equitativamente la carga viral el pasado martes en el Consejo de Ministros.
Sánchez ha apelado a esa responsabilidad individual y a la disciplina social y ha hecho recomendaciones a diestro y siniestro con un paquete de medidas económicas para que no falten suministros sanitarios, solo faltaba, y para amortiguar el impacto del coronavirus en el tejido empresarial y el empleo, pero no termina de ofrecer un mensaje de tranquilidad ni da sensación de control de la situación.
No es hora de andarse con melindres de competencias trasferidas, ni de hacer recomendaciones, es hora de coger el toro por los cuernos, dejarse de paternalismos, llamar a las cosas por su nombre y asumir la responsabilidad que los españoles le han dado para tomar decisiones.
PRIMER PLAN DE CHOQUE FRENTE AL CONAVIRUS
El Consejo de Ministros ha aprobado este jueves una batería de medidas económicas y sociales que supondrán una inyección de 18.225 millones de euros –14.400 millones en medidas para pymes y autónomos y 3.800 millones para el sistema sanitario– con las que busca detener el impacto del coronavirus.
Sin embargo, no ha dado mayores detalles sobre la prestación para padres, a falta de una reunión este jueves con patronal y sindicatos.
Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE), ha anunciado que comprará hasta finales de año 120.000 millones adicionales en bonos de deuda y nuevas inyecciones de liquidez.
Lecciones para importar y ganar tiempo
En el caso de Italia, país al que miramos los españoles viendo las barbas del vecino, afronta su tercer día de aislamiento. Allí el contagio fue rápido pero no llegaron a evitar el colapso del sistema sanitario y eso ha disparado la mortalidad en el país de la bota.
Y ahí es donde parece que está el quiz de la cuestión. La canciller alemana con su pragmatismo germánico afrontó y trasladó sin dramas a sus conciudadanos que el 70% de la población pasará por el coronavirus, el 80% de los contagiados presentará síntomas leves que puede tratarse con control u hospitalización domiciliaria; el 20% restante requerirá hospitalización y el 5% ingreso en camas de cuidados intensivos con respiración asistida.
Y lo importante, y en eso coinciden todos los expertos internacionales, es lograr distribuir en el tiempo el número de contagios graves para no colapsar el sistema sanitario. De lo contrario empezarían los triajes en el hospital, que viene a ser decidir a quién se salva en función de los medios disponibles y eso dispara la mortalidad de este nuevo virus.
Algo que en España ya se empieza a explicar con el dibujo de una gráfica cuyo pico hay que aplanar, eso sí lejos de apostar por la estrategia alemana, donde la mortalidad es bajísima. No es sino ganar tiempo para frenar la propagación del virus y aquí lo hemos perdido. El virus nos lleva ya mucha ventaja.
? En #DIRECTO | Sigue nuestro programa de hoy y participa con el HT #La2N12M ? https://t.co/W2GPAeM4Vy
— La2noticias (@La2noticias_tve) March 12, 2020
A parte de una herramienta importante que es el test de detección, que no parece que España haya utilizado, y por lo que dicen los protocolos solo se hará en casos críticos y al resto se le aplicará el diagnóstico clínico. Y no lo parece porque hay cierta dificultad a la hora de encontrar el dato del número de test de detección realizados desde el inicio de la crisis.
Descontando a China que ha hecho más de 300.000 tests por razones obvias de población, Corea del Sur y sus 189.236 está muy por encima de países como Italia (49.937), España (17.500) o Reino Unido (23.500). 3.600 test por cada millón de habitantes coreanos frente a los 800 italianos y los 350-400 de los países que le siguen en el ranking.
China nos ha dado importantes lecciones y hoy ya afirman tener controlado el virus, pero si hay que elegir una estrategia quizá la de Corea del Sur haya sido la más eficaz y la más importable.
Corea del Sur se alzaba como el país con el mayor brote de COVID-19 provocado por el nuevo coronavirus y ha tomado lo que denomina medidas «máximas» para contener la propagación de la infección, incluida la imposición de cuarentena domiciliaria a miles de personas.
Pero además de estas medidas físicas, el país asiático también se está armando de herramientas digitales.
Desarrollada por el Ministerio del Interior y Seguridad de Corea del Sur, permite que las personas que han recibido la orden de no salir de casa se mantengan en contacto con los trabajadores sociales e informen sobre su progreso.
También usa GPS para rastrear la ubicación de los usuarios y asegurarse de que no rompan la cuarentena.
Vean que España es el país europeo con más smartphones por habitante, un 92% de los españoles cuenta con un móvil inteligente a día de hoy.
Una capilarización espectacular para poner la tecnología a disposición de una emergencia como la que enfrentamos y que evitaría sin duda la saturación del sistema sanitario.
Cuando hay vidas en juego y tanta tarea por delante para minimizar las pérdidas personales, las económicas son recuperables pero las personas no, hay que dejar la ideología al margen y arrimar todos el hombro y, sobre todo, ser valientes y afrontar con responsabilidad las decisiones, populares o no, que haya que tomar.
Responsabilidad individual, sin lugar a dudas, todos debemos entender que somos portadores potenciales de carga viral y en nuestra mano está no distribuirla minimizando los contactos sociales; pero quizá también responsabilidad política.
No son vacaciones
El escenario cambia cada día vertiginosamente, y las soluciones para hoy quizá mañana no sirvan. Ya son ocho las comunidades autónomas que han cerrado las actividades educativas pero la mayor carga viral la tenemos en Madrid y no debiéramos arriesgarnos a llevarla a esa España “vaciada” y envejecida.
La Comunidad de Madrid está siendo pionera a la fuerza y fue la primera en pedir teletrabajo y cerrar las escuelas, espectáculos, centros de mayores… pero por si alguno se lo toma como vacaciones, quizá a quien competa, y es al Gobierno, debería poner puertas al campo, para que a ese campo envejecido y sin recursos sanitarios a la mano no llegue el virus a terminar de vaciarlo.
Mientras, una servidora les escribe desde casa, para liberar el transporte público y evitar convertirme en un vector de contagio, me hidrato con agua del grifo y me lavo las manos con agua y jabón por si me olvido de no tocarme la cara.
En fin, #yomequedoencasa y espero que ustedes, si está en su mano, lo hagan también por nosotros y por los demás.
La Comunidad de Madrid con 1388 contagiados es ya el epicentro del coronavirus en España al contar más de la mitad de los enfermos de España por este virus.
El crecimiento exponencial de contagios hace prever que durante el fin de semana las cifras se disparen y eso exige duplicar el número de camas de cuidados intensivos en los hospitales de Madrid y para ello la Comunidad de Madrid ha acordado hoy la creación de un Comité de Coordinación que estará dirigido por el consejero de Sanidad, Enrique Ruíz Escudero, que ejercerá como mando único sobre los hospitales públicos y también sobre los privados.
Ruíz Escudero ha anunciado una profunda reorganización de los espacios y de las plantillas de los hospitales de la Comunidad de Madrid y ha avanzado la contratación inmediata de 1.700 profesionales sanitarios; además de la medicalización de hoteles y residencias para los afectados menos graves que no quieran optar por el ingreso domiciliario.
Todo pivota alrededor de la colaboración público privada, para multiplicar el número de camas y de unidades de cuidados intensivos, sin que se haya hecho público si los hospitales privados recibirían contraprestación económica.
Además, reorganizará el servicio hospitalario para que unos centros concentren la atención a los contagiados y otros atiendan al resto de pacientes y sigan operando.
“Hay que salvar vidas a costa de lo que sea”, ha avisado Díaz Ayuso. “Es una situación de absoluta emergencia sanitaria”, ha resumido Enrique Ruiz-Escudero, consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, que detalló que se duplicará hasta más de 400 el número de personas que atienden el teléfono de dudas; que se primará la atención domiciliaria de los casos leves; y que se cerrarán las discotecas y os parques infantiles para evitar las aglomeraciones que faciliten el contagio.
“También estamos transformado en UCIS las habitaciones de reanimación haciendo acopio de respiradores, preparándonos para lo que pueda venir. Necesitamos la colaboración de la sanidad privada para que esas 1.000 camas estén funcionando”.