El uso global de agua se ha sextuplicado en los últimos 100 años y sigue creciendo a un ritmo anual del 1%, según el Informe Mundial de las Naciones Unidas de 2020 sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos: Agua y Cambio Climático.
La elevada presión sobre los recursos hídricos, agravada por los efectos del cambio climático acentúa la necesidad de un cambio de paradigma en la gestión de los recursos hídricos alineada con los principios de la economía circular. Y España es uno de los países más vulnerables de Europa por sus elevados niveles de estrés hídrico (con más del 80% de agua extraída en relación con el agua disponible).
«El enfoque de la economía circular permite establecer muchos paralelismos con el círculo que puede dibujarse al describir el ciclo del agua»
La economía circular constituye una alternativa al actual modelo de producción y consumo, para la consecución de los retos medioambientales y avanzar hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030. Se trata de un modelo económico en el que el valor de los recursos y de los productos se mantiene en circulación el mayor tiempo posible, a la vez que se reducen al mínimo tanto la generación de residuos como los impactos negativos derivados para la salud y el medioambiente.
El enfoque de la economía circular permite establecer muchos paralelismos con el círculo que puede dibujarse al describir el ciclo del agua. El agua es un recurso que, naturalmente, se transforma y que tiene un ciclo natural propio, manteniéndose la misma cantidad de agua en el planeta, pero no en los mismos lugares ni en el mismo estado de la materia.
«Hay que promover un uso eficiente del recurso, que permita conciliar la protección de la calidad y cantidad de las masas acuáticas con un aprovechamiento sostenible e innovador del mismo»
Para el agua, la circularidad implica numerosos y diversos aspectos, como la mejora de la eficiencia hídrica, la planificación hidrológica, etc. Pero, sin duda, es la reutilización de agua regenerada el aspecto clave al permitir que los recursos hídricos sean empleados más de una vez antes de ser devueltos al medio natural.
En este sentido, la Estrategia Española de Economía Circular, aprobada en 2020, sitúa la reutilización del agua como pilar fundamental de la economía circular. Cuenta con un eje singularizado de actuación: “Reutilización y depuración del agua”, cuyo objetivo es promover un uso eficiente de este recurso, que permita conciliar la protección de la calidad y cantidad de las masas acuáticas con un aprovechamiento sostenible e innovador del mismo.
Ahora bien, aunque las acciones de reutilización del agua son, sin duda, las prácticas de economía circular más conocidas, el potencial de la economía circular en materia de agua es mucho más amplio. La desalinización, la valorización energética del biogás que se obtiene en el proceso de depuración o el aprovechamiento de lodos generados en dicho proceso, son algunos ejemplos de prácticas circulares en otros ámbitos del sector del agua de similar importancia.
«El agua, en su ciclo y formando parte de la economía, ofrece un gran potencial para la transición hacia la economía circular»
Pongamos un ejemplo, un referente de economía circular en el sector del agua lo encontramos en la Biofactoría Sur de Granada, gestionada por Emasagra, primera empresa española 100% neutra en carbono en la gestión del ciclo integral del agua. Las biofactorías transforman las tradicionales Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR) en instalaciones integradas en el entorno, que consiguen la circularidad no solo en materia de agua, sino también en energía y recursos, ya que, además de regenerar el agua tratada para su posterior reutilización, en ellas se producen energías renovables y residuos que pueden ser utilizados como recursos en otros procesos.
Sin duda, el agua, en su ciclo y formando parte de la economía, ofrece un gran potencial para la transición hacia la economía circular. Por ello, una de las principales líneas de investigación de la Cátedra Aquae de Economía del Agua es el papel de la economía circular en el sector del agua. Ejemplos de ello son la propuesta de una serie de indicadores para medir la circularidad en materia de agua en el proyecto Agua y Economía Circular de CONAMA o el desarrollo de modelos de negocio basados en la economía circular en el proyecto europeo B-WaterSmart.
En el Día Mundial del agua 2021, el lema “el valor del agua” sigue vigente. ¿Qué valor le das al agua?