Agua, derechos y desarrollo sosteniblen de Cristina Gallach

Agua, derechos y desarrollo sostenible

El acceso al agua ha sido siempre una gran preocupación. El agua representa vida, progreso y supone desarrollo personal y colectivo


Cristina Gallach Alta Comisionada para la Agenda 2030 en funciones


El acceso al agua para la vida es una necesidad humana básica al mismo tiempo que un derecho humano fundamental. También resulta de vital importancia para el desarrollo sostenible, ya que el agua es un elemento transversal en el que se cruzan todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible que conforman la Agenda 2030.

Las consecuencias de la crisis climática, agrava los actuales problemas vinculados a los recursos hídricos y estos serán cada vez más urgentes. No solamente debemos preocuparnos por la ya citada crisis climática que nos afecta a todos, sino que esto se suma al aumento de las demandas de la población (que es cada vez más numerosa), a la evolución de la economía y que conjuntamente provocan una mayor dificultad de acceso a un bien que, recordemos es un Derecho Humano reconocido por Naciones Unidas.

La preocupación por garantizar este derecho para todas las personas ha sido una preocupación de todos los países a través de las agendas internacionales. Hay que recordar que la primera de las metas que se consiguió de los Objetivos del Milenio fue la referida al agua recogida ahora en el Objetivo número 7 “Garantizar la sostenibilidad del Medio Ambiente”. Entre 1990 y 2010, más de 2.000 millones de personas obtuvieron acceso a fuentes mejoradas de agua potable, reduciendo así a la mitad la proporción de personas sin acceso al agua potable y alrededor del 40% de la población mundial sufre los efectos de la escasez de agua.

Sin embargo, aún nos encontramos lejos de garantizar el derecho a todas las personas. Todavía hoy tres de cada 10 personas en el mundo no tienen acceso a una fuente de agua potable, o el tratamiento de las aguas residuales que suponen focos de enfermedades y epidemias. Esta situación supone, además, una merma de los derechos de las mujeres y las niñas, ya que son ellas a las que se les obliga a hacerse cargo de la recolección del agua arriesgando sus vidas y empleando su tiempo para una tarea doméstica.

A esta grave situación hay que unirle también la disminución de las precipitaciones, la desertificación, la contaminación de los acuíferos y la falta de una visión integral de la gestión del agua. Existe un nexo entre el agua, la energía, los alimentos, el medio ambiente y la calidad de vida de las personas. Por ello es indispensable recordar que cada gota cuenta para lograr el objetivo de no dejar a nadie atrás.

La Agenda 2030, consciente de esta realidad, elevó el derecho al acceso a agua limpia y saneamiento a la categoría de objetivo, significándolo en uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y el establecimiento de ocho metas para lograr garantizar este derecho universal para todas las personas.

Existe un nexo entre el agua, la energía, los alimentos, el medio ambiente y la calidad de vida. Por ello es indispensable recordar que cada gota cuenta para lograr el objetivo de no dejar a nadie atrás

Una acción coordinada que pretende garantizar el acceso a agua y saneamiento, mejorando la calidad para un uso racional desde una gestión integral que permita mejorar los ecosistemas relacionados con el agua.

Preocupados por las consecuencias de las dificultades de acceso al agua y su saneamiento para fines domésticos, Naciones Unidas proclama el periodo 2018-2028 el Decenio Internacional para la Acción “Agua para el Desarrollo Sostenible”, que hace hincapié en el desarrollo sostenible y la ordenación integrada de los recursos hídricos para lograr los objetivos sociales, económicos y ambientales. En línea con el ODS 17 de la Agenda 2030 para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, este Decenio también resalta la importancia de promover el uso eficiente del agua a todos los niveles, teniendo en cuenta el nexo entre el agua, la energía, los alimentos y el medio ambiente.

La aplicación de la Agenda 2030 para lograr los ODS junto a este Decenio, ha de emanar de todas las instituciones poniendo en el centro de las actuaciones a las personas y al planeta. Desde el ámbito global, generando alianzas, marcos de acción y compromisos compartidos para lograr los objetivos perseguidos en cualquier parte del mundo. Desde el ámbito nacional desarrollando normativas, mecanismos financieros y programas de acción conjunta de todas las administraciones. Desde el ámbito autonómico y local, poniendo en marcha actuaciones en las cuencas desde una visión de la gestión integral del agua.

En definitiva, se trata de aportar soluciones a desafíos a los que se enfrenta la sociedad que están inspiradas y respaldadas por la naturaleza; que son rentables y proporcionan a la vez beneficios ambientales, sociales y económicos, que garantizan el derecho y generan oportunidades de desarrollo para todas las personas.

La Agenda 2030 aporta las soluciones necesarias para afrontar los retos medioambientales, sociales y económicos a los que nos enfrentamos y, además, supone ante todo un marco que permite liderar un cambio de paradigma donde las personas y el planeta están en el centro de las decisiones. Nuestra acción ha de estar encaminada a garantizar la seguridad hídrica a través de la mitigación del cambio climático que permita mejorar la salud medioambiental y la conservación de la biodiversidad.

Liderar el futuro es anticiparse a los retos, es afrontar una transición ecológica justa que piense en las personas y en el planeta. Tenemos los recursos y el conocimiento necesario, generemos las alianzas para que todas las personas tengan garantizado el acceso a agua limpia al mismo tiempo que trabajamos para garantizar los recursos del planeta. Cada gota cuenta, cada persona es importante.

Cristina Gallach es Alta Comisionada para la Agenda 2030



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