Decir que el agua es vital para los peces resulta tan obvio como admitir que el sector pesquero depende de la salud de los ecosistemas marinos y es el primer interesado en protegerlos para salvaguardar su futuro y el de nuestra actividad. Sería irracional que fuera de otra manera.
Por eso mismo trabajamos de manera constante y constatable para cuidar su agua, que es la nuestra, y hacer el mejor uso posible de los mares y océanos, y sus recursos. No se trata solo de contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, concretamente el ODS 14, que contempla su conservación y utilización sostenible, y el ODS 2, que persigue acabar con el hambre y la malnutrición, sino también, y al mismo tiempo, de garantizar nuestra supervivencia como sector. Así, de forma creciente, se multiplican las iniciativas que refuerzan nuestro compromiso con el medio ambiente; de él dependemos.
Somos conscientes del desafío que supone el cambio climático, que está provocando el desplazamiento de diferentes especies hacia aguas más frías y generando quebraderos de cabeza en la gestión pesquera. Sabemos también que las basuras marinas son uno de los mayores retos ambientales a los que nos enfrentamos. Hemos escuchado la alerta global lanzada en este sentido desde Naciones Unidas y otros organismos internacionales.
Porque nos preocupa la contaminación del medio marino, fuente de los recursos pesqueros, nos preocupamos por impulsar la transición del sector pesquero hacia una economía circular y contribuir con un sistema de gestión responsable de artes de pesca a la recogida de los residuos que generamos en el mar. Son una pequeña parte del total –de acuerdo con la evaluación 2019 del segundo ciclo de Estrategias Marinas 2018-2024, los residuos asociados a la actividad pesquera en España suponen una media del 3% de las basuras marinas–, pero nos hacemos responsables. Nuestra iniciativa más reciente en este tema data de finales de 2020. La Confederación Española de Pesca puso entonces en marcha el proyecto RED-USE con el triple objetivo de allanar el camino en el sector pesquero español a la directiva europea sobre plásticos de un solo uso (SUP), impulsar el ecodiseño de las artes de pesca y definir una propuesta de sistema de gestión para la recogida, tratamiento y procesamiento sostenible de los residuos derivados de las artes y aparejos de pesca.


Más reciente aún, ya en 2021, hemos puesto en marcha el programa SEAYOURLITTER, de sensibilización sobre la problemática de las basuras marinas. Se dirige especialmente a las nuevas generaciones de profesionales del sector, así como a las comunidades escolares cercanas a los puertos. Y busca además la implicación de aquellas flotas que aún no participan en iniciativas de recogida de basuras en el mar. Lo estamos haciendo a través de 10 jornadas informativas en escuelas náutico-pesqueras en las que se abordan cuestiones como la descarga de residuos en tierra, la mejora de su gestión a bordo de los buques, la instalación de puntos limpios en las dársenas pesqueras o el reciclaje de determinados materiales.
También van a realizarse tres encuentros en colegios cercanos a puertos pesqueros en áreas con influencia de la Red Natura 2000 para que los alumnos tomen conciencia de esta problemática. Aproximadamente, el 80% de estas basuras proviene de actividades terrestres, por lo que es imprescindible dar a conocer esta situación a la sociedad y potenciar las buenas prácticas.
Nuestra estrategia sectorial en este ámbito no solo se apoya en este tipo de proyectos; actualmente cientos de buques arrastreros están limpiando los mares de basuras marinas y trayéndolas a los puertos para su clasificación y reciclaje. En este Día Mundial del Agua repito, como suelo decir, que la pesca no es el problema, sino parte de la solución.