¿Día mundial del retrete? sí, de verdad existe y ¡no podemos esperar!

¿Día mundial del retrete? sí, de verdad existe y ¡no podemos esperar!

Esta tribuna, Fernando Morcillo, presidente de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS), defiende la importancia de los servicios de saneamiento del agua urbana para la salud humana y el bienestar de la población, en la misma semana en la que se celebra el Día Mundial del Saneamiento


Fernando Morcillo Presidente de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS)


Muchos ciudadanos desconocen en qué consiste el servicio urbano del saneamiento. Frecuentemente no somos conscientes de las potentes, complejas, y escondidas infraestructuras públicas en las que se apoya, ni tampoco de la necesidad de que las cualificadas actividades de operación y mantenimiento tengan una atención permanente, lo que ahora resumimos como 24×7.

Pero todos conocemos la importancia fundamental de que nuestros residuos orgánicos, junto con las aguas usadas que generamos en nuestros hogares, comercios e industrias y, por tanto, sucias, se alejen de nuestras viviendas o zonas de convivencia. Incluso aquellos más conocedores o concienciados saben que, esas aguas residuales requieren ser depuradas en unas sofisticadas instalaciones que los técnicos denominamos EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales).

Naciones Unidas dedica el 19 de noviembre a celebrar el Día Mundial del Saneamiento, más comúnmente llamado el Día Mundial del Retrete, como elemento identificador o icono de este servicio ciudadano, desde que el famoso actor Matt Damon contribuyera a difundir la importancia de este servicio público urbano.

Además, en 2015 se reconoció el Derecho al Saneamiento como un derecho independiente al del agua. El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6, en su meta 6.2, pide específicamente un saneamiento adecuado y equitativo para todos.

En nuestro país disponemos de una ajustada pero suficiente calidad en la prestación de este servicio esencial, basado en una infraestructura que totaliza:

  • 189.203 kilómetros de galerías y tuberías. Más de 4 metros de conducciones de nuestra propiedad (colectiva), para cada persona.
  • 2.184 EDAR urbanas, aunque nos falta construir instalaciones para dar servicio completo de depuración secundaria a cerca del 15% de la población española.
  • 456 tanques de tormenta, que evitan una parte del vertido directo de las aguas de lluvia contaminadas cuando se producen tormentas relevantes y otras obras públicas complementarias.
  • Una valoración “a nuevo” de 138.500 millones de euros, lo cual supone más de 2.900 euros por persona, el 68% del ciclo integral del agua urbana.

Es de dominio público que la UE nos ha incoado expedientes sancionadores, con fijación de multas pecuniarias, por no cumplir la Directiva 271/91 de depuración de aguas residuales.

Desde el ámbito sectorial venimos advirtiendo del deterioro que presenta dicho equipamiento urbano colectivo, por la falta de una inversión adecuada y sostenida en renovación de estas infraestructuras que, en gran parte, no son de muy buena calidad por haberse construido en los años 60, fruto del desarrollismo galopante de aquel periodo de nuestra historia reciente.

«Como profesionales insistimos en que se aborde el problema, cuya solución pasa por retomar una rutina de inversión en renovación»

Como profesionales insistimos en que se aborde el problema, cuya solución pasa por retomar una rutina de inversión en renovación, una armonización regulatoria y el firme cumplimiento de los principios de la Directiva Marco del Agua: “Recuperación de costes” y una “adecuada contribución del usuario”. De otro modo, retrocederemos en la calidad de este servicio público esencial.

¿Nos imaginamos qué hubiera ocurrido durante esta pandemia de la Covid-19 si hubiera habido fallos en este servicio de evacuación y depuración de las aguas residuales? La repercusión en la higiene y la salud colectiva hubiera sido grande, más aún en un momento de enfermedad pandémica, y el impacto en el medio ambiente acuático hubiera sido extraordinario.

Los cualificados trabajos de los operadores −públicos, privados o mixtos− de estos servicios han asegurado la prestación de los mismos con continuidad y calidad, con independencia de la situación de alarma social. Sus organizaciones, acostumbradas a la innovación y la prevención, han reaccionado con agilidad para ayudar a combatir la pandemia.

La capacidad de determinar material genético del SARS-CoV-2 en las aguas residuales, a través de análisis PCR especializados, está permitiendo colaborar con el sistema sanitario a partir de la localización geográfica de los vertidos urbanos sectorizados. Estas capacidades existen porque se realizan trabajos sistemáticos de investigación sobre la evolución de otros virus o sobre la existencia de determinados compuestos químicos.

Ahora existe una evidente posibilidad anticíclica de inversión en este servicio público a través de los fondos europeos, en especial de los denominados Next Generation. El sector profesional está preparado y dispone de las habilidades para aprovechar estas oportunidades; para crear empleo y actividad económica que redunde en la sostenibilidad social y ambiental.

Pero no nos pueden cegar las luces de esta oportunidad coyuntural. El sector es estructural y hay que atender de forma sostenida y continuada las necesidades requeridas.

Y corresponde a todos los niveles de las administraciones públicas −central, autonómica y local− la asunción de sus responsabilidades y de los liderazgos para afrontar estas carencias o déficits.

Este año 2020, el tema del Día Mundial del Retrete gira en torno al saneamiento sostenible y el cambio climático. La protección del medio ambiente, de la vida acuática y de la salud de los ciudadanos depende de lo que está representado con el icono “retrete” y hay que protegerlo e impulsar en él las acciones para avanzar hacia una economía circular y contra el cambio climático, optimizando y perfeccionando lo que ya se viene haciendo.

Entre ellas, generación energética renovable −lodos de depuración y potencial hidráulico− aprovechamiento agronómico de dichos residuos y subproductos, o la propia reutilización del agua regenerada.

El Día Mundial del Retrete del año 2014 llevaba por lema No podemos esperar, la COP-25 de 2019 Es tiempo de actuar. Para renovar esta preocupación social, junto con nuestros colegas europeos, ahora añadimos: Agua es vida, el saneamiento, dignidad.


Fernando Morcillo es presidente de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS)



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