Perder un 8% del PIB como cifra el FMI en su último reporte, supone que está en juego algo más de 3 millones de puestos de trabajo que se recogen en los más de 500 mil ERTES presentados a la fecha y cerca del 10% de las empresas españolas (3.363.197 registradas a diciembre de 2019). Esta es la realidad que se esconde tras las cifras macroeconómicas que son medianamente mimetizadas con discursos de aliento y esperanza poniendo la vista en un futuro lleno de esperanza, pero para que ello suceda, si llegase a ocurrir, debemos transitar el día a día en los próximos meses lo cual puede llegar a ser muy complicado para las familias y las empresas.
Una introducción de este tipo aterriza cuáles deben ser las prioridades de la clase política, que ha actuado según dicen siguiendo las recomendaciones de terceros, pero tarde y con ausencia de un criterio propio, si bien se han tomado todas las medidas recomendadas por los organismos internacionales, principalmente de la OMS. España tenía dos referencias bastante claras y con información recurrente que fuese o no fiable, tal como lo es la información actual en España, mostraba unos comportamientos exponenciales en cuanto a contagio tanto en China como en Italia con tasas básicas de reproducción (R0) sin medidas drásticas de aislamiento entre 2,95 y 8,4 para el caso chino, lo que supone la capacidad de contagio (en número de personas) de una persona portadora del virus.
Las medidas que se han tomado hasta la fecha por parte del Gobierno han tenido un carácter reactivo respaldando sus decisiones en terceros, quizá por la falta de capacidad de previsión o por la negligencia operativa con la que cuenta un Gobierno que inició su andadura con serias diferencias y fricciones sobre aspectos relevantes sobre el modelo de país que cada uno de los grupos que conforman el gobierno tienen en mente. Esta combinación de pugna ideológica y diferencia de criterios para definir prioridades y actuaciones ha desatado el peor panorama para lidiar contra una situación que podría ser coyuntural, con mayor o menor duración pero siempre teniendo en cuenta que estamos ante un shock exógeno, y la están empezando a llevar a un plano de estructural que abocará a la economía española a pagar una alta factura cuando apenas acabamos de pagar la factura de la última crisis. Una última crisis con unas marcadas secuelas en las cuentas públicas que se arrastran a la fecha y que con esta situación volveremos a tiempos no muy alentadores, si partimos de una economía con salarios bajos y una instaurada precariedad laboral que con este asestado golpe deteriorará en los próximos meses el consumo no solo de bienes duraderos, sino del comercio retail en general.
«Se espera que ante este panorama se dedique la seriedad necesaria y no se obvien u omitan las alertas del FMI como sucedió con la información sanitaria proveniente de China e Italia»
España con la ratio más alta en casos confirmados por millón de habitantes (3.881,4), seguido de Bélgica, Suiza e Italia, es una de las economías que se puede ver más afectada según el último informe del FMI. Por otra parte, las medidas internas adoptadas no son proporcionales a la situación actual, con una reconducción de recursos en torno a los 40 mil millones (3,2% del PIB) frente los más de 200mil millones anunciados. Las actuaciones y decisiones fuera de las fronteras de España parecen ser las que están tomando mayor relevancia dentro del mercado local, en parte por la limitación a actuaciones de los organismos supranacionales que controlan la política monetaria en la Eurozona, y en parte, como segunda limitación, por el poco margen de gasto de la economía española debido por un lado por los controles de déficit impuestos y por otro por un sistema recaudatorio con un grado de evasión y economía sumergida endémico, así como por la baja capacidad de generar propuestas a prioridades definidas para darles tramite parlamentario con un gobierno que está inmerso en una lucha interna.
Las predicciones del FMI, están alertando al gobierno de la situación que se sobreviene y que le obligará a compaginar las medidas de aspecto sanitario y económico. Se espera que ante este panorama se dedique la seriedad necesaria y no se obvien u omitan dichas alertas del FMI como sucedió con la información sanitaria proveniente de China e Italia. Este es un llamamiento directo que hace el FMI para que los gobiernos se centren en las actuaciones necesarias, las cuales parten de identificar los principales campos de actuación en materia sanitaria y económica, identificar las políticas más oportunas bajo consenso de los agentes económicos y llevar a cabo un riguroso seguimiento ante una potencial nueva ola de contagios a partir del tercer trimestre de 2020 e incluso en primer trimestre de 2021.
«La deficiente gestión en el control de la propagación del virus se ha convertido en un freno para el inicio de la reactivación de la economía»
La falta de eficiencia en procesos operativos que no suponían mayor complejidad inicialmente como era el determinar las necesidades de aprovisionamiento de material sanitario, adoptado de forma centralizada con las consecuencias que ya hemos observamos, incurriendo en llegar tarde a un mercado que se encontraba colapsado. Esta situación condujo a utilizar canales distintos a los que las CCAA tenían establecidos, lo que conllevó a que el personal sanitario, tuviese que trabajar en unas condiciones no adecuadas. De ahí las cifras que ponen a España entre los primeros países de personal sanitario contagiado por el virus (en torno a 27.558 desde el inicio de la pademia), lo que supone un 15,4% del total de casos, frente los 14.066 (10,33%) en Italia reportados el 9 de abril por el Istituto Superiore di Sanit.
De esta forma la deficiente gestión en el control de la propagación del virus se ha convertido en un freno para el inicio de la reactivación de la economía, ya que actualmente no se cuenta con las medidas mínimas para pensar en el inicio de esta etapa. Medidas como el uso de test masivos para localizar nuevos focos de contagio de forma oportuna, deberían aplicarse de forma inmediata, para que cuando se consiga llegar a la cifra de cero contagios y se haya normalizado la capacidad hospitalaria se pueda pensar en dar inicio a la reactivación escalonada de la actividad. Así mismo se debe trabajar en el aprovisionamiento y suministro de mascarillas para la población y de EPI para el personal sanitario, ya que no cabe descartar un nuevo incremento en los casos por la reactivación y al menos una nueva ola en el otoño.
«Las empresas españolas sufrirán mucho si no se toman las medidas necesarias»
Las características de la economía española y de su tejido empresarial, demanda de una gestión técnica y operativa sin precedente y viendo lo acontecido y los perfiles de los responsables, no cabe duda que este Gobierno no lo estará. La reactivación escalonada propuesta, necesita de una planificación con al menos 3 escenarios de sensibilidad sobre las medidas adoptadas, que permita diseñar planes de contingencia para cada uno de ellos, así como de la estructuración de unos parámetros de seguimiento determinados y estandarizados para evitar la incongruencia de la información. De esta forma se tendrá un seguimiento adecuado ya que las medidas adoptadas verán sus impactos a partir de al menos 15 días, periodo que de media puede durar la incubación del virus. Un proceso de retroalimentación de los resultados para medir no solo la respuesta de la población a la exposición del virus con una mayor población inmune, sino para medir el impacto de las medidas, que es diferente a evalurar la cobertura de las medidas. Como podemos observar las medidas económicas tomadas carecen de estos modelos de evaluación los cuales permitirían reasignar los recursos de una forma mas eficiente.
Las empresas españolas sufrirán mucho si no se toman las medidas necesarias para mantener los vínculos entre proveedores, clientes, administración y empleados, ya que la puesta en marcha será gradual y la recuperación de los ingresos, dependiendo de los sectores, supondrá alcanzar en los próximos 12 meses entre el 60% y 70% de los niveles de ingresos previos al COVID19. La monitorización de las medidas a las empresas debe ser una prioridad, lo resalta el FMI, principalmente porque se sucederán situaciones de insolvencia y banca rota que deberán ser resueltas de forma eficiente por los mecanismos contemplados en la Ley Concursal y en su caso extremo por los juzgados de lo mercantil para evitar la asignación ineficiente de recursos en empresas no viables y minimizar las perdidas entre empresas, inversores y acreedores. Por último, resaltar la recomendación de adoptar medidas para facilitar el desarrollo del mercado de deuda en situaciones de distress.